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2013 año de retos económicos para México, señala Coparmex

MÉXICO, D.F.- El año que inicia debe ser el de consolidación internacional para México pese a la volatilidad de los mercados globales y el bajo crecimiento económico de Estados Unidos, consideró Juan Pablo Castañon, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
En su mensaje semanal, dijo que en términos generales que el 2012 fue un año de avances y estabilidad para México pero espera que 2013, pese a los retos que impondrá el escenario internacional, sea mejor.
El gran reto económico de México en el 2013, es detonar un mayor dinamismo interno, que aproveche las ventajas comparativas; que impulse a avanzar en el desafío estructural de destrabar los obstáculos que impiden acceder a un crecimiento sostenido, superior al 6% anual, con estabilidad y prosperidad para la sociedad.
Afirmó que es posible hacer frente a la desaceleración de la economía internacional, siempre y cuando se avance en las reformas que se necesitan país, ya que en el entorno internacional se espera un menor dinamismo de la economía estadounidense y de otras regiones aunque hay optimismo de que el Congreso y las autoridades estadounidenses logren un acuerdo para reducir la magnitud del déficit fiscal; sin embargo no se descarta que el acuerdo sea parcial o que haya un retraso en su ejecución.
Además hay riesgos de un recrudecimiento de los problemas de confianza asociados a la situación fiscal y financiera de diversos países de la zona euro, por otro lado, y especialmente en Francia, Grecia, España e Italia, que actualmente están replanteando sus esquemas fiscales internos y comunitarios.
Ello implica posibles riesgos de periodos de elevada volatilidad en los mercados financieros internacionales que podrían afectar el acceso al financiamiento y a la confianza de los hogares y las empresas.
Otros factores que podrían desequilibrar el escenario van desde el agravamiento de conflictos geopolíticos en el Medio Oriente, hasta una mayor volatilidad en las condiciones climáticas a nivel global, llevando a fluctuaciones elevadas en los precios de productos agropecuarios.
En este contexto, se pronostica que la actividad económica mundial mantenga tasas de crecimiento del 3% o menos hasta el 2014, casi dos puntos porcentuales por debajo que los niveles previos a esta crisis financiera en el 2008.
«Afortunadamente, en México contamos con estabilidad macroeconómica, que es una de nuestras mayores fortalezas, con un crecimiento cercano al 4% para este año y la creación de más de 865 mil empleos a octubre, en este mismo 2012», dijo.
Sin embargo, para el 2013 se prevé un menor crecimiento, de 3.5% de acuerdo con las estimaciones de la Secretaría de Hacienda, y aun cuando hay algunas previsiones ligeramente más optimistas, como las de la OCDE, la inflación esperada en México será del 3% en el mismo caso, o 3.5% en otros casos.
Para México, en Estados Unidos el crecimiento en este año no superará el 2.2%, de acuerdo con previsiones del mismo OCDE y del Fondo Monetario Internacional, su crecimiento será de 2% o menos en el próximo año, con bajas en sus importaciones totales por alrededor de 2%, con lo que esperamos que nuestro sector exportador continúe sólido, aunque no con el empuje del pasado reciente.
La estabilidad macroeconómica y la salud de las finanzas públicas de México son loables, ya que la deuda pública representa menos del 43% del Producto Interno Bruto (PIB), muy poco frente al endeudamiento que tienen muchos países que hoy en día están en graves problemas.
Además se tienen reservas por más de 163 mil millones de dólares, más líneas de crédito preaprobadas, para cubrir cualquier contingencia y para el 2013 se espera una inflación de menos del 3%, según la propia Secretaría de Hacienda.
Sin embargo, el líder patronal subrayó la estabilidad macroeconómica no genera crecimiento y si se quieren atender las necesidades de la población y los rezagos existentes en competitividad, es el momento de adoptar acciones decididas.
«No podemos hacer del equilibrio macroeconómico nuestra única apuesta para el desarrollo. Podemos convertir los riesgos en oportunidades, con acciones de efecto rápido como mejorar la calidad de la educación y crear estímulos fiscales para la inversión pública y privada en el sector; elevar la inversión en innovación y desarrollo tecnológico», argumentó.
A lo anterior sumó la simplificación fiscal; detonar la construcción de vivienda, reactivando el financiamiento a las Pymes del sector de vivienda, y relanzar la banca de desarrollo para convertirla en una opción disponible del apoyo decisivo para las MiPymes.

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