4th July: Independence Day Celebración del Día de la Independencia de los Estados Unidos!

Washington — Estados Unidos celebra el Día de la Independencia el 4 de julio, una fecha de celebración patriótica y eventos familiares en todo el país. Como dijo uno de los padres fundadores de la nación, John Adams, el feriado es “el gran festival del aniversario. Debe ser conmemorado como el día de la liberación… Debe ser solemnizado con pompa y desfiles, con espectáculos, juegos, deportes, disparos de cañón, campanas, fogatas e iluminaciones, desde un extremo al otro de este continente, desde ahora en adelante y para siempre”.

La festividad es una ocasión cívica importante, arraigada profundamente en la tradición angloamericana de la libertad política.

Son comunes los espectáculos de fuegos artificiales en todas las comunidades. En la ciudad de Nueva York, los grandes almacenes Macy’s han auspiciado durante 30 años un espectáculo de fuegos artificiales el 4 de julio. En 2005, el espectáculo de 30 minutos presentó 35.000 morteros lanzados desde siete barcas desplazadas en el río del Este y en la bahía de Nueva York. La Prensa Asociada calculó que más de tres millones lo presenciaron en persona. El evento también ha sido televisado a nivel nacional en años recientes.

El cuatro de julio es una celebración familiar. Son comunes las comidas campestres y los asados al aire libre. En el mes de julio es verano en Estados Unidos, y millones de estadounidenses se escapan del calor a las playas y a otros destinos de vacaciones. El Día de la Independencia no se cuenta entre los feriados legales que se transfieren a un lunes o un viernes, pero muchos empleados utilizan sus días de vacaciones para crear un fin de semana largo, como ocurrió en 2006, cuando el feriado cayó en martes.

En ocasiones, se comienzan a construir obras públicas importantes el 4 de julio. El Canal del Erie, el Monumento a Washington y el Ferrocarril de Baltimore y Ohio (los primeros que hubo en el país) todos ellos se iniciaron un Día de la Independencia. La fecha refleja un deseo de marcar simbólicamente estos proyectos como verdaderas mejoras cívicas.

UNA OCASIÓN CÍVICA

El 4 de julio es el momento en que los políticos y otras figuras públicas pronuncian discursos que exaltan las tradiciones y los valores estadounidenses.

El 4 de julio de 1788, James Wilson, uno de los padres de la patria, se dirigió a una reunión en Filadelfia que en aquel tiempo fue posiblemente la mayor celebración de un 4 de julio en la historia del joven país. Exhortó a sus conciudadanos a que ratificaran la Constitución que se había propuesto. “¿Cuál es el objeto que se nos ofrece para contemplar?”, preguntó. “TODO UN PUEBLO que ejerce el primero y mayor de los poderes, llevando a cabo un acto de SOBERANIA, ORIGINAL e ILIMITADO”.

El 4 de julio de 1852 el periodista y abolicionista negro Frederick Douglass condenó los males de la esclavitud, que en esa época existía aún en el sur de Estados Unidos, pero identificó fuerzas que “obtienen aliento de la Declaración de Independencia, los grandes principios que ella contiene y el genio de las instituciones estadounidenses en funcionamiento” que “deben inevitablemente lograr el desplome de la esclavitud”.

Noventa años más tarde, en los momentos más sombríos de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt le recordó a la nación que el 4 de julio simbolizaba “la libertad democrática que nuestros ciudadanos reclaman como su precioso derecho de nacimiento”. Para el “cansado, hambriento, mal equipado ejército de la Revolución de Norteamericana”, continuó, “el 4 de julio fue un tónico de esperanza e inspiración. Así es ahora… Los hombres recios, ceñudos que luchan por la libertad en esta hora sombría, reciben este mensaje como aliento –la seguridad del derecho a la libertad según Dios– para todos los pueblos y razas y grupos y naciones, en todas partes del mundo”.

El 4 de julio de 2001 el presidente George W. Bush habló a las puertas del Palacio de la Independencia, en Filadelfia, lugar de nacimiento de la Declaración de Independencia. Ese documento, dijo, continúa representando “la norma que nosotros exigimos de los demás, y la norma por la que nos medimos nosotros mismos. Nuestros mayores logros han tenido lugar cuando hemos vivido de acuerdo con estos ideales. Nuestras peores tragedias, cuando hemos fallado en sostenerlos”.

En todo el país, líderes cívicos de toda condición se hacen eco de esas palabras, y quienes los escuchan agradecen la libertad y los derechos que la generación de los fundadores conquistó para todos los estadounidenses.

Origenes y Prcticas de la Celebración

del 4 de Julio:

Este fue el lema que un patriota incluyó en el escudo nacional de las Colonias Unidas durante la revolución. Hasta la fecha, Estados Unidos celebra con fervor casi religioso lo que logró el Cuatro de Julio de 1776: independencia, libertad y soberanía.

La forma en que los estadounidenses deciden celebrar el cumpleaños de su nación, sin embargo, es tan diversa e individualista como ellos mismos. Lo celebran con amigos, con la familia, con extraños, tanto en el país como en el exterior, con compatriotas y con extranjeros. Es una tradición tan antigua e incrustada en la psiquis estadounidense como el país mismo. “Que el Cuatro de Julio, ese día glorioso y memorable, sea celebrado en todo Estados Unidos por los hijos de la libertad, por siglos y siglos, hasta que el tiempo deje de existir”, escribió un revolucionario estadounidense.

¿Pero qué evento es el que conmemoran realmente los estadounidenses? ¿Qué hace que “éste, el día de fiesta más típicamente estadounidense” sea la base de toda una sociedad? ¿Como une a los estadounidenses, no importa de donde vengan o cuáles sean sus opiniones? Los estadounidenses pueden acordar estar en desacuerdo, es uno de sus derechos más inalienables, pero todos están de acuerdo en celebrar el Cuatro de Julio. El congresista Lee Hamilton describió la diversidad de las festividades como “una celebración maravillosa del nacimiento de nuestro país …. Celebramos de muchas formas diferentes, pero son todas actividades organizadas alrededor de la familia y de los amigos”.

Cuando los estadounidenses celebran el Cuatro de Julio, recuerdan que “los padres de nuestra patria, con pelucas y … levitas con adornos de encajes, se reunieron y debatieron, y con una tremenda ansiedad, y con delicadeza e ingenio, urdieron la trama del tejido de nuestra nación, en medio de un verano de calor bochornoso e insectos pululantes, propio de la Filadelfia de antes del advenimiento del aire acondicionado y los pesticidas”, escribió John Updike.

Al contrario de lo que dicen las leyendas populares, los “padres de la patria” no nacieron con el ideal de la independencia de Gran Bretaña estampado en su consciente; las circunstancias se lo impusieron por la fuerza. El vasto espacio oceánico entre las 13 colonias norteamericanas y las Islas Británicas creó innumerables tensiones entre los colonos emprendedores y su rey británico. Los colonos querían, entre otras cosas, representación en la Cámara de los Comunes inglesa, mientras que el rey Jorge III procuró hacer que “los provincianos pagaran por lo menos parte del enorme costo de defender las colonias de Inglaterra en el Nuevo Mundo”. La forma como se consideraba al rey Jorge en la época de la colonia pasó pronto de ser un “soberano benovolente” a ser un “bruto real”.

El 7 de junio de 1776, Richard Lee, delegado por Virginia, elevó ante el Segundo Congreso Continental la cuestión más urgente jamás presentada ante esa entidad. Declaró que “estas Colonias Unidas son y por derecho deben serlo, estados libres e independientes; eximidos de toda lealtad a la corona británica y todo vínculo político entre ellas y el estado de Gran Bretaña es y debe ser totalmente disuelto”.

Thomas Jefferson, John Adams, Benjamin Franklin, Roger Sherman y Robert Livingston fueron nombrados para redactar la declaración formal de independencia. El documento afirmaba lo que ha llegado a ser el punto de apoyo de la ideología política estadounidense durante más de dos siglos: “Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables, entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos los hombres instituyen gobiernos que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tienda a destruir esos fines, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, a instituir un nuevo gobierno”.

El Cuatro de Julio de 1776 los representantes de 12 colonias ratificaron el documento, y la decimotercera colonia lo hizo el nueve. El Congreso había declarado, en teoría, el derecho de todo norteamericano a participar en el gobierno. Cuando se leyó la declaración en alta voz en la “Plaza de la Independencia” en Filadelfia, los ciudadanos celebraron el acontecimiento con gritos de júbilo, desfiles y toque de campanas. Se había concebido un nuevo país en las mentes de los “padres de la patria”, pero todavía faltaba pasar por la experiencia del parto.

MUSICA EL 4 DE JULIO REFLEJA LA HISTORIA Y DIVERSIDAD DE ESTADOS UNIDOS:

Washington – Las canciones patrióticas que han llegado a ser temas centrales en la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos reflejan la historia de la nación y las contribuciones de los inmigrantes a la variada cultura del país.

En sus conciertos del 4 de Julio la banda del Cuerpo de Infantería de Marina incluye “música que representa toda la gama” del talento estadounidense en materia de composición de canciones, dijo el sargento mayor artillero Mike Ressler, de la biblioteca de dicho cuerpo militar. “A menudo, cuando la banda se presenta en la Casa Blanca, nos acompaña un conjunto de jazz que toca música más actual. Al mismo tiempo, hay entre las que ejecutamos algunas piezas en las que intervienen flautines y tambores, que evocan la época colonial (de Estados Unidos)”.

En general los conciertos vespertinos al aire libre van seguidos de fuegos artificiales. Para los estadounidenses, los compases de Star and Stripes Forever (Estrellas y franjas por siempre), de John Phjilip Sousa o Yankee Doodle Dandy (Cancioncilla del chico yankee) de George M. Cohan, evocan recuerdos del 4 de Julio

The Star-Spangled Banner (La bandera de estrellas centelleantes), escrita en 1814 por el poeta y abogado Francis Scott Key, declarada himno nacional en 1931, se ejecuta invariablemente el Día de la Independencia. La conmovedora letra de la canción recuerda las primeras luchas de un país. Menos de dos décadas después del estreno de The Star-Spangled Banner, el reverendo Samuel Francis Smith escribió la letra de My Country, ‘Tis of Thee (Mi patria, esa eres tú), una adaptación del himno nacional británico “Dios salve a la Reina”, que se convirtió en un tema patriótico esencial.

A fines del siglo XIX, se agregaron al repertorio nacional clásicos de la era de la guerra civil, notablemente Battle Cry of Freedom (Grito de guerra por la libertad) y Battle Hymn of the Republic (Himno de batalla de la república).

America the Beautiful (Hermoso Estados Unidos) apareció como poema en 1895, escrito por Katharine Lee Bates, profesora en la Universidad de Wellesley. A principios de la década de 1900 le puso música Samuel A. Ward, y la pieza logró popularidad nacional.

Share