<!--:es-->Ampliaron programa EB-5
. . . Residencias a EU a cambio de $500 mil<!--:-->

Ampliaron programa EB-5 . . . Residencias a EU a cambio de $500 mil

MIAMI – El gobierno estadounidense anunció el martes que el programa piloto para inmigrantes inversionistas conocido como EB-5 fue ampliado hasta el 30 de septiembre, tras la firma de la Ley HR 1105 aprobada por el Congreso.

La ampliación facultó a la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) seguir recibiendo y procesando solicitudes I-526 enviadas por los centros regionales, así como formularios I-485 (de ajuste a residente permanente).

Actualmente hay 45 centros regionales que procesan formularios de la visa EB-5, dijo el gobierno.

Para millones de extranjeros, la posibilidad de ingresar a Estados Unidos y conseguir la residencia permanente (green card o tarjeta verde) se ha vuelto un asunto espinoso, casi inalcanzable, sobre todo después de los ataques terroristas de 2001.

Sin embargo, existe un programa -poco conocido- que otorga el anhelado documento en menos tiempo de lo que muchos piensan, pero a cambio de un requisito que no todos pueden cumplir: $500 mil.

Eduardo Montesinos no disponía de esa suma cuando tomó la decisión de instalar un negocio en Estados Unidos, y por ese motivo no pudo participar en el programa. “Es una cantidad poco usual en un inversionista latinoamericano”, comenta.

Montesinos entró a Estados Unidos a finales de enero con una visa de inversionista E-2, de no inmigrante, y se instaló en San Diego, California. “Trabajo en dos líneas de negocios. Una es tecnológica, telefonía sobre internet VOIP, y otra desde donde operó personalmente un servicio de consultoría para empresarios latinoamericanos que buscan hacer negocios en Estados Unidos”.

Un número importante de inversionistas se inclina por el programa EB-5, creado por el Congreso en 1990 y que está dirigido a inmigrantes que quieren hacer negocios en Estados Unidos. Uno de los principales requisitos es que inviertan en zonas de alto índice de desempleo, que necesitan inversión, o en zonas rurales.

El programa le permite a una persona y sus familiares inmediatos “obtener una tarjeta verde (green card), es decir, vivir permanentemente en Estados Unidos”, dijo el profesor Stephen W. Yale-Loehr, de Cornell University. El requisito, agregó, es invertir $500 mil en una zona rural o en una zona de alta tasa de desempleo, “o de lo contrario tiene que invertir $1 millón”.

Los inversionistas que entran en el programa y son autorizados a hacer negocios en Estados Unidos reciben una residencia condicionada por dos años, tiempo durante el cual el capital invertido debe haber generado por lo menos 10 empleos, ofrecidos a trabajadores estadounidenses. Si se cumple esta exigencia, “el estatuto condicional es removido y el inversionista y su familia se convierten en residentes permanentes”, apuntó Yale-Loehr.

María Elena García, Coordinadora de Comunicación del Alabama Center for Foreign Investment, LLC, (el Centro Regional de Alabama) dijo que el retiro de esta condición es “tal vez el beneficio más importante para muchos inversionistas”, y que otras ventajas, una vez que esto sucede, son “la oportunidad de vivir y/o trabajar en cualquier parte de Estados Unidos si el inversionista lo desea, además de auspiciar visas de residencia para su familia, poner su propio negocio, salir y entrar del país sin tener que solicitar una visa adicional, y pedir la ciudadanía luego de cinco años, y otros requisitos de ley”.

Pero el programa no ha sido tan generoso como pretendió el Congreso en 1990, cuando destinó 10 mil visas para cada año fiscal a ser distribuidas entre inversionistas, cuyos países tuvieran vigentes tratados comerciales con Estados Unidos.

Yale-Loehr explica que, en su apogeo, el programa EB-5 sólo entregó 1,300 tarjetas verdes (13 por ciento del límite anual) y que muchos de los inversionistas que participaron entre 1990 y 1998 cumplieron con el número necesario de puestos de trabajo y con los demás requisitos.

Cambio de estrategia

Cuatro años más tarde, en 2002, el Congreso aprobó una ley para ayudar a los inversionistas perjudicados por el INS, y el departamento (ministerio) de Seguridad Nacional elaboró un nuevo reglamento para el programa.

En noviembre de 2003, el Congreso manifestó un renovado interés en el programa y autorizó la creación de centros regionales, para que gestionaran directamente con el servicio de inmigración un 30 por ciento de la cuota anual de visas autorizadas en 1990, una decisión que a juicio de Yale-Loeher “facilitó la tarea de atraer a los inversores extranjeros”.

La Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), reportó que en los años fiscales 2002 y 2003 se entregaron 255 visas de residencia bajo el programa EB-5 respectivamente, y que en el año fiscal 2004 las tarjetas verdes concedidas bajaron a 247. En el año 2005 el número de green card aumentó a 332, “y en el año fiscal 2006 se entregaron 486 visas de residencia”, dijo Dan Kane, portavoz de la agencia en Washington.

Agregó que en el año fiscal 2007 (del 1 de octubre de 2006 al 30 de septiembre de 2007), el número de visas concedidas fue de 803, y apuntó que la cifra debe multiplicarse por 2.5 “para incluir a la familia del inversionista”.

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