Bush pide que Congreso le entregue Reforma Migratoria este año
Washington.- El presidente de EEUU, George W. Bush, pidió hoy que el Congreso le entregue antes de fin de año un proyecto de reforma migratoria que incluya un programa de trabajadores temporales y “trate a la gente con dignidad”.
Tras una reunión con varios de los principales líderes demócratas y republicanos del Senado, Bush señaló que en Estados Unidos hay un “deseo común” para reformar el sistema de inmigración con una iniciativa que fortalezca la seguridad fronteriza, haga cumplir las leyes y establezca un programa de trabajadores temporales.
Bush recibió en su despacho a los senadores demócratas Edward Kennedy y Harry Reid, y a los republicanos Arlen Specter y Bill Frist, entre otros, para dirimir las diferencias en torno al espinoso asunto de cómo atajar la inmigración ilegal.
Bush pidió la aprobación de la reforma migratoria en momentos en que tanto demócratas como republicanos y grupos afines a los dos partidos han criticado su tibio liderazgo sobre el tema.
El Comité Judicial del Senado analizó hoy durante una audiencia el impacto económico de la inmigración en EEUU y las consecuencias de diversas propuestas migratorias.
La audiencia, la primera del Comité tras un receso de dos semanas, se realizó en el marco del debate nacional sobre qué hacer con los cerca de doce millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en el país. Antes del receso, el Senado había logrado un acuerdo, elaborado por los republicanos Chuck Hagel y Mel Martínez, que permitiría la legalización de los indocumentados que llevan más de cinco años en Estados Unidos y establecería un programa de trabajadores temporales para el resto de la población ilegal.
Ese acuerdo se desmoronó en medio de una pugna de índole parlamentaria en torno a varias enmiendas presentadas por los republicanos y degeneró en recriminaciones de “politiquería” y obstruccionismo.
El lunes, durante un discurso ante empresarios en Irvine (California), Bush dijo que la deportación masiva, como piden algunos conservadores, “jamás funcionaría” y reiteró su pedido de una reforma migratoria integral.
Agregó que la propuesta Hagel-Martínez le parecía un concepto “interesante”, pero tuvo cuidado de no pronunciarse con más detalle.
En declaraciones a los periodistas después de la audiencia del Comité, Kennedy y su colega Dianne Feinstein se mostraron optimistas de que con la intervención de Bush se avanzará en el camino hacia la aprobación de una reforma migratoria.
Las declaraciones que Bush hizo el lunes demuestran “un acercamiento hacia nuestra posición”, que incluye la legalización de los inmigrantes indocumentados que llevan mucho tiempo en el país, no tienen antecedentes criminales, están al día con el pago de impuestos y buscan integrarse a esta sociedad, dijo Kennedy.
Kennedy no descartó la posibilidad de que el Senado defina algún tipo de alivio migratorio para finales de mayo.
En diciembre pasado, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley del republicano James Sensenbrenner que convierte en delincuentes a los inmigrantes indocumentados y a quienes les ayuden, además de que autoriza la construcción de un muro en la frontera con México.
La versión que analiza el Senado eliminaría las cláusulas sobre la “criminalización” de los indocumentados, pero cualquier proyecto que salga del Senado tendrá que ser homologado con el de la Cámara Baja para convertirse en ley.
Los analistas preven que la verdadera batalla se librará precisamente en el proceso de armonización bicameral.
Para Feinstein, el hecho de que Bush se esté distanciando del ala radical del Partido Republicano, la misma que apoya la “criminalización” de los inmigrantes indocumentados y pide su deportación masiva, “es un comienzo”.