
California debate licencia para ilegales
Ley facultaría a unos 2 millones de inmigrantes indocumentados obtener un permiso de manejar por tiempo limitado
La Asamblea Legislativa de California podría aprobar en breve –antes del receso del verano- una propuesta de ley que facultaría a unos 2 millones de inmigrantes indocumentados obtener un permiso de manejar por tiempo limitado.
Batalla ganada
La iniciativa, registrada como SB60, fue presentada por el senador estatal Gil Cedillo (demócrata de Los Ángeles) y aprobada la semana pasada por el Comité de Asignaciones de la Asamblea por 13 votos a favor (todos demócratas) y cinco en contra (de republicanos).
Al término de la votación Cedillo comentó que la decisión del Comité «es una muy importante victoria» para miles de inmigrantes sin un estatus de permanencia legal que viven y trabajan por años en Estados Unidos.
La SB60 ha sido presentada a la Asamblea bajo diversos nombres en al menos 5 ocasiones en los últimos cinco años.
Derrotas anteriores
En septiembre de 2003 la iniciativa fue aprobada y ratificada por el entonces gobernador Gray Davis, pero su sucesor, Arnold Schwarzenegger, la vetó argumentando que vulneraba la seguridad nacional.
Un año más tarde fue debatida como Ley AB2895, proyecto que permitía a los indocumentados obtener una licencia siempre y cuando pagaran impuestos, carecieran de antecedentes penales y entregaran sus datos de identificación (nombre, nacionalidad, dirección y número de teléfono) al Departamento de Vehículos y Motores (DMV), información que podía ser compartida con otras agencias gubernamentales.
El proyecto permitía que los ilegales tramitaran la licencia identificándose con un pasaporte o una matrícula consular, y además ponía como condición de que el extranjero sin estatus tuviera un amigo, familiar o conocido que sea ciudadano de Estados Unidos para que lo patrocinara, y que firmara una declaración en la que precisara que no puede votar ni participar como jurado en los tribunales.
Los miedos del gobernador
Pese al optimismo tras la votación, Schwarzenegger vetó la ley argumentando que la iniciativa de Cedillo no era segura para el estado. «No hay uno [artículo o inciso en la propuesta AB2895] que verifique que el solicitante de la licencia sea quien dice ser», dijo el gobernador en una carta.
La postura del gobernante fue criticada por diversos sectores, entre ellos el Diario La Opinión de Los Angeles. El medio editorializó que «Schwarzenegger no cumple su palabra», y afirmó que el mandatario estatal muestra una pobre decisión política que perjudica al estado.
Schwarzenegger, dijo el periódico, dio en 2003 su palabra de respaldar una ley de este tipo a cambio de hacer modificaciones a la propuesta SB60 de Cedillo. Ahora es una buena oportunidad para que el gobernador muestre liderazgo y vuelva a enfocar de manera más positiva el tema de las licencias, subrayó el matutino.
La derrota más sonada de la SB60 se produjo el 24 de noviembre de 2003, cuando Cedillo retiró de la Asamblea su propuesta que ya había sido aprobada por ambas cámaras.
El legislador argumentó que la medida fue adoptada al enterarse que una coalición, encabezada por la Asamblea Republicana de California (CRA, una organización de ultraderecha) había reunido más de 375 mil firmas para someterla a referendo y que fueran los votantes quienes dispusieran si se otorgaba o no licencia de manejar a los indocumentados.
El electorado de California posee un historial contra los inmigrantes. En 1997 aprobó por mayoría la famosa Proposición 187 que, entre otras limitaciones, cortó todo tipo de ayuda pública a inmigrantes sin estatus, prohibió dar licencias de manejar a indocumentados y obligó a los empleados públicos, incluyendo a los maestros de escuelas públicas, a denunciar a los indocumentados.
Fue esta ordenanza la que sirvió de argumento para que un tribunal federal la restringiera, y finalmente la eliminara, en 1999. Si el electorado vota en contra de una propuesta, el tema nunca más puede ser debatido en la Asamblea, a menos que el electorado decida lo contrario.
Las posibilidades para 2005
A partir de ahora se espera que la nueva versión de la SB60 pase en el pleno de la Asamblea con facilidad, ya que los demócratas tienen el control de la misma.
«Nuestra misión es conformar al estado con la Ley Real ID y proveer licencias a inmigrantes para que nuestras calles y carreteras estén más seguras», sostuvo Cedillo.
La Oficina Estatal de Seguridad Interna, la Patrulla de Caminos (CHP), y el DMV se oponen a la medida bajo el argumento de que es demasiado costosa y que el reglamento acerca de cómo serán emitidos los permisos aún se desconocen.
«Estamos arriesgando a gastar millones de dólares sin saber si a fin de cuentas vamos a estar a la par con las instrucciones del gobierno federal», dijo Bill Cather, representante del DMV.
Se estima que el costo de implementación del sistema para darle licencia a los indocumentados alcance los 40 millones de dólares en equipos, personal (unos 1.200 empleados) y almacenaje, ya que la información de los solicitantes, según la SB60 y la ley Real ID, permanecerá archivada entre siete y diez años.
Lo pagarán los ilegales
Cedillo afirmó que el costo de implementación del sistema recomendado en la SB60 será contrarrestado con las ganancias generadas de las cuotas que paguen los peticionarios.
También aseveró que la SB60 puede ser enmendada para incluir una provisión que demore su implementación hasta después de que el gobierno federal anuncie los detalles de Real ID, a mediados del próximo año.
El departamento de Seguridad Nacional (DHS) estima que demorará tres años en elaborar un reglamento para la emisión de los permisos de manejar en los 50 estados, de acuerdo con la ley Real ID aprobada a principios de mayo por el Congreso federal estadounidense.
De ser aprobado el SB60, las nuevas licencias para indocumentados en California tendrían una marca especial para diferenciarlas de los permisos de manejo regulares y no podrá ser utilizada como forma de identificación.
La medida llegará al pleno de la Asamblea en los próximos días y después regresará al Senado, antes de ser enviada al gobernador Schwarzenegger para que la ratifique o vete.