
Cómo mantener a las niñas alejadas de las pandillas!
Por Jo Seavey-Hultquist
Las pandillas de adolescentes se definen en líneas generales como grupos de jóvenes que forman un círculo de lealtad, reclaman un territorio, visten colores comunes, pasan tiempo juntos y cometen delitos juntos. Estos grupos cada vez atraen a más niñas. Según una encuesta nacional de pandillas juveniles realizada en 2000, aproximadamente el 6 por ciento de los 773.000 miembros activos y documentados de pandillas eran del sexo femenino. Estudios posteriores, sin embargo, sugieren que el número de miembros femeninos de pandillas se encuentra entre el 8 y el 38 por ciento.
Y las pandillas no son sólo un problema de las grandes ciudades. De hecho, es más probable encontrar pandillas femeninas en ciudades pequeñas y en áreas rurales que en grandes ciudades. El ochenta y siete por ciento de los departamentos de policía en los condados suburbanos con poblaciones entre 100.000 y 249.999 habitantes denuncia actividades de pandillas en sus comunidades.
Las diferentes etapas
Los miembros de las pandillas se refieren a las niñas menores de 10 años como ‘posibles candidatas’, mientras que aquellas que imitan la forma de vestir o el comportamiento o pasan tiempo con los miembros de las pandillas, se las conoce como ‘imitadoras’. Las niñas que han pasado por la iniciación y participan en una serie de actividades que incluyen el robo y la violencia son “miembros regulares”.
Factores principales de riesgo
Jody Miller, profesora adjunta del Departamento de Criminología y Justicia Penal en la Universidad de Misuri, St. Louis, e investigadora destacada sobre asuntos de niñas y pandillas, apunta que las niñas que se unen a pandillas muestran tres características: provienen de familias disfuncionales, tienen pandillas en sus vecindarios o tienen compañeras que pertenecen a pandillas o algún miembro de su familia en una pandilla. Meda Chesney-Lind, criminóloga, profesora de Estudios sobre la Mujer en la Universidad de Hawai-Manoa y autora de varios libros sobre niñas en pandillas, señala que la mayoría de las niñas que pertenecen a pandillas han sido víctimas de abuso sexual o físico y ven las pandillas como un refugio.
Señales de advertencia
Pero incluso niñas de hogares estables pueden acabar perteneciendo a pandillas, así que los padres tienen que prestar atención si sus hijas muestran los siguientes signos: vestirse frecuentemente de un color; tener símbolos o graffiti parecido al de las pandillas escrito en libros o en la ropa; hacerse un tatuaje con connotaciones pandilleras (tales como el número 13 o el nombre de una calle o vecindario); que las llamen por un nuevo apodo (como chica loca); que se vuelvan agresivas o que de repente tengan dinero extra de fuentes desconocidas.
Prevención y alternativas positivas
Algunas de las cosas que los padres pueden hacer para combatir las pandillas es denunciar actividades sospechosas a la policía, compartir información con otros padres y asegurarse de que existen actividades positivas para las niñas después del horario escolar y durante los fines de semana. Girl Scouts, que siempre ha estado dedicada al bienestar de las niñas, proporciona un entorno seguro y estimulante en el que pueden hacer amigos, ser aceptadas y aprender destrezas importantes para la vida.
Girl Scouts of Santa Clara County ha estado ayudando a las niñas a adquirir destrezas para enfrentarse a la violencia y a las influencias negativas con Got Choices, financiado por GSUSA y el Departamento de Justicia y presentado a través de Girl Scouts in Detention Centres y P.A.V.E. (Proyecto Educativo Antiviolencia) the Way. Creado hace 10 años, Got Choices ofrece sus servicios a niñas con riesgo de pasar a formar parte de pandillas o involucradas en el sistema judicial juvenil. Empleados jóvenes sirven como consejeros del programa, facilitan debates sobre la prevención de la violencia, la autoestima, la toma de decisiones positivas y el establecimiento de metas. Invitados especiales llevan a cabo talleres sobre temas como la violencia en las relaciones entre los adolescentes y carreras no tradicionales.
El año pasado, el 80 por ciento de las participantes indicó que el programa incrementó su capacidad de tomar decisiones positivas. “Aprendí de los consejeros del programa a tener más confianza en mí misma y a tratar mejor a los demás”, señaló una participante. “El programa ha cambiado mucho las cosas. Antes yo no hablaba con nadie, me lo callaba todo. Ahora, me he hecho amiga de los consejeros y les puedo contar mis problemas”.
Jo Seavey-Hultquist, director de programa de Girl Scouts of Santa Clara County, tiene una maestría en trabajo social y más de 10 años de experiencia en el desarrollo de programas juveniles concentrados en la prevención de la violencia.