Desde mi Punto de Vista por Hugo Fernando DURAN

Qué difícil es regresar a la rutina de todos los días, después de haber estado unos días en New York, una ciudad que me recuerda mucho a mi querido Distrito Federal, por la cantidad de gente, sus edificios, su enorme tráfico, restaurantes, teatros, cines y comercios que no cierran los 365 días del año, pero sobre todo por sus bellas mujeres, aparte de contar con la hermosa estatua de la Libertad y la Isla Ellis que es el Museo Nacional de Inmigración.

Andar en New York me resultó fantástico, viajar en los trenes elevados, cruzar la bahía en el Ferry y en el subway fue algo esperado por mucho tiempo, porque a través de las películas ya conocía los vagones que abrían sus puertas a medio camino para dejar pasar a la gente de un tren a otro y ahora estaba ahi a media noche junto a otros viajeros y turistas, muchos de los cuales llevaban maletas y mochilas en la espalda.

De Jamaica a Time Square, de Port Authority a New Jersey, de Queen a Manhatan y de Broadway al Bronx, los trenes van ocupados de noche y de día, la actividad en esta urbe de hie-rro no para, siempre hay gente a las carreras y sin prisa, que vie-nen y otras que van, muchos de los paseantes son turistas con su cámara fotográfica a la mano, que prácticamente no duermen durante los tres o cuatro días que dura la fiesta en Brodway y Time Square, precisamente donde se encuentra el corazón de la Gran Manzana donde todos quieren ir desde que bajan del avión.

En esta zona, las tiendas se encuentran abarrotadas de gente gastando dinero en grandes cantidades, como si la crisis económica de que tanto se habla fuera cosa de dientes para afuera y en todas las marquesinas existen grandes letreros que dicen “se habla español”, tal vez porque los hispanos representan millones y millones de dólares en ventas de electrónicos, comidas, bebidas, hospedaje, ropa, medicinas, espectáculos y tantas cosas que están a la venta en esta gran ciudad.

Viajar en auto particular o en taxi es sumamente dilatado, por lo que es más cómodo para viajar es el transporte urbano (el metro y el tren lilgero) a un costo de $2.25 dólares por via-je sencillo, se puede ir a donde quiera y tiene que pagar otros $2.25 dólares las ocasiones que se tenga que viajar, por ejemplo un bono para 30 días que permite viajar en toda la red tiene un precio de $90 dólares y es lo más económico que existe.

Una memorable experiencia resulta el viaje en Ferry a la Isla de la Estatua de la Llibertad (considerada monumento nacional desde 1924), sobre todo porque después del 9-11 fue cerrada hasta agosto 3 del 2004 y recientemente (el 4 de julio del 2009) fue reabierta la sección de la Corona a la que sólo se puede acceder por medio de una reservación, si se tiene suerte porque miles de turistas desean acceder hasta la parte más alta del monumento.

El viaje en crucero también incluye una visita a la Isla E-llis que fue la primera estación de inmigración de tipo federal que abrió sus puertas a los inmigrantes, el primero de enero de 1892 y procesó 12 millones de expedientes hasta su cierre en 1954, el edifico principal permaneció abandonado por espacio de 30 años, hasta que fue restaurado y abrió sus puertas como el Museo Nacional de Inmigración el 10 de septiembre de 1990.

En New York la gente no camina ni viaja con miedo, ni teme otro ataque terrorista, sino por el contrario las personas que viajan en los trenes elevados y subterráneos lo hacen de lo más confiados a pesar de que una gran cantidad de turistas van y vienen con maletas o mochilas al hombro sin llamar la atención de nadie, aunque existen puntos de vigilancia donde hacen revisiones de bolsos y maletines al azar.

La tranquilidad ha vuelto y casi en el olvido han quedado los terribles actos terroristas; hoy la gente transita sin pensar en Bin Laden, ni en los talibanes, anda gastando y gozando de la vida mientras se pueda. Deseo agradecer de todo corazon a quienes hicieron posible estas vacaciones en Manhatan, en verdad me divertí como enano de circo y quiero regresar en Año Nuevo a Time Square, primero Dios.

Tambien quiero agradecer a mis tres lectores que preguntaron por esta columna en estas semanas de descanso, especialmente al representante estatal Roberto Alonzo y hasta la próxima. hugofernandoduran@yahoo.com.

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