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La expresión de la desnudez pública es un derecho amparado por la Declaración de los Derechos Humanos. Pero si bien la posibilidad de hacer topless o desnudarse en la playa es algo conocido y, hasta cierto punto aceptado socialmente, no lo es tanto ir en cueros por la calle. Hasta ahora ninguna ciudad en el mundo había abanderado este derecho. La primera en hacerlo ha sido Barcelona (España), que ha impulsado el respeto ciudadano a la “indumentaria libre”.
Según se recoge en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la desnudez pública es un derecho, en el marco de la libre opinión y creencia, y en España, desde 1989, el Código Penal ya no sanciona esta opción por “escándalo público”.
Es más, la reforma del Código Penal español de 1996 ya advierte de que “las personas que elijan vivir desnudas, pasan a ser personas con ese derecho, con todo lo que esto comporta, sin que nadie, ni entidades ni particulares, les pueda exigir que se vistan, ni obligarles, por el simple hecho de ir desnudas, a dejar el sitio donde se encuentran”.
Precisamente porque una gran mayoría desconoce este derecho, las asociaciones nudistas ADDAN y ALETEIA acudieron al Ayuntamiento de la ciudad de Barcelona, otra ciudad olímpica, para obtener una subvención económica con la que poder editar un tríptico informativo sobre la libertad de indumentaria. Un polémico folleto que pretende desnudarnos de prejuicios y que está dando mucho que hablar.
Con la publicación de este tríptico, Barcelona se ha convertido en la primera ciudad del mundo que reconoce el derecho de sus ciudadanos y turistas a ir desnudos por la calle.
El presidente de la ALETEIA, Just Roca y Duran, indicó que esto significa “un reconocimiento a la existencia del derecho a expresarse en la desnudez”. Por su parte, el Ayuntamiento barcelonés insistió en que el folleto se limita a “constatar una evidencia, pues la práctica del nudismo en Barcelona es real”, según comentó erll director de la Concejalía de la Mujer y de Derechos Civiles, Ramón Lamiel.
El texto del tríptico es el resultado del esfuerzo de la administración de la ciudad y las asociaciones nudistas ADDAN y ALETEIA, que han trabajado conjuntamente para redactar un programa en el que se informa de este derecho en el marco de la convivencia ciudadana. “Nosotros, desde la administración les recordábamos su deber de solidaridad y convivencia en el ejercicio de su derecho”, explicó Lamiel.
El alcalde de Barcelona, Joan Clos, aseguró que el Ayuntamiento “no quiere promocionar que la gente vaya desnuda por la calle, de ninguna de las maneras. Por el contrario, el tríptico está comprometido con la educación de la ciudadanía, que en buena parte desconoce la existencia de este derecho amparado por la ley”.
“Los medios de comunicación han magnificado el tema de ir desnudos por la calle”, explicó el presidente de ALETEIA, Just Roca. “Andar desnudos por la calle no es nuestra prioridad”. Además, “nosotros no queremos enfrentamientos con la gente, así que si advertimos que molestamos a alguien, nos vamos, y ya está”, añadió.
En la línea de Clos y Roca, Ramón Lamiel puntualizó que “en ningún caso el Ayuntamiento fomenta la práctica de este derecho, sólo lo reconoce”, quien asimismo admitió que se trata de un derecho “con una cierta bondad y que no hay nada de malo en exhibir el cuerpo, no tiene porque ser molesto”.
Las asociaciones ADDAN y ALETEIA definen el nuditismo como “el movimiento de opinión a favor de la libre expresión de la desnudez humana” y al nudista como “la persona que, sin condicionamientos externos, se expresa en la desnudez. l nudismo no es punible, ya que por practicarlo no hay un incumplimiento del marco normativo, y los nudistas no hacen una exhibición maliciosa de su cuerpo, ¡ni siquiera tienen la sensación de ir desnudos!”.
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