
En las “mid term elections” Los Votantes Hispanos debieron hacer la diferencia en Estados Clave!
Washington.- Los votantes hispanos mantuvieron un especial entusiasmo en los comicios del pasado martes con la esperanza de revertir las posturas anti-inmigrantes en el Congreso, según grupos nacionales de esta minoría.
El voto latino pudo jugar un papel fundamental principalmente en los estados de Nuevo México, Florida, Nueva Jersey y Arizona, donde esta población tiene una gran influencia, de acuerdo con sondeos recientes, entre ellos, un estudio del encuestador Sergio Bendixen.
Importantes entidades como el Consejo Nacional La Raza (NCLR) y la Asociación Nacional de Latinos Electos y Nombrados (NALEO), destacaron que esta minoría ha aumentado su participación en la vida política de EEUU en más de una década.
Estudios de ambas asociaciones muestran que los hispanos de Arizona y Nuevo México antes del martes estaban decididos a derrotar en las urnas a los candidatos -demócratas o republicanos-, que abogan por un endurecimiento de las leyes de inmigración.
Aunque la educación y la economía son sus principales preocupaciones, los votantes de este colectivo tuvieron claros otros de sus intereses en los comicios, explicó NALEO, que ha unido esfuerzos con el NCLR para orientarles en el día de las elecciones.
En la consulta cívica del día 7 de noviembre, prevaleció el deseo de llevar al Congreso a los candidatos a favor de la legalización de los 12 millones de extranjeros indocumentados que se calcula viven en EEUU, indicaron líderes de las coaliciones por una reforma de inmigración amplia, las mismas que llevaron a cabo demostraciones en varias ciudades para presionar al Congreso.
Con la renovación de los 435 escaños ante la Cámara Baja y un tercio del Senado, se empezó de cero sobre la reforma en el 2007, de tal suerte que los comicios “revistieron una importancia especial”, aseguró el NCLR.
Mientras tanto, La Raza y NALEO ayudaron a impulsar la movilización de los hispanos hacia los centros de votación.
Otras entidades nacionales también cooperaron de forma independiente en la orientación de esta comunidad y en la asistencia para que no faltaran a su cita cívica en las urnas.
Las últimas estadísticas sitúan el número de votantes hispanos en 5,7 millones, a los que se espera sumar otros dos millones que al parecer se inscribieron durante una campaña general de diversas organizaciones realizada en los últimos 12 meses.
En la actividad de orientación y movilización de La Raza y NALEO se contó con la asistencia de líderes de la comunidad, dijeron ambos grupos de derechos civiles.
Las dos organizaciones cívicas manifestaron, en un comunicado, que la falta de acceso a una oportuna información es uno de los grandes obstáculos para la participación de los votantes hispanos.
Sin embargo, para superar esa barrera se estableció un teléfono gratuito 1-888-Ve-Y-Vota (1-888-839-8682) con centros de ayuda en Washington, D.C, y Los Angeles.
Más de 40 operadoras bilingües ayudaron a los votantes hispanos a localizar sus centros de emisión del sufragio y asegurar que sus derechos fueran protegidos, en un horario extraordinario desde las 6:00 a.m. (11.00 GMT) hasta la 1.00 a.m. (05.00 GMT), dijo NALEO.
Por otro lado, esta entidad también observó los lugares de votación en las comunidades latinas de Anaheim, Los Angeles, Riverside, San Bernardino y Santa Ana (California); Dallas y Houston (Texas) y en la ciudad de New York.
La Raza informó de que ayudó a capacitar sobre estas elecciones a grupos locales que observaron el desarrollo de las mismas en Delaware, Georgia, Carolina del Norte, Oklahoma, Pennsylvania y Tennessee.
Qué puede
cambiar después de las elecciones del 7 de
noviembre!
Las elecciones de medio mandato, que el puede revolucionar la vida política del país a un nivel no visto desde la ascensión de George W. Bush a la presidencia, para pocos tendrán más repercusiones que para los millones de hispanos que viven en la sombra de la ilegalidad inmigratoria y sobreviven con el sueldo mínimo.
Irak, la guerra contra el terrorismo, los escándalos de corrupción de la mayoría republicana o la supuesta manipulación de la verdad por parte de la administración de Bush, fue material de debate en los últimos meses de campaña.
Pero en poco se podía anticipar qué pasará si Washington se levanta con una o ambas cámaras del Congreso bajo el control del Partido Demócrata.
Si el asalto republicano de 1994 al Congreso que lideró Newt Gingrich tenía como biblia el grueso Contrato con América, la reconquista de la Cámara de Representantes que encabeza la líder de la minoría demócrata Nancy Pelosi cuenta con poco más que un par de hojas como programa.
Probablemente consciente de que lo que estaba en juego no son los planes de futuro del partido de Hillary Clinton, sino un referéndum sobre la presidencia de Bush y la mayoría congresional republicana que lo ha acompañado disciplinadamente durante seis años, los demócratas se han enfrascado muy poco en subrayar qué piensan hacer si los vientos políticos soplan a su favor.
A tres hojas medio vacías se reduce el programa titulado Una Nueva Dirección para América. Seis para el 06, que en realidad es una colección de atractivos, pero vagos, postulados, como un seguro de salud para todos o la independencia energética del país.
Sin embargo, hay dos cosas específicas que con toda probabilidad sucederán si se produce un cambio en el Congreso, y ambas afectan directamente a los hispanos.
Inmigración
La primera es un reenfoque del debate migratorio, que hasta ahora se ha centrado en la supuesta amenaza que supone la porosidad de la frontera sur, y que ha dado como resultado la aprobación del controversial muro fronterizo.
Una mayoría republicana especialmente intransigente al establecimiento de un camino hacia la legalización, lo que califican despectivamente como ¨amnistía¨, ha sido hasta el momento el principal obstáculo a una reforma migratoria amplia como la que auspicia el mismo presidente Bush.
Una mayoría demócrata retiraría esos obstáculos del camino, y estaría mucho más dispuesta a llegar un acuerdo con el Senado y la Casa Blanca para finalmente abrir una vía a la legalización para una buena parte de los 12 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos.
Otro efecto probable sería la erradicación de la agenda de la Cámara de proyectos de ley drásticos, como el que legalizaría la práctica declarada inconstitucional de retener en prisión indefinidamente a un inmigrante que ha cumplido su pena, pero no puede ser deportado, o el que obligaría a las policías locales y estatales a hacer cumplir las leyes migratorias.
En cuanto al muro fronterizo, la legislación que aceptaron el Senado y la Casa Blanca sólo incluía una partida de $1.200 millones, cuando algunos estimados elevan su costo a $7,000 millones. Con lo que la futura financiación de la monumental obra de seguridad quedaría en manos de quien controle el Congreso en los próximos cuatro años.
Salario mínimo
Si alguna promesa han repetido los dirigentes demócratas, es que una de sus primeras medidas será aumentar el salario mínimo federal de $5.15 la hora, que no se ha tocado desde 1997.
El programa demócrata asegura que los salarios de los congresistas quedarán congelados hasta que se aumente el salario mínimo.
Para hacerse una idea, un trabajador con 40 horas semanales que reciba esa remuneración ingresaría bruto semanalmente $206, mensualmente $824 y anualmente $9,888, cantidad que sólo supera en $88 a los ingresos con el gobierno federal utiliza como índice para determinar que un individuo vive en la pobreza.
Aunque 18 estados exigen un salario mínimo superior al federal, en el resto del país esa es la paga que reciben millones de hispanos que trabajan en sectores como la restauración, la hostelería o la limpieza.
El contra argumento republicano es que un aumento del salario mínimo es una interferencia gubernamental en el mercado abierto del trabajo, que puede redundar en la pérdida de puestos de empleo porque aumenta el gasto laboral de las empresas.
Además, según opinan, una buena parte de los trabajadores que ganan el salario mínimo no son cabezas de familia, ni empleados veterano, sino adolescentes que acaban de entrar al mercado laboral o que trabajan pocas horas con el único propósito de cubrir algunos de sus gastos.
Eso no quiere decir que sólo inmigración y salario mínimo estén en la mente de los votantes hispanos, a quienes también desvelan la guerra de Irak o la lucha antiterrorista, pero son temas mucho más amplios donde el efecto práctico de un cambio de control es mucho más difícil de especificar.
También lo es en uno de los temas que más preocupa a la población hispana: la salud. Un 32 por ciento de los hispanos carecen de cobertura médica.
Un 91 por ciento de los votantes latinos encuestados en junio por el Latino Policy Coalition, que es un consorcio de entidades de investigación y estudio de la comunidad hispana, consideraron la sanidad un derecho humano básico.
Pero el programa demócrata es mucho más vago en ese sentido, más allá de señalar que Estados Unidos se debe unir a las otras 36 naciones desarrolladas que aseguran a toda su población acceso a los servicios de salud.
Lo que estaba en Juego en las Elecciones!
A no ser que uno viva en la luna, lleve una vida de ermitaño o ignore por completo las noticias, Usted debe de saber que en estas elecciones el país se enfrenta resultados cruciales.
Pero, qué es lo que exactamente está en juego.
Los comicios que se celebraron son conocidos en inglés como los “mid term elections” que más o menos se traduce como elecciones a mitad de término o a mitad de mandato.
El nombre se debe a que se celebran a la mitad de un mandato presidencial, que en este caso es el que ganó George W. Bush en el 2004.
Los cargos públicos federales que van a las urnas en las elecciones a mitad de término son los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 33 de los 100 escaños del Senado.
Los congresistas electos después del 7 de noviembre tendrán que volver a acudir a las urnas durante las presidenciales del 2008, dado que la Cámara va a elecciones cada dos años.
Los senadores, sin embargo, gozan de términos de seis años, por lo que los que acuden a estas elecciones no volverán a enfrentarse a las urnas hasta el 2012. El tercio electo en las presidenciales del 2004 acudirán a las de medio término del 2010, y el otro tercio electo en el 2002 se la jugarán en las del 2008.
La actual Cámara está dividida entre 230 republicanos, 201 demócratas y un independiente. Para que se produzca un cambio en el partido dominante, los demócratas necesitan ganar 15 escaños netos.
En el Senado, los republicanos cuentan con 55 escaños, los demócratas con 44 y hay un senador independiente, quien comparte bancada con el partido demócrata.
Eso significa que los demócratas necesitan ganar seis escaños netos para hacerse con el control del Senado, por que si se produce un empate a 50 escaños, el vicepresidente rompe el empate en su rol constitucional de presidente de la cámara alta.
Además de cargos federales, en esta elección se debieron decidir los gobernadores de 36 estados, legislaturas estatales y cargos locales.
- ...Durante las pasadas elecciones los votantes hispanos hicieron la diferencia en estados clave.