
Esperando la Ley de Bancarrota …Hispanos buscan alivio para su hipoteca!
Los hispanos atrapados por créditos hipotecarios de alto riesgo centran sus esperanzas en una reforma a la ley de Bancarrota que sería un alivio financiero para miles de familias.
Se reducirían los pagos
Con esta reforma, miles de familias que están a punto de perder sus casas acudirían a tribunales para solicitar la modificación de las tasas de interés y reducir así el pago de sus préstamos, según parte del texto del proyecto aprobado por la Cámara de Representantes de EU el pasado 5 de marzo.
“Esta ley permitiría al consumidor ir a una corte de bancarrota para que un juez autorice modificar sus créditos y a la vez se le puede ofrecer protección a los administradores de los préstamos”, dijo Aracelys Panameño, directora de asuntos latinos del Centro de Préstamos Responsables (CRL, por sus siglas en inglés).
Si el Senado federal le da el visto bueno, la ley se convertiría en un muro de contención de la hemorragia de embargos inmobiliarios que sufre Estados Unidos desde que estalló la crisis hipotecaria a raíz de los llamados créditos subprime.
La situación en Florida
y California
Panameño afirmó que si en los próximos cuatro años no se implementan medidas, sólo en el estado de la Florida cerca de 1.4 millones de personas perderían sus casas.
El CRL ha pronosticado que en el 2009 un total de 423,731 familias perderán sus viviendas en la Florida y de éstas 95,535 serán hispanas, de acuerdo con sus proyecciones basadas en informes de la Mortgage Bankers Association (MBA).
Alrededor de 385,309 ejecuciones hipotecarias se registraron en Florida en el 2008, el segundo estado después de California que tuvo 523,624, según otros reportes.
“La situación se complica y mientras no se actúa rápido más aumentan los números”, advirtió Panameño.
Panameño dijo que una combinación de factores incidió en que los hispanos fueran uno de los segmentos que más se le otorgó créditos subprime: poco dominio del inglés, falta de regulaciones en el sector bancario y el no hacer cumplir las leyes existentes.
Apuntó que para incrementar el mercado hipotecario se relajaron los estándares de evaluación de los créditos y se aprobó financiación a personas que no calificaban.
“No quiero decir con esto que todo el mundo en el sector hispano no calificaba, pero al distender los estándares nos tiraron un tipo de crédito que no mereceríamos”, se quejó la directiva.
En los análisis realizados por el CRL, se determinó que el 40 por ciento de las familias que compraron casas en el 2006, cuando estaba en su punto más alto la burbuja inmobiliaria, cerró la transacción con subprime.
“De esas familias, el 60 por ciento merecía un crédito preferencial, con mejores tasas de interés y términos, y el resto era digno de un mejor crédito”, aseguró.
Por lo general, agregó, “nuestra gente trabaja en el sector de servicios y de la construcción. En el primero se perciben ingresos bajos y en el otro altos, pero sólo por temporada”.
De allí el impacto de los subprime en ese grupo al ser una financiación que puede concretar el sueño de una persona, con bajos o moderados ingresos, de poseer una casa.
Pero que termina disparando el monto del pago mensual al requerir en el corto plazo un ajuste severo de las condiciones del crédito.
“Llegamos a todo esto porque las leyes han estado trabajando para las instituciones financieras y no hay protección para el consumidor, ni represalias (para los infractores)”, dijo Panameño al resaltar la importancia de que el Senado apruebe la reforma.
Daniel Rodríguez, presidente de FirstEquity Mortgage Bankers, calificó de positivo poner en vigor regulaciones que exijan demostrar los ingresos reales de las personas para que los bancos se aseguren que el cliente podrá continuar pagando el préstamo.
Admitió que “estos errores los estamos pagando todos porque algunas personas por falta de conocimiento y otras engañadas compraron sus casas sin saber lo qué sucedería, no le explicaron bien el crédito que le estaban otorgando”.
Sin embargo, enfatizó que “no toda la culpa recae sobre el sector financiero” ya que hubo muchos individuos que “sabían lo que estaban haciendo, pedían préstamos con el objetivo de que al año siguiente la propiedad aumentaría de valor y podían venderla o refinanciarla y sacarle dinero”.
“Gran parte de la culpa la tienen los bancos, pero muchos individuos también tienen que asumir esa responsabilidad, se beneficiaron de la situación y ahora dicen: ah, no yo no sabía nada”, puntualizó el banquero.