Guille Franco pasó malos momentos a su llegada a España

Caminar hoy al lado de varios compatriotas suyos que son estrellas en España, como Juan Román Riquelme, Martín Arruabarrena y Juan Pablo Sorín, no resultó en un inicio fácil, porque al llegar lesionado “Guille” Franco, se le cuestionó su incorporación al Villarreal.

“La verdad que ha sido un tiempo muy difícil para mí, por el hecho de que estás llegando a un club nuevo, no te conocen, estás llegando como refuerzo porque para mi llegada se tuvo que ir otro jugador y haber estado todo este tiempo sin entrenarme con el grupo, estando aparte, la verdad es que ha sido difícil, pero las cosas se dieron así y lo importante ahora es ver para adelante, que hoy (el domingo) finalmente he debutado con el equipo, ya tenía muchas ansias”, externó Franco.

Afortunadamente para el jugador del Villarreal, ahora sus objetivos son otros al superar su lesión, por lo que sus baterías están enfocadas a ganarse un puesto titular en el “Submarino Amarillo”.

“Gracias a Dios la lesión ha quedado atrás y ahora he cumplido la ilusión de poder vestirme de amarillo por primera vez después de más de un mes que me presenté a este club, para ser exacto el 19 de enero y con mucha ilusión de poder ganarme un lugar en el equipo y realizar ese sueño que tuve siempre que es de jugar en Europa a buen nivel”, señala Franco.

Sobre este país y el cambio de residencia, Franco se confiesa inmune a los traumas de la adaptación a una cultura diferente a la propia. Y hace énfasis en que la dificultad no será aprender a comer “tapas” y “raciones” sino a meter goles en una Liga como la de las Estrellas.

“Adaptarte al ritmo futbolístico es otra cosa y es lo que va a pasar un poquito aquí. Vengo de un futbol distinto como es el mexicano a un futbol donde no se regala nada, donde se juega por ahí mucho más especulando, entonces trataré de adaptarme lo más rápido posible a la Liga”, afirma “El Guille”, quien finaliza diciendo que espera más patadas en España de las que recibía en México, pero se dice preparado para no dejarse amedrentar.