Instituciones Mexicanas a Prueba!
CIUDAD DE MÉXICO – Las elecciones del domingo pasado, con el resultado más reñido de la historia, se han convertido en una prueba de fuego para la solidez de las instituciones mexicanas a la hora de proclamar al nuevo presidente, y dibujan un nuevo escenario político sin precedentes en el país.
Un día después de que los dos principales candidatos proclamaran públicamente su victoria, los resultados electorales preliminares dan una ligera ventaja a Felipe Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional -PAN-, con el 36.37 por ciento de los votos, frente a Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática -PRD-, de izquierda, que obtiene el 35.4 por ciento.
El recuento oficial ha dado un vuelco a todas las previsiones, y el Programa de Resultados Electorales Preliminares -PREP-, que no tiene validez legal pero sí refleja con escaso margen de error el resultado de los comicios, da una ventaja de Calderón de más de 300 mil votos con más del 97 por ciento de las actas escrutadas.
A partir mañana, el Instituto Federal Electoral procederá al recuento de las 130 mil actas correspondientes a igual número de mesas electorales, requisito previo para proclamar el resultado de los comicios.
El equipo de campaña de Calderón considera que los datos del PREP son irreversibles y que el candidato del PAN ya es el ganador de las elecciones. César Nava, secretario general adjunto del partido, adelantó que está misma semana la autoridad electoral debería reconocer su triunfo. En el bando opuesto, el PRD ha puesto en duda los resultados difundidos por el PREP en la página digital del Instituto Federal Electoral.
Horacio Duarte, representante perredista ante la autoridad electoral, señaló que su partido ha pedido la entrega de la base de datos del recuento rápido y ha exigido una auditoría al PREP.
Duarte enumeró una serie de presuntas irregularidades en el proceso de difusión de los resultados preliminares, como el retraso en la entrega de datos de aquellas zonas donde López Obrador supuestamente obtenía una mejor votación. El representante perredista llamó la atención sobre el 2 por ciento de votos nulos, porcentaje superior a las 9 décimas que separan a Calderón de López Obrador. Así las cosas, México entra en un compás de espera cargado de tensión, donde la autoridad electoral deberá atender las reclamaciones del PRD, que está dispuesto a que se abran todas las actas y se cuenten voto a voto.
Legalmente, el Tribunal Electoral, órgano encargado de atender eventuales impugnaciones, tiene hasta el 6 de septiembre de plazo legal para la proclamación del próximo presidente de la República.
Todos los pronósticos fallaron estrepitosamente. Para sorpresa de muchos, Calderón se perfila como el ganador de una larga batalla, en la que López Obrador estuvo en cabeza durante más de un año.
Salvo breves paréntesis, las encuestas siempre le colocaron al frente de las preferencias de los electorales. El mismo día de la votación los sondeos a pie de urna confirmaban esta tendencia. El nuevo Congreso estará, según todas tendencias, más atomizado con un PRI, el partido mexicano hundido en el tercer lugar.
Los 17 gobernadores priístas se autoconvocaron el lunes a una reunión en la Ciudad de México para discutir el futuro del partido, en una señal inequívoca de que la autoridad del candidato presidencial, Roberto Madrazo, está seriamente cuestionada.