
Latinos en el Super Bowl . . . Gramática, el último campeón
Aunque la presencia de jugadores latinos en los dos contendientes del Super Bowl XLIII se limita a un pateador de despeje lesionado desde la pretemporada y que no jugará, un tackle ofensivo que no ha jugado un solo partido y un apoyador de la escuadra de prácticas, sigue siendo un indicio de que el trabajo arduo va ensanchando la brecha para los elementos de origen hispanoamericano en la liga profesional más exitosa del mundo.
En el máximo escenario
El argentino Martín Gramática ha sido el más reciente latino que ha integrado una escuadra campeona. El pampero integró a los Tampa Bay Buccaneers, que despedazaron a los Oakland Raiders en el Super Bowl XXXVII, en enero de 2003.
La aportación de Gramática fue de 12 puntos, gracias a dos goles de campo y seis puntos extra. Luego de Martín, sólo ha podido estar presente en el “juego grande” el mexicano Roberto Garza, liniero ofensivo de los Chicago Bears, que cayeron ante los Indianapolis Colts en la edición XLI.
Para el “Súper Domingo” XLIII en Tampa, los Steelers no podrán contar, como ocurrió todo el año, con el pateador de ascendencia mexicana Daniel Sepúlveda, quien se desgarró un ligamento en agosto y no volverá a jugar hasta la siguiente pretemporada.
Los Cardinals tienen en sus filas a Elliot Vallejo, también de ascendencia mexicana, quien, sin embargo, es tackle ofensivo reservista y no ha participado en la temporada. Y en la escuadra de prácticas se encuentra el mexicano Eduardo Castañeda, linebacker originario de Acuña, Coahuila, quien hizo el viaje a Tampa para mantener en forma a los titulares durante los entrenamientos.
Estos tres hombres son la herencia de anteriores elementos que han disputado el partido más importante del año con diferentes resultados.
Joe Kapp, mariscal de campo de los Minnesota Vikings en la edición IV, no pudo llevarlos al triunfo contra los Kansas City Chiefs con los que estaba como quarterback suplente, Tomás Flores Sánchez, el hombre que años después llevaría como entrenador en jefe a los Raiders a ganar dos Super Bowls (XV y XVIII).
Tom Flores fue el primero en la historia en ganar el Trofeo Lombardi como jugador y entrenador.
El pateador Frank Corral integró a los Los Angeles Rams que intentaron dar la sorpresa en el Super Bowl XIV, pero se quedaron cerca ante los Pittsburgh Steelers.
También se debe contar a un elemento del Salón de la Fama, Anthony Muñoz, tackle ofensivo de los Cincinnati Bengals con los que disputó, al lado de su compañero en la línea ofensiva Max Montoya, los Super Bowls XVI y XXIII, cayendo en ambas ocasiones ante San Francisco.
Y qué decir del mariscal de campo dos veces campeón y Jugador Más Valioso de la edición XV, Jim Plunkett, quien también se coronó en la edición XVIII. La madre de Plunkett era mexicana y los anteriores mencionados también tenían raíces en el país azteca.
Otro destacado elemento de los Raiders con sangre latinoamericana en las venas lo fue Ten Hendricks, apoyador elevado al Salón de la Fama, quien ganó los Super Bowls XI y XV con los malosos. “La Garza Enojada” nació en Guatemala de madre guatemalteca.
Y también están los mexicanos nacidos en México como los pateadores Efrén Herrera y Rafael Septién, quienes disputaron en ediciones consecutivas, XII y XIII, respectivamente, el Super Bowl como parte de los Dallas Cowboys.
Su colega, el coahulense Raúl Allegre, fue parte del campeonato de los New York Giants, en el Super Bowl XXI contra los Denver Broncos.
En el Super Bowl XXXIII, estuvo el tackle ofensivo novato José Portilla con los Atlanta Falcons, que perdieron ante los Broncos. Portilla es poco recordado porque no pudo completar siquiera su siguiente temporada en la liga.
Todos los mencionados deben ser considerados auténticos pioneros. La NFL difícilmente daba cabida a elementos de herencia hispana hasta hace una década, pero en la actualidad se cuentan hasta 24 jugadores con ascendencia latina y muchos de ellos del más alto nivel.
Basta enlistar nombres como Tony González, Tony Romo o Luis Castillo, quienes aún no llegan a un Super Bowl, pero que son muestra del talento y la tenacidad de una cultura y una identidad que mantiene su camino ascendente en la nación más poderosa del mundo y dentro de la liga que les brinda su deporte favorito.