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Los 7 pecados capitales en las redes!

En el ciberespacio, estos vicios pueden notarse cuando te asomas a tus mensajes o tu newsfeed.

Reconocidos como pecados capitales porque generan otros pecados, los siete grandes vicios de la naturaleza humana –lujuria, avaricia, gula, pereza, ira, envidia y soberbia– ya no se quedan en el plano meramente terrenal.

Estos siete pecados hoy por hoy predominan en las redes sociales, ¿los identificas?

1 SOBERBIA

Relacionada con la vanidad, es la sobrevaloración del propio yo, de ser siempre más importante y atractivo que los demás.

Los «selfies» son los ejemplos actuales de este pecado: para ellos el espejo es la herramienta perfecta para el «shooting» matutino, vespertino o nocturno. El brazo a distancia delata que se trata de un autorretrato, pero, ¡ah!, con el debido retoque que los haga verse mejor.

«Es una falta de afecto, de apego. En el caso de los típicos adolescentes son egocéntricos porque algo les falta; tienen una carencia y quieren llenar ese vacío», expresa Bertha Franco, psicóloga de bachillerato de la Universidad del Valle de México.

La experta sugiere el autocontrol, primero con la imagen y segundo con lo que se escribe.

2 AVARICIA

La adquisición de riquezas en exceso.

Con la avaricia se habla de egoísmo, de pensar únicamente en uno mismo, de quererlo todo, algo que sucede, por ejemplo, con los comercios o empresas que inundan las redes sociales queriendo vender, expresa el sacerdote Jacobo Salinas.

«Es un acto de avaricia en las redes, todo sea por vender. Lo único que están haciendo es decir que no pasa nada, tú diviértete y vive la vida loca», dice.

Estar al pendiente de los «likes» también es otra forma de avaricia virtual, agrega el psicólogo social Jesús Castillo.

«Es una necesidad, como humanos tenemos la necesidad de ser aceptados, mucha gente mide la aceptación y la amistad con los ‘likes’ que les ponen a lo que hacen», señala Castillo. «Entre más alta es la necesidad de afecto, más likes vas a necesitar».

3 GULA

Se identifica con la glotonería, el consumo excesivo de comida y bebida.

Sin importar si es la hamburguesa grasosa, los tacos a vapor, el frappé con chispas, el sandwich casero, o el caviar, todos los alimentos se convierten en protagonistas de las redes sociales.

«La comida es el afecto que nosotros consumimos de las personas que la hacen o con quienes la compartimos. Al compartirlo en las redes está presumiendo que tiene con qué o con quién compartir la comida, aunque no sea estéticamente atractiva», menciona Jesús Castillo, psicólogo social de la UDEM y presidente de la Asociación Psicólogos Profesionales de Nuevo León.

«Es un regreso a la etapa oral; cuando éramos pequeños todo entraba por la boca, era la satisfacción, es un acto privado que se vuelve público en la presunción de ese afecto».

4 LUJURIA

Pecado producido por los pensamientos excesivos de naturaleza sexual, o un deseo desordenado e incontrolable.

Desde la provocadora foto de perfil en paños menores, los «likes» indiscretos a estas imágenes, las conversaciones subidas de tono o el propio «sexting» (mensajes eróticos o con contenido sexual), la lujuria no se escapa de las redes sociales.

De acuerdo con una encuesta del Pew Research Center del 2012, el 15 por ciento de los adultos han recibido en sus celular fotos o videos con desnudos o sexualmente sugerentes de alguien que conocen.

La sexóloga Dulce Mendoza considera que cuando se está detrás de una computadora o teléfono hay más libertades, y si no hay una comunicación tan abierta de modo presencial, el juego del deseo puede motivar mayor seguridad y confianza en las personas, como ocurre en otros espacios virtuales.

«Es un juego, salir del rol serio de llevar el sustento y ser alguien más. Nos es gratificante porque imaginamos que al llegar nos espera un encuentro sexual, y se puede ir planeando, saboreando con anticipación».

5 PEREZA

La incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia de uno mismo.

Quizá el más común de los vicios en las redes, con indicadores como logros inauditos en niveles de Candy Crush, publicación de cada estado de ánimo, lugar, persona o página que se visita y, por ende, la desvinculación con la realidad.

«Todo acto en el que se invierte más de cuatro horas diarias genera una adicción. Quienes tienen el tiempo libre por una situación de desempleo o vacaciones, es circunstancial, pero cuando se vuelve manía es gente que se las arregla para estar checando Facebook», dice Jesús Castillo, psicólogo social de la UDEM.

«Sí encuentran el tiempo, pero a expensas de la convivencia con la familia, de la postergación de deberes en el trabajo, de la conexión con el mundo real».

6 ENVIDIA

Es el deseo de tener lo que alguien más posee.

Tu amiga se fue de vacaciones a un resort exclusivo en la otra mitad del mundo y acaba de subir 20 fotos espectaculares. Se te retuerce la tripa de la envidia, pero antes muerta que darle «like».

¿Te resulta familiar el sentimiento?

En pequeña o en gran escala, explica el psicólogo social Carlos Díaz, es común que cuando se reconoce o se premia un mérito alguien más lo desea.

«Vamos a suponer que me obsequian algo y un conocido externa que le gustaría que le pasara lo mismo», refiere Díaz. «El ‘me gustaría’ o ‘yo quisiera’ es lo que denota un rasgo de envidia».

Es casi imposible controlar la envidia, el asunto es tratar de ser feliz con lo que se ha logrado a base de trabajo.

7 IRA

Se expresa mediante el odio o enfado hacia otra persona.

Este pecado lo notas ante sucesos como un truene, despido o cualquier otro evento desafortunado. En 140 caracteres o en un post, el lenguaje ofensivo y amenazante puede destrozar emociones.

En Twitter cuando un tema se convierte en tendencia los comentarios a disgusto son los que más predominan y demuestran intolerancia.

¿Un ejemplo? Un partido de la Selección Mexicana provoca la ira de los aficionados y al director técnico le «llueven» tuits agresivos.

«Muchas veces los malos entendidos que se dan en la convivencia diaria o en las aulas se llevan al ciberespacio y es cuando estamos ante una situación de una continuidad de un maltrato», precisa el investigador Luis Antonio Lucio, autor de estudios sobre riesgos en redes sociales y nuevas tecnologías.

Aparte están los «trolls», quienes a través de cuentas personales o ficticias atacan a conocidos con los que tuvieron un problema, o que simplemente buscan ofender en foros de discusión.

«En los ‘trolls’ principalmente es la baja autoestima, la falta o poca seguridad en sí mismos; al denigrar a otra persona crece su ego», observa la psicóloga Bertha Franco.

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