
Los opositores de la reforma NO ceden …proponen disminuir en 75% el número de indocumentados
El principal argumento que esgrimen es, según ellos, el fracaso de la Amnistía de 1996 que legalizó a 3 millones de sin papeles..
La reforma migratoria se estancó en la Cámara de Representantes a finales de junio, cuando el Senado aprobó un plan que incluye la ciudadanía para los indocumentados.
“La legalización ocurrió primero y las promesas de aplicación de la ley no se cumplieron.”
El liderazgo republicano había advertido que debatiría una propuesta propia, que lo haría por partes y que enfatizaría en la seguridad.
Se alzaron las voces de protesta a nivel nacional, pero el debate se frenó sin que demócratas y republicanos resuelvan sus diferencias, entre ellas la ciudadanía.
¿Qué piensan quienes se oponen a la reforma migratoria como el proyecto S. 744 aprobado por el Senado? ¿Por qué no quieren legalizar a los 11 millones de indocumentados que viven en el país?
La mayoría de quienes se oponen a la reforma migratoria justifican su rechazo en la Amnistía de 1986 aprobada por el Congreso durante el gobierno del republicano Ronald Reagan. Aseguran que el incumplimiento de las medidas de seguridad permeabilizó las fronteras y permitió la llegada de los 11 millones de indocumentados.
Otros exigen que, antes de hablar de legalización, hay que bajar el número de ilegales en por lo menos 75% e incrementar mejores medidas de seguridad para evitar migraciones futuras.
“Coincidimos en muchas cosas y creo que estamos de acuerdo en que Estados Unidos ha probado, y cito, reforma inmigratoria con un programa de legalización, con la promesa de fronteras seguras y vigilancia en el lugar de trabajo en 1986. Y creo que coincidimos en que eso no sirvió, sino para recompensar a inmigrantes ilegales”, dijo King.
Si bien la Amnistía de 1986 regularizó la permanencia de 3 millones de indocumentados -la mayoría de ellos mexicanos-, King insiste en mostrar el lado negativo de esa ley. “Solo expandió y multiplicó la inmigración ilegal”, sostiene.
Al ampliar los argumentos de rechazo, Kirkorian dijo que aquella amnistía no funcionó, “pero no fue por la legalización (de los 3 millones de ilegales), sino porque la legalización ocurrió primero y las promesas de aplicación de la ley no se cumplieron. Ese es el problema”.
Aquellas preocupaciones existían y parece que siguen vigentes 28 años más tarde. “Con la llamada reforma migratoria amplia, que está planteada y que ha aprobado el Senado, es que cualquiera que califique es legalizado de entrada en el trascurso de unos meses o quizás un año. Y las promesas de aplicación de la ley son a futuro”, puntualizó Kirkorian. “Ese es el problema. Porque como decía un personaje en las caricaturas de Popeye: Con gusto le pago el martes por la hamburguesa de hoy. Nunca le pagó a nadie, y esa es mi preocupación”.
El activista teme que tal como sucedió en 1986, si el Congreso aprueba una reforma migratoria en 2014 dentro de 10 o 20 años habrá nuevamente 11 millones de inmigrantes indocumentados presionando para que se legalicen sus permanencias. A menos que, recomienda, primero se adopten las medidas de seguridad necesarias para evitar que se repita el problema.
Castañeda mantiene una postura menos rígida. “La solución es legalizar a los futuros inmigrantes”, dice. “No es cosa de legalizar solo a la gente que ya está aquí sin papeles, sino que hay que establecer un programa de trabajadores temporarios para que la gente que vendrá de México, y vendrá de todos modos, pueda hacerlo legalmente y no ilegalmente. Con o sin reforma seguirán viviendo mexicanos” a Estados Unidos”, previene.
El ex jefe de la política exterior mexicana sugiere que, antes de seguir hablando de reforma migratoria de la manera en que se está haciendo, hay que dejar de lado las apariencias y hablar abiertamente “del cabildeo del mundo corporativo y empresarial” para conocer cómo van a “manejar la inmigración ilegal” de Estados Unidos.
Entre no legalizar a ninguno de los indocumentados, como sugieren King y Krikorian, y la creación de un programa de inmigración legal donde todo el mundo tenga las mismas oportunidades de quedarse en Estados Unidos, una especie de “política de fronteras abiertas” como sugiere Castañeda, se ubica Beck, quien recomienda una reducción inmediata del 75% de la inmigración ilegal existente en el país (…) porque está deprimiendo los salarios, afectando a los miembros más débiles de la sociedad, es un instrumento de disparidad económica” (la permanencia de los indocumentados).
Beck no dice cómo se causaría esa disminución, dejando la puerta abierta a una agresiva política de deportaciones para llegar a la cuota recomendada.
Ninguno de los cuatro detractores de la reforma migratoria que se debate en el Congreso respalda los resultados de encuestas que revelan, por una parte, que la mayoría de los estadounidenses está a favor de la legalización de los indocumentados, y tampoco comparten datos divulgados por el gobierno en cuanto a los beneficios que traerá la reforma a la economía del país.
También se congratulan, de alguna manera, por el estancamiento del debate en la Cámara de Representantes. Estiman que sus mensajes y posturas dominan el escenario y lideran la discusión política, y expresan que, al final de cuentas, serán tomadas en cuenta para decidir si se aprueba o no un proyecto de ley para legalizar a los 11 millones de indocumentados.
Krikorian asegura que, en general, “hay escepticismo sobre la reforma inmigratoria”, Castañeda pregunta por qué no hay un voto en el pleno de la Cámara, King insiste en que primero se debe asegurar la seguridad en las fronteras y hacer cumplir las actuales leyes migratorias, y Beck sostiene que, según encuestas, para la mayoría de los estadounidenses la reforma migratoria que se debate en el Congreso “es inaceptable”.
La entrevista de Jorge Ramos con los principales dirigentes que se oponen a la reforma migratoria y que fue transmitida en inglés por el canal Fushion, podrá verla este domingo en Al Punto de la cadena Univision a partir de las 10 AM Este / 9 Centro / 12 del medio día Pacífico.