
McGwire confesó: «Consumí esteroides» El ex toletero confirmó sospechas
NUEVA YORK – Entre sollozos, Mark McGwire respondió por fin con claridad a la repetida pregunta sobre el consumo de esteroides.
Al terminar con una década de negativas y evasiones, el toletero admitió lo que muchos sospecharon durante largo tiempo: que los esteroides y la hormona del crecimiento humano le ayudaron a ser un rey de los jonrones.
Ofreció disculpas por su error
«Lo más duro es que mi esposa, mis padres, y amigos cercanos no tenían idea de lo que les oculté en todo este tiempo», relató en una emotiva entrevista de 20 minutos. «Sabía que este día iba a llegar. No sabía cuándo». Con la voz quebrada, McGwire ofreció disculpas y admitió que durante una década usó esteroides y la hormona del crecimiento humano en diversos periodos, que comenzaron antes de la temporada de 1990 e incluyeron el año en que rompió el récord de jonrones de Roger Maris en una sola campaña, en 1998.
«Me gustaría nunca haber tocado los esteroides», dijo McGwire. «Fue tonto y fue un error».
La reputación del toletero se vino abajo el 17 de marzo del 2005, cuando se negó a responder a preguntas en una audiencia legislativa. Al preguntársele si había consumido esteroides prohibidos cuando fijó el récord de 70 cuadrangulares o en cualquier otro momento, se limitó a decir: «No vine a hablar del pasado».
McGwire, de 47 años, prácticamente desapareció tras retirarse al término de la campaña del 2001. Cuando los Cardenales anunciaron su contratación el 26 de octubre como coach de bateo, supo que tendría que decir algo antes de que comenzaran los entrenamientos de primavera en febrero. El equipo había anticipado que respondería a los cuestionamientos previos a la pretemporada.
En una serie de declaraciones y entrevistas cuidadosamente programadas, llamó por teléfono el lunes al comisionado Bud Selig, al piloto Tony La Russa de los Cardenales y a la viuda de Maris, Pat, para personalmente hacer la revelación y enviar mensajes a los astros de San Luis.
Emitió un comunicado y telefoneó a la AP para exponer su admisión, y posteriormente dio varias entrevistas que incluyeron una presentación televisada por la cadena de las mayores, MLB Network.
«Estuvo mal lo que hice. Lo lamento totalmente. Hubiese deseado nunca haber jugado en la era de los esteroides», dijo.
Segunda estrella en admitirlo
Su voz se estremeció cuando recordó haberle dado la noticia a su hijo Matt McGwire, de 22 años, considerándolo el momento más difícil de su traumática revelación.
«Fue muy, muy comprensivo. Al igual que mis padres», dijo McGwire. «Lo más destacado que dijeron es que están muy orgullosos de mí, de que estoy haciendo esto. Todos creen que esto es lo mejor. Y luego sólo espero que podamos dejar esto atrás y que yo pueda empezar mi nueva carrera como entrenador».
La Russa, el manager de McGwire en Oakland y San Luis, es uno de los principales defensores del pelotero y ha dicho que su regreso al béisbol le permitirá recuperar su buena imagen.
McGwire es el segundo astro del béisbol estadounidense que en menos de un año reconoce el uso de sustancias prohibidas. El otro fue Alex Rodríguez, el estelar tercera base de los Yanquis de Nueva York.
Otros cuyos nombres se han visto salpicados por el escándalo, pero que han negado el consumo intencional, son Barry Bonds, Roger Clemens, Sammy Sosa y el quisqueyano David Ortiz.
Una carrera de éxitos
Durante 1998, McGwire pegó 70 jonrones al protagonizar un electrizante puja con el dominicano Sosa, quien terminó con 66. Ese despliegue de poder fue lo que reanimó la popularidad del béisbol en Estados Unidos tras la huelga de peloteros que dio al traste con la Serie Mundial cuatro años antes.
Ahora que McGwire reconoció el consumo de sustancias prohibidas, Sosa quedará más que nunca expuesto ante la luz pública. El quisqueyano ha negado reiteradamente el consumo de drogas.
«Estoy seguro de que la gente se preguntará si hubiera podido pegar todos esos jonrones de no haber consumido esteroides», expresó McGwire. «Tuve buenos años en los que no había usado nada, y también años malos. Tuve buenos años usando esteroides, y también malos. Sea como sea, no debí haberlo hecho. Lo lamento de veras».
«Después de todo este tiempo, quiero confesarme», manifestó. «No estaba en condiciones de hacerlo hace cinco años en mis declaraciones ante el Congreso, pero ahora me siento obligado a hablar de esto y a responder a las preguntas. Lo haré y luego quiero ayudar a mi equipo».
El comisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig, elogió a McGwire.
«Esta declaración de arrepentimiento, creo yo, permitirá que el reingreso de Mark al béisbol sea más fácil».
La Russa también elogió la decisión de McGwire de confesar.
«Su disposición a reconocer errores, expresar su arrepentimiento y explicar las circunstancias que provocaron que usara esteroides aumentan el respeto que le tengo», dijo el manager.
McGwire relató en su comunicado: «Recuerdo usar esteroides en la pretemporada 1989/1990 y luego cuando me lesioné en 1993». Y agregó: «Lo hice ocasionalmente durante la década de 1990, y durante la temporada de 1998».
Su justificación fue que era para recuperarse más rápido de dolencias, el mismo tipo de explicación que dio el lanzador de los Yanquis Andy Pettitte hace dos años cuando confesó el consumo de la hormona del crecimiento humano.