México se «bolivianiza» y Viceversa
LONDRES.- El 2 de julio se realizaron elecciones generales en México y para una asamblea constituyente en Bolivia. Estas han generado una inversión de roles.
En Hispanoamérica tradicionalmente el sistema politico más estable ha sido el mexicano, mientras el más inestable ha sido el boliviano. Si México logró ello en base a haber sido dominado por un solo partido (el PRI), Bolivia solía tener muchos partidos (todos chicos) y presidentes que en las urnas no habían llegado ni al 25% o al 20% de los votos emitidos.
Hoy México pasa por una situación inédita. Tiene a dos presidenciables que se proclaman ganadores y a un Presidente que no puede rendir su informe final en el Congreso.
Mientras ese país va adoptando rasgos de la ingobernabilidad y “dualidad de poderes” como los que solía tener Bolivia, este último viene adoptando elementos que tuvo México cuando su sistema estuvo basado en la gran hegemonía de un autoproclamado “partido revolucionario”.
El MAS de Morales ahora tiene un control total sobre la elaboración de una nueva Constitución, la que hará a su medida, pues controla más del 50% de los votos de la constituyente, y ha logrado que baste mayoría absoluta para modificar la Carta Magna.
Mientras México viene saliendo de la era del monopolio de un solo partido (1928-2000) para entrar a un multipartidismo con dos gobiernos paralelos, en Bolivia se busca superar su tradicional ingobernabilidad adoptando un sistema de partido único “antiimperialista”, nacionalista e indigenista, como en sus inicios quiso ser el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Mexicano.
Irán envalentonado
Cuando Bush invadió Afganistán e Iraq, también quiso asustar a Irán (quien está al medio de éstos). Desde la revolución de 1979 Irán ha sido el mayor adversario de EEUU en el Medio Oriente, pero desde fines de los noventas Irán mostraba signos de acercamiento a Occidente, los mismos que se asentaron tras las iniciales victorias angloamericanas en (2001) y Bagdad (2003).
Las milicias chiítas pro-Irán de Afganistán e Iraq se integraron a los nuevos gobiernos patrocinados por Washington. Sin embargo, a medida que ha ido creciendo la resistencia sunnita en ambos países y los anglo-americanos se han puesto a la defensiva, Teherán se ha envalentonado.
Irán ha sacado ventaja del hecho que EEUU inicialmente derrocó a dos gobiernos enemigos suyos a su costado este (Afganistán) y oeste (Iraq), y luego que los talibanes y panarabistas derrocados han ido minando y paralizando a EEUU. Ahmanidejad fue electo presidente iraní reflejando un ala de los ayatolas que cree que se debe aprovechar la incapacidad bushista para tornarse en potencia regional y nuclear.
Siria: ¿nuevo Iraq?
El siguiente objetivo de Bush puede ser Siria. Si bien ésta apoyó a EEUU en la guerra contra Iraq de 1991, se ha retirado del Líbano y su mandatario Bashar Al Assad está liberalizando su economía otrora muy estatizada, Siria persiste en mantener ciertas actitudes independientes en su política externa que no son del agrado de Washington.
A la OTAN le desagrada que Damasco esté involucrado en el asesinato del ex premer libanés Rafiq al Hariri y que sea condescendiente con guerrilleros palestinos libaneses e iraquíes.
Ciertamente, Irán y Corea del Norte tienen regímenes más hostiles a EEUU. Sin embargo, para que Bush lance una invasión algo que es importante es que el país atacado pueda ofrecer limitada resistencia y que carezca de armas nucleares.
Siria,por ello,puede ser un próximo blanco.Assad está presionado para´´moderarse´´ más. Para la Casa Blanca apaciguar Siria es vital para estabilizar Líbano Iraq e Israel.
¿Hacia un nuevo
tercermundismo?
Recientemente el presidente venezolano ha estado en Siria e Irán y ha salido en la defensa de ambos regimens. El anho pasado el anterior presidente iraní Jatami le vistó en Caracas. La alianza entre Teherán y Caracas es una entre dos grandes productores de petróleo que lideran en sus respectivas regions una fuerte oposición a Bush .¿Qué perspectivas tiene dicha coalición?
Cuando en el 2005 Jatami estuvo en Caracas Chávez declaró que la revolución bolivariana iniciada en 1999 debería aprender de la revolución iraní gestada en 1979. Analizaremos las diferencias y semejanzas de ambos procesos.
Hasta 1979 Irán fue una de las principales monarquías pro-EEUU del mundo. La insurrección violenta que depuso al Shá fue masiva y urbana. Si bien los sindicatos jugaron cierto rol la dirección recayó en manos del clero chiíta. Tras inicialmente tolerar los movimientos de la izquierda y de nacionalidades que pedían autonomía el Ayatola Khomeini impuso una dictadura teocrática secante.
Chavez, en cambio, es un militar que llegó a palacio de manera constitucional y se ha mantenido en palacio sin haber proscrito a la oposición. Si bien ha cambiado la constitución y sus oponentes le acusan de violar derechos humanos, él no gobierna autocráticamente. A diferencia de Irán él no se apoya en el clero, no ha reducido los derechos de la mujer (mas bien se ufana de haberlos extendido) y tiende a ser más secular.