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Sí es un Porsche

Los Ángeles.- Para Matthias Müller, presidente y director ejecutivo de Porsche no fue una semana cualquiera. Los ojos de la industria automotriz estuvieron sobre la marca de Stuttgart por el lanzamiento mundial de su nuevo crossover en este Autoshow californiano: hablamos del Porsche Macan.

Como todo vehículo de esta firma alemana, el Macan promete un desempeño a la altura de los mejores autos deportivos, pero con la ventaja de ser una camioneta tipo SUV, o más estrictamente hablando, un CUV («Cross Utility Vehicle»), y para darlo a conocer ante la prensa mundial, el máximo responsable de Porsche viajó hasta esta ciudad y se dio el tiempo de platicar con Grupo Reforma de este nuevo proyecto y de otros temas.

Porque claro, siempre que una marca como esta presenta su más reciente modelo las expectativas son altas, y si no se trata de un auto deportivo, en el más estricto sentido de la palabra, puede estarse calentando un caldo de cultivo para la crítica y la incertidumbre, a las que vehículos como el Cayenne y el Panamera no fueron ajenos, y sin embargo, con el tiempo demostraron ser inmunes a las prácticas insanas de comunicación y fueron bien recibidos por el mercado mundial.

«El Macan es el vehículo más deportivo en su tipo, un verdadero Porsche», aseguró de entrada Müller, por aquello de las malditas dudas.

Y recuerda que de no haberse tomado decisiones aventuradas como fabricar el Cayenne, el Panamera y ahora el Macan, Porsche no hubiera sobrevivido tan sólo del 911, por emblemático y popular que sea este deportivo.

Empero, hablamos de una marca 100 por ciento aspiracional, cuyos deportivos además de ofrecer el máximo desempeño representan lujo y exclusividad.

«Creo que 50 mil dólares es el precio más bajo que podemos ofrecer por un Porsche. Ir más abajo representa un riesgo muy grande que podría dañar la imagen de la marca», añadió.

Lo anterior significa que no veremos un vehículo más pequeño y accesible que el Macan en la gama de productos de Porsche, y tampoco un Macan de 4 cilindros en otro país que no sea China (algo de lo que se habló en los pasillos de este autoshow), y únicamente es así porque el gobierno de esa nación así lo exige.

Y es que Macan, cuya producción será en Leipzig, Alemania, utiliza la misma arquitectura del nuevo Audi Q5, que próximamente será fabricado en la planta de la marca de los 4 aros que está en construcción en Puebla, y Audi tiene en su portafolio de productos un CUV más pequeño, el Q3. Nuevamente, un caldo de cultivo, ahora para la especulación.

«No es nuestro principal interés entrar a grandes volúmenes de ventas. Queremos tener clientes y empleados satisfechos, y el crecimiento que nos dará Macan será suficiente por el momento», enfatizó.

El directivo también subrayó el carácter alemán de Porsche, para ellos motivo de orgullo, e incluso de un celo racional que al menos en el corto y mediano plazo no permitiría que se fabricasen vehículos con el emblema del caballo rampante de Stuttgart más allá de las fronteras alemanas.

Consideró también que la actualidad es de los autos híbridos, porque los motores de combustión interna «tienen un gran futuro aún».

«Creemos que de momento tenemos una gran solución en los híbridos enchufables, es una combinación ideal con un modo eléctrico para la ciudad y el motor de combustión para mayores distancias. Y tal vez el futuro sean las celdas de combustible».

Lo anterior hace sentido con el regreso de Porsche a las 24 Horas de Le Mans con un nuevo prototipo híbrido, cuya tecnología será probada al máximo en el mejor laboratorio posible, la pista de La Sarthe, y posteriormente, una vez perfeccionada, podría permear en otros modelos de la gama Porsche.

«Estudiamos las opciones que teníamos en el deporte motor. La Fórmula Uno era una posibilidad, pero al final decidimos que los prototipos LMP1 de Le Mans eran más congruentes con nuestra marca, y somos optimistas con el auto que estamos haciendo», finalizó.

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