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Tabaquismo: adicción, no hábito

“El tabaquismo es todo un síndrome, es una enfermedad que involucra la dependencia tanto física como psicológica a la nicotina”, relata la doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, directora de la Clínica para el Tratamiento del Tabaquismo de la facultad de medicina de la UNAM.
Ya no se considera un hábito, comenta la experta, puesto que se tiene evidencia de que al inhalar las diferentes sustancias que libera el tabaco se altera de forma importante el sistema nervioso hasta desarrollar la adicción.
Adicción a la nicotina: Una persona que comienza a desarrollar la enfermedad provocada por el consumo de nicotina, genera dos tipos de dependencia:
Dependencia física: El organismo se acostumbra a funcionar con ciertos niveles de nicotina en sangre y, por lo tanto, se desatan una serie de cambios a nivel fisiológico. Los más importantes se dan en el sistema nervioso central, se presentan una serie de alteraciones que modifican las concentraciones de neurotransmisores.
Aunque a ciencia cierta no se sabe si la dependencia al tabaco provoca enfermedades mentales o viceversa, también se ha visto que hay una serie de patologías psiquiátricas que están asociadas a los fumadores, entre ellas: la esquizofrenia, la depresión, la hiperactividad y el déficit de atención. Por otro lado, el cuerpo del fumador se va haciendo tolerante a la nicotina y la cantidad de tabaco que se consume va aumentando paulatinamente.
Dependencia psicológica: “Por otro lado la otra dependencia que provoca no solo la nicotina sino todas las drogas es la dependencia psicológica, y en ocasiones es más difícil de tratar que la física, porque cada fumador siente un apego especia por el cigarro”, explica la doctora. Hay personas que dicen: “Es que yo si no tengo un cigarro no me puedo tranquilizar” o “sin un cigarro no disfruto la fiesta”, y de acuerdo con la directora de la Clínica para el Tratamiento del Tabaquismo es: “porque muchos de ellos asocian el fumar con la imagen que ellos tienen, o que quieren proyectar a los demás”.
Por eso se requieren herramientas psicológicas que permitan al fumador liberarse de estos pensamientos fantasiosos.
Los cambios físicos en los fumadores
El tabaquismo también tiene repercusiones físicas que prácticamente todos pueden notar, pues las 4 mil sustancias químicas que contiene el cigarro y entran al cuerpo comienzan a ser expulsadas a través del sudor, causando el mal olor de la piel, el aliento o, incluso, la orina.
También se puede reconocer a un fumador por la tonalidad de los dedos, pues se vuelven amarillentos debido al alquitrán. Lo mismo ocurre con los dientes, pues la sustancia antes mencionada se mezcla con la saliva y se adhiere al esmalte. Además, en el humo del tabaco hay una gran cantidad de radicales libres que intervienen en los procesos de envejecimiento. La piel de las personas que fuman es muy seca, principalmente la del rostro porque todo se exponen al humo del tabaco.

Para extinguir el cigarro
Si el fumador desea liberarse de la adicción es importante buscar apoyo profesional, que ofrezca una rehabilitación integral (medicamentos como por ejemplo: Vareniclina, además de ayuda psicológica). El proceso para salir del tabaquismo requiere varios pasos:
El más importante, es la decisión personal del adicto, ya sea al tabaco, al alcohol o a alguna droga, de querer dejar la adicción.
Buscar apoyo profesional.
Tener continuidad al tratamiento.
Finalmente, en las adicciones hay que enfatizar que no se curan, se controlan. Y lo que más hay que cuidar es el control de la abstinencia.

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