
Tienen católicos Primer Papa Latino: Francisco I
Cd. del Vaticano, Vaticano.- El Arzobispo argentino Jorge Bergoglio fue elegido como el nuevo Papa, convirtiéndose en el primer latinoamericano en encabezar la Iglesia católica.
El religioso de 76 años, que eligió el nombre de Francisco I, es el primer jesuita en ser elegido Pontífice.
En el Cónclave de 2005 fue considerado como uno de los favoritos, aunque finalmente se impuso Benedicto XVI.
El nuevo jerarca católico salió al balcón de la Basílica de San Pedro para dirigir un mensaje en el que instó a la hermandad dentro de la Iglesia y pidió elevar una oración por su antecesor Benedicto XVI.
«Oremos por todo el mundo para que exista una gran hermandad, les deseo que este camino que hoy comienza dé frutos», dijo el nuevo Pontífice.
Ataviado con un hábito blanco, Francisco I pidió a los fieles orar en silencio por él.
«Quisiera dar la bendición, pero antes les pido un favor, antes de que el Obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes den una plegaria al Señor pidiendo una bendición para su Obispo, y en silencio hagamos esta plegaria de ustedes por mí», señaló.
El Papa Francisco I anunció que mañana rezará a la Virgen.
«Mañana quisiera ir a rezar frente a la Virgen para que guarde a toda Roma. Gracias y buenas noches», dijo antes de retirarse del balcón.
La fumata blanca salió a las 19:06 horas, tiempo local, anunciando que los 115 Cardenales electores habían llegado a un consenso sobre el nuevo Pontífice.
¿Quién es Bergoglio?
Bergoglio, de 76 años, es un jesuita austero, de tendencia moderada, que lleva una vida discreta y de bajo perfil. Es Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el seno de una familia modesta de la capital argentina, hijo de un trabajador ferroviario de origen piamontés y una ama de casa.
Asistió a la escuela pública, de donde egresó como técnico químico y a los 22 años se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en Filosofía.
Tras incursionar en la enseñanza privada, comenzó sus estudios de Teología y se ordenó como sacerdote en 1969.
A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuitas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
Fue en los años difíciles de la dictadura argentina (1976-83) cuando Bergoglio debió mantener a toda costa la unidad del movimiento jesuita, taladrado por la Teología de la Liberación, bajo la consigna de «mantener la no politización de la Compañía de Jesús», según su portavoz Guillermo Marcó.
Luego, viajó a Alemania para obtener su doctorado y a su regreso retomó la actividad pastoral como simple sacerdote de provincia en la ciudad de Mendoza.
En mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombró Obispo auxiliar de Buenos Aires y comenzó a escalar rápidamente en la jerarquía católica de la capital: fue vicario episcopal en julio de ese año, vicario general en 1993 y Arzobispo coadjutor con derecho de sucesión en 1998.
Se convirtió luego en el primer jesuita primado de Argentina y, en febrero de 2001, vistió finalmente el púrpura de cardenal.
Se opuso en 2010 a la aprobación de la ley que consagró el matrimonio homosexual, la primera en América Latina.
«No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios», dijo Bergoglio poco antes de la sanción de la norma.
También se opuso a una más reciente ley de identidad de género que autorizó a travestis y transexuales a registrar sus datos con el sexo elegido.
Estas dos iniciativas enfriaron las relaciones entre la Iglesia argentina y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aunque la Mandataria, que se declara creyente, es contraria a la legalización del aborto.
Es un gran lector de los escritores argentinos Jorge Luis Borges y Leopoldo Marechal y del ruso Fiodor Dostoievsky, amante de la ópera y fanático del club de futbol San Lorenzo, curiosamente fundado por un sacerdote.