
Trabajo voluntario… ¡remunerado! …ONGs también contratan a profesionales
Aparte de los voluntarios, personas que dedican altruistamente una parte de su tiempo a ayudar a los demás a través de ONGs, este tipo de organizaciones se nutren también de profesionales remunerados que deciden poner su vida y su carrera al servicio de los países menos desarrollados y de las gentes más necesitadas.
Trabaja para una ONG
En contra de lo que solemos creer y de las características básicas que a todos nos vienen a la cabeza al pensar en ellas, las personas que trabajan en ONGs no siempre son personas jóvenes y aventureras, por lo menos no exclusivamente.
Son otros factores, como el compromiso y la formación específica, los que suelen determinar su perfil laboral y humano, siempre con el denominador común de dar un profundo sentido social a su trabajo.
Mujer con estudios universitarios de entre 25 y 40 años, con fuerte motivación humanitaria, de carácter abierto, constante y con capacidad para adaptarse a circunstancias diversas y cambiantes.
Así es el perfil medio de las personas que trabajan para ONGs según el organismo que coordina estas organizaciones (CONGDE). Con todo, los trabajadores remunerados de este sector suponen en España solamente el 1 por ciento del total de personas en edad activa.
Una cifra evidentemente baja que contrasta enormemente con el gran número de organizaciones no gubernamentales que existen en nuestro país, las cuales se sustentan sobre 11 millones de asociados y 25 millones de cuotas abonadas.
Aunque estas cifras nos acercan poco a poco al nivel de otros países europeos como Francia o Alemania, las grandes potencias mundiales en cuanto al desarrollo del asociacionismo no lucrativo son principalmente EU, Bélgica y Holanda.
¿Por qué hacerlo?
Nadie se hace rico trabajando para una ONG, es cierto, pero no es menos cierto que la diferencia entre los sueldos de los directivos y los del resto de miembros de la organización es mucho menor en comparación con otros sectores de actividad. Por otra parte, las condiciones laborales tampoco son las mejores del mercado.
Entonces, ¿qué mueve a ciertas personas a involucrarse profesionalmente en este tipo de organizaciones?
Sin duda, se trata de una motivación más emocional que económica que tiene mucho que ver con la satisfacción personal de contribuir a cubrir necesidades básicas y flagrantes vacíos en materia educativa, sanitaria y social allí donde el Estado y las administraciones públicas no pueden –o no quieren- hacerlo.
Estos profesionales trabajan en campos y especialidades muy diversos que, sin embargo, pueden agruparse en tres grandes áreas: los que tratan directamente con las personas necesitadas o en situaciones precarias, los que se encargan de gestionar y administrar presupuestos y los que aportan sus conocimientos de carácter técnico para plantear y desarrollar proyectos de ayuda y cooperación.
Desempeñar una labor profesional en cualquiera de las áreas descritas precisa un conjunto de cualidades o rasgos tanto psicológicos como curriculares, entre los que se encuentran la determinación, la seguridad, la vocación de servicio, la sensibilidad y la empatía, las habilidades sociales, la tolerancia a la frustración, la disposición para trabajar en equipo, la disponibilidad para viajar a países y lugares precarios y el conocimiento de, al menos, dos de estos idiomas: inglés, español y francés.
Evidentemente, al igual que en el caso de los cooperantes y voluntarios, trabajar como profesional para una ONG también implica tener unos conocimientos adecuados relacionados con la cooperación, la ayuda y las relaciones internacionales.
Así que, ya sabes, si sientes que puedes dar mucho a los demás es que te interesan las ONGs desde el punto de vista laboral. Puedes empezar por hacerte una idea general del panorama en www.guiaongs.org. ¡Adelante!