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Tu productividad, más clave que nunca …Demuéstrala en la entrevista de trabajo

En estos tiempos, las empresas están reduciendo personal y consolidándose lo más que pueden para reducir gastos y poder mantenerse en pie. También están fusionándose con otras empresas. Para todo ello, buscan aplicar técnicas y estrategias que las vuelvan más fuertes y eficientes.

Así que si uno, como empleado, desea estar de acuerdo a los tiempos, debe convencer a las empresas de que es fuerte y eficiente, de que es la persona que están buscando.

Todos tenemos logros

Y ¿cómo puedo demostrar que soy productivo?

Hábla de tus logros. Los logros tienen peso e impresionan a la gente. Muchas veces nos sentimos impresionados cuando un amigo consigue algo o cuando un atleta o un artista logra algo importante. Pues eso mismo siente un futuro empleador. La modestia no tiene cabida en una entrevista de trabajo. La sabiduría y la prudencia sí. Y deja a un lado eso de que “ay, yo no tengo muchos o ningún logro”…

¡Primer error! Todos tenemos logros y tú no eres la excepción.

Comienza haciendo una lista de los diferentes empleos que has realizado, tus momentos “memorables” y los logros que te valieron reconocimientos y halagos.

Si estás pensando que esos logros fueron en equipo, también son tus logros, ya que tú eras parte de ese equipo y del esfuerzo que realizaron para lograr las metas.

Palabras adecuadas y datos

Es hora de pensar en lo que tú aportaste en esos proyectos. Cuando los expliques durante la entrevista de trabajo, recurre a palabras que impresionan, palabras con autoridad y que evocan seguridad. Asegúrate de empezar con un verbo de acción: logré, adapté, completé, guié, llevé a cabo, equipé, vendí, construí, administré, organicé, brindé servicios… Si es posible, documenta tus logros con números: tamaño del proyecto, dinero, tiempo y esfuerzo. A los empleadores les gustan los resultados específicos.

No exageres ni te atribuyas éxitos que no has logrado. Si bien es cierto que éste es el momento de “echarse” flores, no te pases de la raya y caigas en la arrogancia.

De igual modo, cuando estés dando datos específicos, ¡cuidado! Mucha información puede pertenecer a tus trabajos anteriores y, si bien los empleadores quieren escuchar datos claros y específicos, no admiran ni valoran que un candidato revele datos de su antiguo empleador. Manéjate con cautela y, sobretodo, ten tus oídos muy abiertos y tu boca sólo disponible para hablar oportunamente.

Demuestra que aprendes rápido

Además, para ser un candidato serio también debes de demostrar que puedes aprender el trabajo con rapidez y sin tanto entrenamiento. El empleador estará contento, pues el tiempo de entrenamiento es dinero.

Los especialistas opinan que la mayoría de los nuevos empleados reciben un promedio de unas 13 horas de entrenamiento y el resto lo aprenden ya en sus labores.

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