Vivir con un Alcohólico afecta a toda la familia!

El alcohólico es un enfermo. Como el que padece una gripe, o una depresión, la persona adicta al alcohol no tiene control sobre su condición. Y en su ansia por beber, es insensible a los sentimientos de sus familiares, para los que la vida en familia es muchas veces una pesadilla de insultos, violencia e infidelidad, que acaba con el matrimonio.

El dolor familiar

“Mi marido bebe cerca de media caja de cervezas diariamente. Lo hace cuando llega a casa del trabajo, empieza a beber y no come, solo bebe… empieza cerca de las 3:30 de la tarde y no para hasta que se acuesta, sobre las 9:00. Los fines de semana empieza cuando se levanta por la mañana, y se bebe una caja entera. (Cuando está borracho) es tan cruel conmigo que tengo que salir de casa y me cierra la puerta para que no pueda volver. Un invierno me cerró y tuve que pasar dos horas en el frío”, dice una mujer en un foro de esposas que buscan el divorcio.

Uno de los problemas es que el alcohólico es impredecible y como nunca se sabe cómo va a reaccionar, es común que sus familiares pasen mucho tiempo asustados, intentando determinar cuál es su estado de ánimo para no provocar una situación violenta. Además del abuso psicológico de los miembros de su familia, no son infrecuentes los casos de abuso físico.

“Ya llegaron, los oigo discutir abajo y papa Daniel está quebrando y tirando cosas por la ventana..”, así describe una lectora en los foros de Univision sobre los episodios de alcoholismo de su abuelo.

Uno de los síntomas de esta enfermedad, es como indica Alcohólicos Anónimos “el rechazo a pedir y aceptar ayuda y la creencia de que beber es necesario para soportar los avatares de la vida”. Para el cónyuge, el alcoholismo es un enemigo difícil de combatir. “Si tu pareja te fue infiel es fácil pensar que fue una aventura y que se pasará… pero una enfermedad como el alcohol, ¿cómo se puede competir con eso?”, se pregunta en el mismo foro Dayenin.

Cómo combatirlo

Intentar convencer o forzar al alcohólico a que busque ayuda a veces solo logra que empeore la situación. Es él mismo el que tiene que estar convencido de que necesita ayuda externa. Y no es solo el alcohólico el que la requiere, la vida de su cónyuge, convertida en una auténtica pesadilla, exige también terapia.

Son muchas las mujeres de alcohólicos que asisten a sesiones de grupo intentándolo todo para salvar su matrimonio. La organización Alanon, por ejemplo, tiene programas especiales para los cónyuges convertidos en co-dependientes del alcohol.

Existen infinidad de terapias, centros y tratamientos médicos y psicológicos para terminar con el alcoholismo. La terapia de grupo suele ser uno de los métodos más efectivos y parte del convencimiento por parte del alcohólico de su problema. Sin duda la organización más conocida es Alcohólicos Anónimos donde los miembros siguen “un programa de abstinencia total. Se mantienen sobrios compartiendo sus experiencias, fortaleza y esperanza en las sesiones del grupo”.

Donde acudir

Alcohólicos Anónimos:

Alanon: Llama al 1-888-4AL ANON.

National Domestic Violence Hotline: Para contactar un especialista en la línea nacional de violencia doméstica, llama al 1-800-799-SAFE

¿Y los hijos del alcohólico?

Los expertos afirman que el 70 por ciento de los hijos de alcohólicos intentan esconder el problema porque se sienten avergonzados, algo que no hace más que agravar la situación porque el secreto es parte crucial del problema.

“Recuerdo mi primer año en la universidad lo avergonzada que me sentí cuando en medio de la noche mi madre se presentó en la residencia de estudiantes completamente borracha, gritando e insultándome. Tardé mucho tiempo en volver a mirar a la gente a la cara”, recuerda Cathy.

Una estadística escalofriante de un centro de salud mental del estado de Iowa indica que el 70 por ciento de las hijas de hombres alcohólicos al menos una vez han sido abusadas sexualmente por su padre. La violencia que acarrea el alcoholismo exige que el niño busque ayuda y que tenga presente que hacerlo no equivale a traicionar a su padre o madre alcohólico, ni indica falta amor hacia él o ella.

Los hijos de alcohólicos también se sienten tristes, solos y desvalidos. Es importante que no se sientan culpables de la situación, que no intenten remediarlo ellos mismos, ni discutan con el progenitor cuando se encuentra bajo el efecto del alcohol, si quieren hablar sobre el tema es importante esperar a que el alcohólico esté sobrio.

Otro peligro es que, como indican las estadísticas los hijos de alcohólicos tienen más probabilidades de terminar siendo alcohólicos ellos mismos. Por esta razón es importante que el niño sea consciente de que existe un problema, lo afronte y no lo niegue. “Mi padre es alcohólico, recuerdo el sufrimiento de niño, cómo en las navidades no se abrían regalos porque el señor llevaba ebrio más de un mes… Nunca tenía dinero para nosotros pero sí para la bebida. Juré por mi sangre que mis hijos nunca sufrirían lo que yo sufrí”, dice en el foro de Univision ketzalcoalt.

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