4 de Cada 10 Hispanos Deja la Escuela!

Según las estadísticas nacionales, poco más de la mitad de los estudiantes hispanos logra terminar la secundaria. Sin diploma, las oportunidades laborales se reducen y las chances de entrar a la universidad son nulas. Para prevenir la deserción y lograr que tus hijos se gradúen, alentarlos a que lean es fundamental.

Un problema que perjudica a todo el país

El Concilio Hispano para la Reforma y las Opciones Educativas dice que los latinos que viven en Estados Unidos son el grupo que más valor le da a la educación, ya que la mayoría cree que un diploma es fundamental para tener éxito económico. Sin embargo, son el grupo étnico que más deserciones escolares tiene en todo el país ¿a qué se debe esta contradicción? ¿Por qué pocos terminan y casi nadie va a la universidad?

“Los hispanos actualmente son la minoría más grande de Estados Unidos y son el segmento en nuestra población que crece con más rapidez. Aun así, tenemos el índice más alto de estudiantes que no terminan la preparatoria y el índice más bajo de estudiantes que terminan la universidad que cualquier otro grupo en el país”, asegura Jesús Mena, vocero de la Hispanic Scholarship Fund, una organización dedicada a apoyar a la educación superior de los latinos.

Un estudio realizado por el National Research Council (Concilio Nacional de Investigación) da datos alarmantes: sólo el 58 por ciento de los estudiantes hispanos en Estados Unidos logra terminar la escuela, y de los que terminan, uno entre cinco está preparado para ingresar a la universidad.

El tema, que hasta hace poco sólo preocupaba a la comunidad latina, ya es un problema nacional: en el 2050, uno de cada cuatro habitantes será de origen latino. Si el panorama sigue igual, habrá millones de personas en Estados Unidos que ni siquiera habrán logrado completar su educación básica.

Esto, afirman los especialistas, perjudicará a la economía y el crecimiento de todo el país. “A medida que la población hispana continúa incrementando (en tamaño y proporción), la educación será un factor principal para el desarrollo de la fuerza laboral y el éxito económico de Estados Unidos”, explica Mena.

Los especialistas aseguran que los responsables de este alto índice de deserción no son los padres ni los chicos, sino de los programas educativos. “La crisis en la educación de los latinos es tan severa que miles de hispanos están diciendo ‘a nosotros no nos importa la política; no queremos enviar a nuestros niños a escuelas que fallan’”, dice Rebeca Nieves Huffman, presidente y CEO del Concilio Hispano para la Reforma y las Opciones Educativas.

El 95 por ciento de los latinos van a escuelas públicas, y asisten a programas educacionales que casi nunca los contienen o los hacen sentir integrados. Si la escuela falla, los padres no tienen demasiadas opciones. “Cuando los padres que son ricos no están satisfechos con las escuelas de sus hijos, entonces los envían a escuelas privadas,” dispara Huffman. “Cuando los padres de clase media no están satisfechos, entonces se cambian a otro vecindario. Pero cuando padres que son pobres no están satisfechos con la escuela de su vecindario, no tienen opciones”.

Lo cierto es que las escuelas no están preparadas para contemplar las razones que tienen los estudiantes para terminar el colegio. Ernesto Nieto, del National Hispanic Institute (Instituto Nacional Hispano), asegura que no se trata de estudiantes vagos, que no tienen ganas de aprender o que no muestran interés. Los problemas son muchos y muy complejos, y las escuelas deberían adaptarse a ellos si quieren captar a más estudiantes.

“En la mayoría de los casos, la decisión de dejar la escuela no viene por falta de habilidad, desinterés o por vagancia”, dice Nieto. “Por lo general, hablamos de jóvenes que también deben asumir otras responsabilidades, como cuidar de mayores de la familia porque sus padres trabajan todo el día, o trabajar para colaborar con la economía familiar porque sus papás tienen empleos temporales”.

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