A Britney le encanta el . . . sexo!

Especial.- Isaac Cohen, la última conquista amorosa de Britney Spears, reveló detalles íntimos de la cantante una vez terminada su relación de seis semanas, surgida poco después de la ruptura matrimonial de ella y el aspirante a rapero, Kevin Federline, padre de sus dos hijos.

“Le encanta el sexo y es increíblemente aventurera. Era completamente feliz cuando estábamos abrazados, pero una vez que el sexo paraba, Britney era como una pequeña niña perdida, incapaz de responder”, declaró Cohen, de 25 años, al semanario británico News of the World. Spears estuvo casada primero con un amigo de la infancia, Jason Alexander, por 55 horas antes de que dicha unión se anulara. Después, contrajo nupcias con uno de sus bailarines, Federline, con quien vivió casada dos años y procreó a Sean Preston, de un año, y Jayden James, de casi cinco meses.

“Para cuando conocí a Britney, ella estaba exhausta. Sabía que estaba bebiendo y festejando como una forma para desvanecer las cosas malas en su vida. Lejos de una ebria, yo vi a una niña tímida y dulce, quien estaba desesperadamente triste por lo que había ocurrido en su matrimonio”, aseguró Cohen, modelo profesional.

“Estaba claro que no había superado su boda. La primera vez que me invitó a su casa pude ver su vestido de novia colgado en una pared dentro de una caja de cristal”.

Cohen asegura que los hijos de la cantante son su mayor preocupación, y que se encontraba angustiada ante la posibilidad de perder su custodia en una batalla legal.

“¿Por qué no pueden dejarme sola?, ¿qué he hecho para merecer esto?”, eran las preguntas que solía hacer la estrella del pop, según Cohen, quien reveló más inseguridades de la artista.

“Como cualquier mujer que ha tenido dos hijos, se preocupaba acerca de su figura. Hasta donde recuerdo era hermosa, pero tenía muy baja autoestima y en ocasiones no me escuchaba. Ella decía ‘¿estoy gorda?, ¿estoy gorda?’, para después pasar horas bailando alrededor de la casa tratando de quemar calorías. En otras ocasiones se calmaba y no le importaba cómo lucía”.