<!--:es-->Alta Costura en Pasarelas de París!
Dior y Baptista a la vanguardia en moda<!--:-->

Alta Costura en Pasarelas de París! Dior y Baptista a la vanguardia en moda

PARIS – Las pasarelas parisinas se vistieron de alta costura bañadas de pinturas flamencas de John Galliano -de Dior- y los diálogos entre la naturaleza y la tecnología del diseñador Oliveira Baptista para la temporada primavera-verano 2009.

Inspirado en los

aviadores

Los dos diseñadores presentaron sus colecciones en las pasarelas de París en el primer día de los desfiles de alta costura. Felipe Oliveira Baptista alargó las chaquetas de los tradicionales trajes sastre hasta transformarlas en minivestidos, que se lucieron sobre gruesos leotardos o leggings, a menudo estampados.

Adornos de plumas en la cadera y en el hombro o drapeados brillantes, como finísima cota de malla, dieron volumen a los vestidos, de tonos negros, azules y grises, en general combinados. Como tocado, sus modelos lucieron gorras similares a los de los pioneros de la aviación.

Los estampados geométricos caracolearon en las mallas ajustadas a la piel que se vislumbraban bajo los vestidos largos y fluidos. El diseñador contó que los ideó a partir de la foto aérea de una carretera cuyos meandros se pierden en el infinito.Baptista se inspiró en la aviación, pero también en la naturaleza y en los indios del Caribe, para hacer un diálogo entre la naturaleza y la tecnología.

El desfile de Dior abrió con una mujer que parecía surgir de un cuadro de Vermeer, con su toca blanca y su amplia falda amarilla. Luego siguieron otros modelos de faldas cortas -ampliadas por aros- de color azul que el pintor flamenco solía asociar con el amarillo.

Las mangas abombadas que redondean los hombros, los cuellos transformados en gorgueras, las mangas engalanadas con encaje blanco y los colores más profundos hicieron pensar en los cuadros de Van Dyck.

La fidelidad a Christian Dior se mantuvo en las faldas amplias y las chaquetas que marcaron la cintura.

Stéphan Rolland,

para Scherrer

En el desfile de Stéphane Rolland, ex diseñador de la casa Jean-Louis Scherrer, plisados y pedrería -dispuesta como en un mosaico- ensalzaron una colección de modelos rectos y corte preciso.

Los vestidos fueron de un solo color, blanco, negro o rojo. Los escotes, a menudo vertiginosos y, en los modelos cortos, el largo de las faldas dejaba ver las rodillas. En los largos, las telas se ensancharon en efectos de capa o en cascada de volantes plisados.

Por su parte, Christophe Josse, ex diseñador de la casa Torrente, partió en busca de una ‘feminidad leve y luminosa’, según sus propias palabras, a través de vestiditos de organza, tul y encaje con bordados de flores y finísimos brocados de pedrería.

Los vestidos cortos fueron muy cortos, a menudo en tonos marfil o negro. Los largos se adornaron con drapeados y un estallido de colores, rosa intenso, malva o amarillo azafrán.

El vestido de novia causó sensación: cuerpo transparente bordado de flores y falda en cascada de encaje, pero abierta adelante para dejar ver las piernas.

Josse, ex diseñador de la casa Torrente, afirmó haberse inspirado de las fotos de Sri Lanka tomadas por la fotógrafa Kim Powell, ‘choques visuales’ que quiso interpretar a su manera.

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