
Bombazo en DF vino de Sinaloa! . . . Autoridad identificó a autor intelectual
MÉXICO – El reciente intento fallido de atentado con una bomba casera contra un jefe policial de la Ciudad de México se ordenó desde el estado norteño donde se asienta uno de los mayores carteles de la droga, en respuesta a varias detenciones de presuntos sicarios con arsenales.
Alias ‘El Patrón’
El procurador capitalino Rodolfo Félix Cárdenas dijo el martes a la prensa que un hombre radicado en Sinaloa, al que sólo se ha identificado por su apodo de “El Patrón”, habría sido quién ordenó el atentado contra el director de la Policía Sectorial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Julio César Sánchez Amaya.
Sinaloa es el principal estado donde opera el cartel del mismo nombre, aunque Cárdenas no precisó si “El Patrón” sería parte de ese grupo del narcotráfico.
Hace unos días, el mismo Cárdenas dijo que un grupo del narcotráfico estaba detrás del intento de atentado, aunque tampoco mencionó si se refería al Cartel de Sinaloa.
La fiscalía informó que un hombre, identificado como “El Patrón”, habría ordenado el atentado contra un mando de la SSPDF
“Los hechos se relacionan con diversas detenciones de personas, así como de armamento, efectuados por la Secretaría de Seguridad Pública a través de su área sectorial a cargo de Julio César Sánchez Amaya”, refirió Cárdenas.
La SSP capitalina ha logrado detenciones en al menos tres ocasiones entre diciembre, enero y febrero de varios hombres en poder de arsenales -incluidos lanzacohetes- a quienes las autoridades consideran presuntos sicarios del narcotráfico, posiblemente del Cartel de Sinaloa.
El responsable de las detenciones era Sánchez. En enero se reveló que tres de esos presuntos sicarios detenidos días antes planeaban atentar contra el responsable de las extradiciones de capos y anterior encargado del combate al crimen organizado de la Procuraduría General de la República (PGR).
El intento de atentado contra el jefe policial capitalino ocurrió el 15 de febrero, cuando la bomba casera estalló en la Ciudad de México, a escasos metros de las oficinas centrales de la SSP.