Canadá Reconoce Al Estado De Palestina: Condicionado A Reformas Y Elecciones Sin Hamás
En un giro histórico de política exterior, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, anunció que su gobierno reconocerá formalmente al Estado de Palestina durante la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2025. La medida, que alinea a Canadá con Francia y el Reino Unido, representa un paso audaz dentro del grupo de potencias occidentales hacia una renovada presión diplomática sobre el conflicto en Medio Oriente.
Reconocimiento Condicional
A diferencia de otros países que han reconocido a Palestina sin condiciones explícitas, Canadá impone requisitos concretos antes de oficializar su decisión. Entre ellos destacan:
- Reformas democráticas sustanciales dentro de la Autoridad Palestina.
- La celebración de elecciones generales en 2026 que excluyan la participación del grupo Hamás.
- Un compromiso firme con la desmilitarización total del futuro Estado palestino.
Carney afirmó haber transmitido estos términos directamente al presidente palestino Mahmoud Abbas, manifestando su esperanza en que se pueda consolidar un gobierno unificado que represente tanto a Gaza como a Cisjordania, fortaleciendo la institucionalidad palestina.
Un Gesto De Presión Diplomática
Con esta decisión, Canadá se suma a una creciente ola de países que reconocen la soberanía palestina. Más de 145 Estados ya lo han hecho, pero el respaldo de miembros del G7 como Canadá, Francia y Reino Unido marca un nuevo tono dentro de las potencias occidentales.
El contexto es clave: el reciente agravamiento del conflicto en Gaza, las restricciones humanitarias, la expansión de los asentamientos israelíes y los intentos de anexión en Cisjordania han generado fuertes críticas internacionales. Según Carney, el reconocimiento responde al “insoportable sufrimiento” en la región y busca “crear un marco realista para una solución negociada”.
La medida es vista como un intento de revitalizar la propuesta de los dos Estados y forzar un alto el fuego serio por parte del gobierno israelí.
Fuerte Rechazo De Israel
La reacción del gobierno israelí fue inmediata. En un comunicado oficial, calificaron la decisión canadiense como “un premio al terrorismo” y aseguraron que perjudica los esfuerzos de paz. “Reconocer a Palestina sin una estructura responsable y desmilitarizada es legitimar la barbarie de Hamás”, afirmó un portavoz del gobierno israelí.
Israel también expresó su preocupación por el precedente que esto sienta entre países aliados de Occidente, considerando que podría “normalizar” presiones unilaterales hacia su política interna.
Tensiones Con Estados Unidos Y Trump
El reconocimiento canadiense también generó una respuesta negativa desde Estados Unidos. A través de su red Truth Social, el expresidente Donald Trump criticó públicamente a Canadá, afirmando que esta postura “hará muy difícil” avanzar en acuerdos comerciales entre ambos países.
“¡Vaya! Canadá acaba de anunciar que respalda la creación de un Estado palestino. Eso nos dificultará mucho llegar a un acuerdo comercial con ellos. ¡Oh, Canadá!”, escribió Trump. Además, insinuó posibles aranceles a productos canadienses si no se logra un entendimiento antes del viernes, utilizando el tema como ficha de negociación económica.
Trump también sugirió que el reconocimiento podría beneficiar indirectamente a Hamás, complicando aún más el panorama diplomático.
Entre Expectativas Y Obstáculos
Aunque el anuncio marca un hito en la diplomacia canadiense, su implementación dependerá de la voluntad política palestina para cumplir las condiciones impuestas. La exclusión de Hamás, las reformas institucionales y la desmilitarización plantean desafíos profundos en un territorio dividido y políticamente fragmentado.
El camino hacia un Estado palestino soberano sigue lleno de incertidumbres, pero, como expresó Carney, “la solución de dos Estados, aunque imperfecta, es la única vía viable hacia una paz duradera”.
Los próximos meses, en especial el desarrollo de la Asamblea General de la ONU en septiembre, serán clave para determinar si esta postura simbólica de Canadá se traduce en un cambio tangible en la región.