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Cómo los jóvenes mexicanos emigran a los Estados Unidos!

SAN PEDRO, COAH.- Mario y Juan Manuel, tienen algo en común. Ambos han abandonado a sus padres para alcanzar sus sueños, lejos de la tierra y su familia en Nueva Candelaria.

A poco más de cinco kilómetros de la cabecera municipal de San Pedro, el poblado de Nueva Candela-ria vio nacer y crecer a Mario Muñoz, hasta el día hace siete años en que decidió marcharse a Estados Unidos.

La muerte del campo, su falta de preparación y empleo, fueron los motivos que lo orillaron a tomar la decisión de alejarse de su familia con los bolsillos vacíos.

Con una mirada triste pero su voz llena de orgullo, Genoveva Ontiveros Enríquez, recarga su rostro en el marco de la puerta y recuerda que su hijo salió de casa sin rumbo fijo pero con sólo una meta: trabajar y salir adelante.

“Hace como siete años, se fue de mojado para los Estados Unidos pues aquí ya no hubo dónde trabajar”, relata la madre de nueve hijos. “Me dijo que su situación económica allá iba a mejorar”.

Ahora, Mario trabaja en Dallas, Texas, “echando pisos y en lo que salga”, comenta su madre, a quien se le escapa un suspiro antes de cerrar sus ojos y mencionar que por lo menos un par de veces al año, vuelve a estrechar entre sus brazos a su hijo.

LA MITAD

De acuerdo con el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en San Pedro, Heriberto Valdez Gutiérrez, la falta de fuentes de empleo en el municipio, ha sido la principal causa de que decenas de jóvenes decidan emigrar hacia otras ciudades. Tanto los jóvenes que egresan de los planteles como los que interrumpen sus estudios para buscar otra vida.

Valdez Gutiérrez asegura que de 200 estudiantes que egresan de los diferentes planteles educativos, unos 100 emigran de la ciudad en busca de nuevas oportunidades de trabajo, como es el caso de Mario Muñoz y Juan Manuel Madrid.

En 1999, Valdez Gutiérrez era director del Cutis 127, el Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios de San Pedro, y ese año, recuerda, “comenzamos a monitorear a todos los alumnos que terminaban sus estudios y con ello notamos dicho fenómeno”.

EL VIAJE

Armando Rocha Favela, empleado de la Central Camionera de San Pedro, dice que desde hace más de una década, grupos de jóvenes, entre 15 y 25 años de edad, viajan a diferentes partes del estado y del país con la finalidad de encontrar un trabajo mejor.

Laredo, Piedras Negras y Ciudad Acuña, son las ciudades más solicitadas por estos grupos. Pero la mayoría prefiere Acuña, según Rocha Favela.

El fenómeno de la migración no se da en todo el año, pero su época fuerte es a principios de cada año. Durante los meses de enero, febrero y marzo, dice Rocha, las doce corridas que se hacen a diario a destinos del norte se ven abarrotadas. Rocha lo atribuye a la “cuesta de enero”, “donde los gastos que se realizaron durante los últimos meses del año, se ven reflejados al inicio del siguiente”.

Con 227 pesos puede obtener un boleto con destino a Ciudad Acuña. Un menor de edad sólo necesita estar acompañado de un adulto al momento de comprarlo.

“Nosotros no somos investigadores, no preguntamos si es su familiar o no, incluso ni pedimos su identificación puesto que no hay Ley alguna que nos lo exija”, dice Rocha Favela.

CUESTIÓN DE SUERTE

Estados Unidos es el destino preferido por los jóvenes que emigran de San Pedro. Pero no todos logran cruzar. A diferencia de Mario Muñoz, Juan Manuel Madrid, que salió de San Pedro hace más de diez años, nunca pudo cruzar la línea.

Rumualda Anguiano, madre de Juan Manuel, vive postrada en una silla de ruedas, víctima de la diabetes que la acosa desde hace ya varios años. Una infección en su pierna derecha, que jamás sanó, la hizo perder la pierna.

La mujer, quien trata de evitar las lágrimas cuando habla de su único hijo varón, dice que Juan Manuel salió de su casa en el ejido San Francisco, a cinco kilómetros de la autopista Torreón San Pedro, con destino a Ciudad Acuña, “donde las posibilidades de poder pasar hacia el otro lado, son mucho mayores que estando aquí”.

Pero no quiso cruzar. “Muchos de los que se han ido del rancho para allá, se han quedado, pues prefieren no arriesgarse”, dice.

En Acuña, Juan Manuel, que sólo terminó la primaria, se dedica al campo, actividad en la que se desempeñaba desde pequeño en su ciudad natal.

Ahora, dice Rumualda, su hijo tiene un sueldo seguro, una esposa y dos hijos, a los que su abuela ve dos veces al año, cuando en ocasiones viaja a Ciudad Acuña o su hijo viene a San Pedro.

LAS ESTADÍSTICAS

Heriberto Valdez Gutiérrez, de la Canaco, dice que de acuerdo a su estudio realizado en 1999, las ciudades más recurridas por la gran mayoría de los jóvenes sampetrinos son Ciudad Acuña, con un 70 por ciento, Piedras Negras, con 15 por ciento, y Ciudad Juárez con el otro 15 por ciento.

“En Ciudad Acuña existe una gran población de sampetrinos trabajando en maquiladoras”, dice el empresario.

Prueba de ello, comenta, son las estadísticas que arroja el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), que registraban en San Pedro un total de 80 mil habitantes en 2000, cifra que se disparó dos años más tarde hasta alcanzar los 115 mil.

Pero en el año 2004, la cifra había regresado a 80 mil habitantes, “cuando nuevas generaciones seguían apareciendo”, comenta Valdez Gutiérrez. “Entonces, ¿dónde están las nuevas generaciones?”, pregunta.

De acuerdo con estadísticas que presenta el INEGI, la población de Ciudad Acuña ha aumentado 30 por ciento en los últimos diez años.

La teoría que tiene Valdez Gutiérrez, usando estos datos más la cantidad de viajes que hacen jóvenes a Ciudad Acuña, es que ese lugar ha acogido a cientos de sampetrinos en los últimos años.

Aunque San Pedro cuenta con un total de tres empresas maquiladoras, con dos más dedicadas al sector agropecuario, así como supermercados y tiendas de conveniencia, “no son suficientes para dar empleo a las nuevas generaciones”, comenta Valdez Gutiérrez.

Los ejidos son los que se han visto más afectados por el fenómeno de la migración, debido a la baja en la producción agrícola y a la sustitución de mano de obra por máquinas en la actividad agrícola.

Para evitar que los nuevos profesionistas salgan de la ciudad, la Canaco ha gestionado ante la Presidencia de la República la posibilidad de otorgar a todo aquel empresario que desee invertir en la ciudad, todas las facilidades para que lo lleve a cabo.

Pero ello no ha sido posible, según manifiesta Juan Gerardo Bilbao Marcos, director de Fomento Económico, quien también confiesa que ha tratado de ofrecer todos los incentivos que el Municipio les puede otorgar a los inversionistas, entre los que se encuentran exención del Impuesto Predial o cambio de uso de suelos.

Pero los obstáculos son considerables: no hay las reservas territoriales necesarias para la construcción de un nuevo parque industrial y la ciudad “no tiene los recursos suficientes para llevar a cabo un proyecto de tal magnitud”, dice Bilbao Marcos. La generación de empleos es la única forma de cerrar la llave en la fuga de jóvenes sampetrinos. Así lo ven empresarios, autoridades y las madres de hombres como Juan Manuel o Mario que deben emigrar. Concluye Heriberto Valdez: “De lo contrario seguirá dándose la migración, la cual podría convertir a las pequeñas comunidades rurales en pueblos fantasmas”.

A la baja : Según datos redondeados del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, la población de San Pedro ha fluctuado así en los últimos años:

2000: 80,000 habitantes

2002: 115,000 hab.

2004: 80,000 hab.

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