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¿Conoces la Diferencia Entre Productos “Light” y “Diet”?

¿Conoces la Diferencia Entre Productos “Light” y “Diet”?

Aprende a identificar qué estás consumiendo realmente cuando eliges productos etiquetados como “light” o “diet”.

En los pasillos del supermercado, las etiquetas “light” y “diet” aparecen con frecuencia en bebidas, yogures, galletas, aderezos y otros productos procesados. Aunque muchas personas las asocian con opciones “más saludables” o “bajas en calorías”, estos términos no significan lo mismo, y entender su diferencia puede marcar una gran diferencia en la alimentación y el control de condiciones como la diabetes, la hipertensión o el sobrepeso.

¿Qué significa “light”?

Un producto etiquetado como “light” ha sido modificado para tener menos de un determinado componente en comparación con su versión regular. Generalmente, se refiere a una reducción de al menos 25% en calorías, grasa, azúcar o sodio, según lo define la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA).

Ejemplos comunes:

Es importante entender que “light” no significa que el producto sea bajo en todo o que no engorde. Simplemente es una versión “aligerada” del original.

¿Qué significa “diet”?

El término “diet” (también etiquetado como “sin azúcar”, “cero” o “cero calorías”) se refiere a productos que han sido formulados para personas con necesidades dietéticas específicas, como personas con diabetes o quienes siguen planes estrictos de reducción calórica.

Normalmente, los productos “diet”:

Ejemplos comunes:

¿Cuál es mejor?

Depende del objetivo de la persona:

En ambos casos, es esencial leer las etiquetas nutricionales. Muchos productos “light” o “diet” pueden tener otros ingredientes que no benefician la salud, como exceso de sodio, grasas trans o químicos conservantes.

Cuidado con los mitos

Las etiquetas “light” y “diet” no son sinónimos. Entender sus diferencias es clave para tomar decisiones informadas en el supermercado. Más allá del marketing, lo importante es aprender a leer los ingredientes y adecuar la dieta a nuestras verdaderas necesidades de salud.

Una alimentación inteligente comienza con información clara. La próxima vez que tomes una botella o un paquete con una de estas palabras, pregúntate: ¿para qué fue creado este producto… y para quién?

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