De la Hoya puede retirarse
...Su carrera ha sido uno de sus grandes éxitos!
Durante toda la promoción para el combate entre el mexicoamericano Óscar De la Hoya y el nicaragüense Ricardo “Matador” Mayorga, este último ofendió a su oponente hasta el cansancio, con declaraciones que cuestionaban desde su hombría hasta a su raza.
El centroamericano logró poner más interés de parte del público hacia la pelea, pero lo que no logró, como parecía ser su objetivo con tanto insulto, fue intimidar o sacar de concentración a De la Hoya, quien, por el contrario, pareció alimentarse del veneno de Mayorga para enfocarse y poner más énfasis y motivación a su preparación, con el afán de hacerlo pagar, así como con la intención de reivindicarse ante él mismo y sus seguidores, tras un año y 8 meses ausente de los cuadriláteros. Al llegar la hora buena de verse las caras sobre el ring, las expectativas eran grandes, sobre todo porque el gran atractivo era ver, en la parte boxística, cómo iba De la Hoya a lidiar con la explosividad de Mayorga en los primeros rounds. Pero dicha explosividad vino de parte del llamado Golden Boy, quien, contrario a lo que se esperaba, salió hacia el frente, a buscar la pelea franca, para dar forma así a la primera explosión de la noche cuando depositó a su enemigo en la lona con su mejor golpe, el gancho de izquierda.
A partir de ahí, el duelo se convirtió en una verdadera lección de boxeo por parte del mexicoamericano, quien llevó a cabo una metódica demolición, hasta terminar por doblar a su oponente en el round número 6, cuando lo mandó nuevamente al tapiz y tras eso, lo golpeaba a placer cuando el réferi detenía las acciones en el momento en que Mayorga iba de nuevo en camino al piso.
De esta forma, De la Hoya demostró que la técnica y sapiencia boxísticas siempre acaban por imponerse. Mayorga traía poder, fortaleza e ímpetu, pero en el boxeo eso no suele ser suficiente para vencer a un hombre con técnica, recursos y experiencia, como lo es el californiano, quien utilizó agresividad mezclada con inteligencia, con un excelente manejo de su mano izquierda tanto en forma recta de jab, como su ya mencionado gancho izquierdo, así como excelentes remates con la mano derecha, todo esto aunado a un buen golpeo al cuerpo y una excelente defensa.
Con esas armas, De la Hoya minó paulatinamente a Mayorga, sin dejarse impresionar por la caída que le propinó en el primer episodio, conocedor de que su rival aún no estaba listo para el nocaut, sabiendo que éste llega solo y, sin buscarlo, el nocaut llegó en el sexto capítulo, cuando todo el trabajo y castigo acumulados sobre el nicaragüense dieron resultados.
Al no responder nunca a las amenzas y provocaciones de Mayorga durante la promoción para la pelea, De la Hoya le dio una tremenda bofetada con guante blanco, al reponderle con los puños dentro del ring, en la forma de una tremenda paliza.