
El bus escolar es un peligro!
La caída de un bus escolar desde un terraplén en Alabama, en el que murieron tres niños, encendió todas las alarmas. Lo peor es que no fue un hecho aislado: según la National Colition for School Bus Safety (Colisión Nacional para la Seguridad de los Buses Escolares, NCSBS), el viaje a la escuela es la principal causa de heridas graves entre los menores. Cómo proteger a los tuyos.
Padres intranquilos
El accidente del 20 de noviembre dejó a todos los habitantes de Alabama estupefactos, pero no sorprendió a los especialistas en transporte, ni a los pediatras que aseguran que este vehiculo es el responsable de la mayor cantidad de heridas entre los niños.
“Cada año, 23 millones de niños viajan en buses escolares”, dice el doctor Alan Ross, presidente de la NCSBS. Sin medidas básicas como cinturones de seguridad obligatorios, estos pequeños no van del todo a salvo.
Según el primer estudio sobre accidentes en este tipo de vehículos, realizado por el Center for Injury Research and Policy (Centro de Estudio e investigación de heridos, CIRP) del Columbus Children’s Hospital, entre los años 2001 y 2003 51.100 chicos que iban en buses escolares terminaron en salas de emergencia.
Esto significa que nada más y nada menos que 17 mil chicos al año sufren de heridas graves mientras van a estudiar y acaban en el hospital, un dato que no deja nada tranquilos a los padres.
“El resultado de este estudio indica que el bus escolar es la causa número uno de heridas entre los niños de Estados Unidos”, dice el doctor Gary Smith, presidente del CIRP y uno de los autores de esta investigación.
“Además, este estudio nos dice que tenemos que hacer más investigaciones para determinar qué componentes deben tener estos buses, qué supervisión necesitan y cómo deben ser los conductores”, señala Smith. “Es fundamental diseñar una nueva estrategia para evitar que esto suceda”.
¿Será que el regreso a clase sienta mal hasta a los choferes? ¿O que el resto de la población se estresa tanto como sus niños? ¿O que los chicos están tan excitados que son más proclives a caerse mientras suben al bus?
Sea como sea, este estudio señala que los meses más peligrosos son septiembre y octubre, cuando los chicos vuelven a la escuela después de las vacaciones.
“La mayoría de los heridos son menores de entre 10 y 14 años”, explican los especialistas. El 42 por ciento de estos accidentes, afirman, se produce cuando el bus choca con otro vehículo. El 25 por ciento, cuando el chico está subiendo o bajando del transporte que los lleva al colegio: se caen, suben cuando está en marcha, se tropiezan y no miran por dónde caminan.
“Los chicos de entre 10 y 14 años son más vulnerables, ya que van solos hasta el bus y suben y bajan sin ayuda. Son más independientes, por lo que los mensajes sobre cómo cuidarse en los buses deben dirigirse especialmente a ellos”, asegura Jennifer McGeehan, directora del estudio del CIRP.
Sin embargo, los más pequeños no se salvan. Los especialistas señalan que los menores de 10 años sufren la mayoría de los golpes en la parte más sensible y peligrosa del cuerpo: la cabeza. Los adolescentes son más propensos a quebrarse las extremidades y a sufrir esguinces y laceraciones. Estos resultados surgen de la estadística pura: durante años, el hospital de niños Columbus estudió el ingreso de chicos a las salas de urgencias. Y éstos fueron los resultados.
El doctor Alan Ross asegura que el Gobierno debe dar un paso fundamental: instalar cinturones de seguridad en todos los buses escolares, algo que hasta ahora no está implementado en todos los Estados.
“En esta época, el hecho de que estos vehículos carezcan de esa protección adicional es ridículo”, asegura. “Es cuestión de sentido común. Los pequeños ya han recibido entrenamiento en el vehículo de sus padres, así que pueden ponerse y quitarse el cinturón más rápido que yo”. “Quienes se oponen dicen que el cinturón es inseguro para los niños más pequeños. Esto es absurdo. El cinturón está respaldado por la Asociación Americana de Medicina, por la Academia Nacional de Pediatría, por la Academia de Cirujanos Ortopédicos, por el Colegio Americano de Medicina Preventiva, por los Médicos para la Seguridad en los Automotores, por el Centro de Seguridad en los Autos y por la Asociación Fire Marshalls”.
Por eso, afirma, es necesario hacer una renovación a gran escala para ajustar la seguridad y el funcionamiento de los buses escolares.
“El bus escolar es un vehículo que básicamente no ha sido rediseñado en más de cuarenta años, con la excepción de algún acolchado añadido a los asientos. Estamos lidiando con un vehículo viejo, que es propenso a los vuelcos y que carece de control de tracción”, explica.
“También permiten el uso de uretano en los asientos, un material inflamable que ahora está prohibido en automóviles, barcos y aviones; tienen salidas inadecuadas de emergencia; y un sistema de comunicación deficiente de dos vías entre el conductor y el mundo exterior. Todas estas cosas necesitan abordarse”, sentencia.