El Español convertido en una especie de Laboratorio en los Estados Unidos
¿Cómo se Dice, Banqueta, Vereda o Acera?
¿Cómo se dice, camión, guagua o colectivo? Tal vez autobús. ¿Me entenderán mejor si digo banqueta, vereda o acera? En realidad no sé si estoy “hecho bolas”, “trocao” o “hecho un lío”, pero mi vecino Pepe no entiende lo que digo, ni yo entiendo bien a mi jefe Manuel.
Estas son expresiones comunes en el seno de la comunidad latina de Estados Unidos, un país que se ha convertido en una especie de laboratorio del uso del idioma español.
No es para menos. En Estados Unidos hay más de 40 millones de hispanos de 20 nacionalidades diferentes. Todos – o casi todos – hablan español, pero no todos lo hablan igual.
Los medios de comunicación social, enlaces indispensables con la comunidad, se han esforzado por encontrar un lenguaje neutro y abierto que les permita cumplir su función principal, que es comunicarse con todos para poder informar. Comunicarse con todos significa no sólo comunicarse con las diferentes nacionalidades, sino también con los diferentes niveles de educación inclusive dentro de una misma nacionalidad.
Esto lo hacen principalmente los grandes diarios, las revistas de alto vuelo y los noticieros nacionales de televisión, que tienen recursos económicos suficientes para emprender la aventura de la comunicación. Si esa aventura no resulta efectiva, los niveles de audiencia se desploman y los anunciantes comerciales se van con la competencia.
Las agencias de publicidad y de relaciones públicas que envían mensajes comerciales y comunitarios en representación de sus clientes, también se esfuerzan para que esos mensajes sean entendidos por todos.
Es muy difícil no entender los anuncios comerciales de productos para bebés o de la industria automotriz, que vemos a diario por televisión. Las agencias que los diseñan saben que comunicarse con todos es esencial para ayudar a su cliente a vender sus productos y servicios.
En busca de la comunicación
El proceso de unificar el lenguaje, sin embargo, vino primero de América Latina mucho antes de que la comunidad hispana de Estados Unidos creciera hasta el punto en que se encuentra hoy. Fueron los doblajes de películas de Hollywood, hace muchos años, los que abrieron el camino de la unificación del idioma. Si no lo hacían así, en otros países no se entendía lo que decían los actores, y por tanto la película no se podía vender. De manera que el factor comercial jugó un rol fundamental a nivel popular, mucho más efectivo que los esfuerzos de la Real Academia Española. Había que vender. Posteriormente, grandes imperios televisivos como el Grupo Televisa, de México, empezaron a producir telenovelas a gran escala. Igualmente, había que vender telenovelas a granel en todas partes. Para ello, productores y guionistas se dieron a la tarea de buscar un lenguaje neutro, entendible por todos. También había que poner un acento neutro a la hora de interpretar los personajes. Y las telenovelas se vendieron hasta en China y Rusia, por supuesto, dobladas a los idiomas de esos países.
Aunque haya muchas objeciones a la calidad artística de ciertas películas dobladas al español y de las telenovelas, hay que aceptar que la mayoría de esas películas y telenovelas han tenido gran éxito en materia de comunicación social, al igual que los anuncios comerciales de las grandes empresas.
Mediocridad y comunicación
Nada de lo anterior tiene que ver con el lenguaje limitado y mediocre que a veces leemos en algunas publicaciones hispanas de Estados Unidos, o escuchamos en algunos noticieros de radio y televisión. Con la mejor voluntad del mundo, algunos editores y productores creen que se están comunicando mejor con su audiencia, de esa manera.
Cuando uno les pregunta por qué lo hacen así, responden de una forma muy escurridiza. Dicen, por ejemplo, que así se escribe o se habla digamos que en México.
Pero cuando uno lee diarios mexicanos como Reforma, El Universal o la revista Zeta de Tijuana, o ve el noticiero 24 Horas a través de Galavisión, comprende que esa afirmación no es cierta. Los medios de comunicación mexicanos escriben y hablan correctamente el español, y se supone que los mexicanos que viven en Estados Unidos vinieron de México, no del planeta Marte.
Igualmente, los dos grandes noticieros nacionales de Univisión y Telemundo, se comunican con su audiencia hispana en un español perfectamente entendible por todos. Hay que hacer una excepción importante en cuanto a las personas entrevistadas por esos medios. Entre ellas las hay con educación limitada o para quienes el español no es su lengua nativa. Esto sucede en todos los medios audiovisuales del mundo, a diferencia de los medios impresos en los que editores y reporteros pueden corregir a sus entrevistados a la hora de escribir, antes de imprimir sus artículos.
Ocurre que tanto en el caso de los medios de México y del resto de Latinoamérica como en el de Univisión y Telemundo, entre otros de Estados Unidos, hay un sentido preciso de la responsalidad social de la comunicación. La conclusión de todo lo anterior podría dividirse en dos:
* se puede explicar hasta lo más sofisticado del mundo en un lenguaje sencillo, entendible para todos, y a la vez hacerlo de manera correcta.
* no se conoce de ningún medio de comunicación con un lenguaje mediocre, que se haya convertido en un gran medio ni en Estados Unidos ni en América Latina, ni en ningún otro rincón del planeta.
Por otra parte, Internet ha venido a satisfacer las necesidades de muchas audiencias, incluida la de los hispanos que viven en Estados Unidos. El hecho de que hoy podamos sentarnos en una computadora y viajar hasta nuestro país para leer nuestro diario favorito, representa un gran desafío para los medios en español de Estados Unidos. La televisión por cable y satélite también nos trae a Estados Unidos lo mejor de la televisión de América Latina y España, y esto igualmente representa un gran desafío para periódicos, revistas y medios electrónicos locales.
De manera que la comunidad hispana de Estados Unidos ha logrado ya con creces el factor de la cantidad (40 millones de personas, centenares de medios en español), ahora necesita, en algunos casos, comprometerse con el factor de la calidad, incluida la calidad en el uso del idioma español como herramienta efectiva de comunicación.