El ‘pleitazo’ de American Axle
En estos últimos días el proveedor de ejes para autos y camiones ligeros, American Axle, ha captado los reflectores y maldiciones de una parte importante de la industria automotriz. Hace apenas 14 años todavía era parte de General Motors y se decidió en 1994 separarla para crear una empresa más competitiva y que pudiera diversificar su portafolio de negocios hacia otros clientes. Hoy, la historia que vimos hace un par de años con Delphi, suena similar a lo que hoy vive American Axle.
El proveedor de autopartes alega que en promedio paga más de 70 dólares la hora a sus empleados sindicalizados y asegura que esta tarifa es aproximadamente 3 veces mayor que lo que pagan sus competidores. De esta manera la empresa pidió a 3 mil 650 empleados, agremiados a la UAW (United Auto Workers), que acepten una reducción de cerca de la mitad de sus percepciones, o cerraría sus 5 plantas de Michigan y Nueva York, y mudaría su manufactura a México.
De hecho, el sindicato ya cerró las plantas desde el 26 de febrero, ya que la huelga fue su única salida al rechazo de este “chantaje”, y a pesar de intensas negociaciones, desde el 11 de marzo se rompieron las pláticas. Las consecuencias han sido muy evidentes para GM, pues este solo cliente representa el 80 por ciento de la facturación actual de American Axle.
General Motors está viéndose afectada por este pleito que parece extenderse en lugar de resolverse. Ya tuvo que parar la producción de algunas de sus plantas armadoras de la zona de Michigan, y se anticipa que en los siguientes días, más plantas se irán paralizando por la falta de partes que repongan sus inventarios producidos previo a la huelga. De acuerdo con Automotive News, las consecuencias al cierre de marzo eran ya de 100 mil vehículos que no pudieron ser producidos y un golpe temporal en el empleo de 40 mil personas de la armadora en Estados Unidos y Canadá.
El detonante de todo este lío, fueron los resultados del año anterior. En el 2007, American Axle tuvo ventas por 3 mil 200 millones de dólares, pero únicamente tuvo una ganancia de 37 millones, es decir el 1 por ciento con respecto a sus ventas. Y en esta industria, donde la competencia de todo el mundo se intensifica, es difícil obtener incrementos de precios.
Para American Axle, pues, la solución era reducir los sueldos de su gente. Sin embargo, ahí existe una enorme ironía, ya que su director general obtuvo el año pasado más de 10 millones de dólares y recientes incrementos, además se estima que en un período de 10 años, Richard E. Dauch se embolsó, por diversas razones, más de 250 millones de dólares. Esta información es pública, lo cual ha enfurecido a su sindicato.
En este estancamiento, American Axle tronó en las negociaciones y decidió hace unos días reclutar nueva gente, abiertamente en los medios de comunicación. Esto agravó más las cosas con el sindicato, y realmente no se ve factible que los equipos de producción puedan de un día a otro, ser operados por un novato, y si así fuera, los riesgos de obtener partes de mala calidad, son altos, y la curva de aprendizaje lenta y costosa.
Entretanto GM ya decidió empezar a mover parte del negocio que tenía con American Axle, y a pasarlo a su competidor, Dana. Pero aunque estas medidas disminuyan el impacto de la huelga, la mayor parte del negocio sigue atada a este proveedor. Para mover un negocio de este tipo, el proveedor sustituto tardaría varias semanas o meses en estar listo y herramentado.
Tarde o temprano GM tendrá que meter las manos de una manera más activa a resolver el problema que los tiene de rehenes desde hace 5 semanas.