
El ‘Potro’ ganó su tercer título …Atlante venció a Pumas en la final
CANCUN – Golazo de Clemente Ovalle, al minuto 85, dio a Atlante su tercer título en el futbol mexicano, al derrotar 2-1 a Pumas de la UNAM en la final del Torneo Apertura 2007, en un partido un poco lejos de un encuento de estas circunstancias.
El venezolano Giancarlo Maldonado abrió el marcador al minuto 59, pero Ismael Iñiguez igualó al 69, tras cuatro minutos de su ingreso de relevo. Sin embaro, Clemente Ovalle dio a Potros de Hierro la corona con disparo potente al ángulo superior derecho de la portería de Sergio Bernal.
El técnico José Guadalupe Cruz se convirtió en bicampeón azulgrana, pues formó parte de aquel plantel que se coronó en la campaña 1992-93.
Atlante jugó muy por abajo de su nivel, de un sublíder general y de un local. Un equipo que desaprovechó su potencial ofensivo y funcionamiento vertical, durante el primer tiempo, por lo que cedió gran parte de terreno al cuadro visitante.
Sin ser tampoco un equipo arrollador, porque se enfrentó a una cerrada defensiva, Pumas fue dueño del balón y de la parcela cancunense y generaron oportunidades de gol que otra vez el arquero argentino Federico Vilar les impidió el festejo en varias ocasiones.
Así, hubo pocas acciones de peligro y la primera se originó hasta el minuto 29, cuando el argentino Ignacio Scocco recibió el balón por lado izquierdo de medio campo, hizo recorrido al centro y mandó pase a derecha a su compatriota Esteban Solari, quien luego de un recorte disparó y Vilar hizo la atajada para despeje de un coequipero.
En pared por izquierda con el argentino Rubens Sambueza llegó el brasileño Leandro Augusto con disparo por abajo y nuevamente el capital azulgrana atajó para mantener el cero al minuto 33.
De esa misma jugada se desprendió descolgada de Potros, pero el goleador venezolano Giancarlo Maldonado hizo disparo sin potencia que facilitó la labor de Sergio Bernal.
Para los últimos minutos del primer tiempo, el conjunto azulgrana adelantó líneas y alejó el constante peligro en su meta y al mismo tiempo trató de llegar a la portería auriazul, aunque sin claridad.
Para tener algo de control del medio campo en el segundo tiempo, el técnico local metió a Arturo Muñoz como segundo contención que poco sirvió, por el momento, ante el empuje de los felinos que insistieron ante la meta de Vilar, de hacer el gol de la coronación.
Pero al fin supo Potros contener a los visitantes y al minuto 69 hizo Christian Bermúdez recorte a su marcador en banda derecha, luego tocó en corto a José Joel González, quien al arranque de Giancarlo Maldonado mandó pase, el sudamericano aguantó la salida de Bernal y la del defensa Fernando Espinoza, quien terminó por rodar por el pasto y el azulgrana terminó con toda facilidad la anotación.
En ese minuto, el 69, fue de locura en los futbolistas atlantistas y sus aficionados en las gradas, el “vinotinto” Maldonado fue idolatrado por sus compañeros.
Pero el festejo de los de casa duró muy poco, porque Leandro Augusto mandó centro desde lado derecho, Solari remató de cabeza con toda complacencia de la defensiva, el esférico pegó casi en la base del poste derecho de Vilar y en el rebote llegó Ismael Iñiguez para hacer contacto con la testa para el 1-1, al 69.
Otro gran festejo, ahora de los auriazules, mientras que a los de casa les cayó un balde de agua fría porque el trofeo se les iba de las manos.
El encuentro continuó sin esa calidad de una gran final, pero sí de entrega y esfuerzo por cumplir cada quien su objetivo, incluso rugió la duda de un penalti a favor del cuadro de casa, una falta sobre Bermúdez, pero el silbante consideró que el atacante trató de engañarlo y lo amonestó.
Bermúdez volvió aparecer por el lado izquierdo, hizo recorte, mandó centro que fue rechazado y Clemente Ovalle llegó de frente y realizó potente disparo que anidó por el ángulo superior derecho de Bernal, al minuto 85.
Otro momento de locura vivieron los azulgranas en la cancha y en el país, y ante lo apretado del marcador se vivieron momentos de dramatismo y más porque el árbitro Armando Archundia repuso cuatro minutos.
Por fin sonó el silbatazo final y ahora sí se desató la gran fiesta atlantista del primer campeón, aunque adoptados, de la península de Yucatán. Aceptable labor del mundialista Armando Archundia.