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El dilema de los niños superdotados  
¿Serán felices?<!--:-->

FAMILIA: SER PADRES El dilema de los niños superdotados ¿Serán felices?

Es sorprendente ver la habilidad y rapidez que los niños tienen para aprender cosas nuevas, pero no todos asimilan las cosas de la misma forma, existen los niños superdotados, quienes cuentan con una alta capacidad intelectual, pero a menudo, fracasan en la escuela.

Dificultades…

Estos pequeños suelen enfrentarse a algunos problemas en su entorno, como dificultades de integración social en su escuela, baja autoestima, desinterés y apatía por las clases y es que poseer un elevado grado de inteligencia no garantiza superar los exámenes de las asignaturas.

El cálculo del cociente intelectual resulta de la realización de un test que sirve para medir la inteligencia de los seres humanos, en el caso de los superdotados la cifra resultante tiene que ser mayor a 130, tomando en cuenta que una persona normal tendría un cociente intelectual de 100.

Problemas a los que se enfrentan

Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, especialista española en Inteligencia Humana, afirma que los malos resultados académicos se producen, porque los niños con altas capacidades intelectuales poseen una edad mental muy superior a la de sus compañeros y, sin embargo, cursan las mismas asignaturas.

Según la especialista la excesiva facilidad hace que pierdan el interés por unas materias que no están curricularmente adaptadas a sus altas capacidades.

Y eso no lo es todo, es frecuente que estos pequeños no tengan un buen entendimiento y aislamiento con el resto de los niños de la clase, esto se debe a que tienen otros intereses y diferentes temas de conversación.

“Esto causa que disminuya su autoestima lo que, en el peor de los casos, hace que el niño superdotado puede terminar sufriendo una enfermedad de tipo nervioso como hiperactividad, depresión, enfermedades psicosomáticas, bulimia o anorexia”, matiza Rodríguez de la Torre.

En palabras del vicepresidente del Comité Europeo para la Educación de Niños y Adolescentes Superdotados, Juan Antonio Alonso, esta situación se produce a pesar de que existen “pruebas objetivas” que hacen que se puedan detectar estas capacidades desde los cuatro años de edad, y que lo idóneo sería que se conozca la alta potencialidad mental del niño antes de que se inicie su período de escolarización.

Para ello, es importante mencionar que la familia juega un papel muy importante, porque son los padres los que primero se deben dar cuenta que sus hijos poseen actitudes y aptitudes que no son comunes en los niños de su edad.

Las estrategias

Alonso opina acerca de que está constatado que pueden surgir graves trastornos y que los sistemas de educación de todos los países deberían desarrollar estrategias que den la posibilidad de desarrollar “al máximo” las capacidades de este tipo niños.

Por lo consiguiente, la planificación específica en asignaturas en las que el alumno muestra un conocimiento muy superior al de la media, podría aminorar la baja motivación que siente el superdotado y prevenir que se generen en él los problemas emocionales que se han mencionado.

Otra de las vías para mejorar la situación de los superdotados es intentar elevar su nivel de inteligencia emocional, es decir, aumentar la capacidad que tiene el individuo para gobernar de manera eficiente sus emociones.

La aplicación práctica de estas propuestas podría llevar a canalizar todo el potencial de los niños superdotados, evitando así su bajo rendimiento escolar y su aislamiento social porque, a veces, la inteligencia no da la felicidad.

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