
Inicia Benedicto XVI su Primer Visita a los Estados Unidos! …El Papa abogó por la Política Migratoria
Washington DC, Estados Unidos.- El Papa Benedicto XVI inició una visita de seis días a Estados Unidos, la primera desde el comienzo de su Pontificado hace tres años, que lo llevará a Washington y Nueva York.
El Presidente estadounidense George W. Bush, a pocos meses de dejar la presidencia, reservó a Benedicto XVI un recibimiento excepcional: Bush y su esposa Laura acudieron a la base aérea Andrews, en el sudeste de Washington, para recibir al Papa, de 80 años.
El Pontífice dará un discurso ante las Naciones Unidas mañana viernes, además de celebrar dos misas ante decenas de miles de personas y visitar el sitio de los a-tentados de septiembre de 2001.
A bordo del avión que lo condujo a Washington, Benedicto XVI admitió que siente “profunda vergüenza” por los sacerdotes pederastas involucrados en escándalos.
Los escándalos de pedofilia significaron un duro golpe a la autoridad moral de la Iglesia Católica en Estados Unidos, acusada de haber perdido su capacidad de proteger a los niños. Denuncias contra sacerdotes por abusos se-xuales se acumularon en los tribunales de Estados Unidos y decenas de víctimas fueron indemnizadas con millones de dólares.
La Casa Blanca esperaba que las conversaciones que sostendrán Bush y Benedicto XVI sean “francas”, aunque admitió que los valores comunes de ambos no impedían que existieran diferencias, como ocurrió respecto de Iraq.
Pero “realmente no creo que el presidente tenga planeado destinar mucho tiempo a conversar sobre Iraq con el Papa”, comentó la portavoz presidencial Dana Perino a la prensa.
Agregó que ambos se habían encontrado antes y que “pueden mantener conversaciones muy francas y abiertas, y creo que los valores compartidos entre ambos son más fuertes que cualquier desacuerdo que puedan tener”.
Entre 9 mil y 12 mil invitados estuvieron el miércoles en los jardines de la Casa Blanca, para la ceremonia de bienvenida.
Esto sería una cifra superior a los 7 mil invitados que recibieron con gran pompa en mayo de 2007 a la reina Isabel II de Inglaterra, y tal vez más asistentes que a ninguna otra ceremonia análoga bajo la Presidencia de Bush.
“Aquí muchos hablamos inglés, otros español y algunos francés, pero para el Papa tenemos una voz única”, dijo Orlando Grimaldi, un hispano miembro de un coro que tiene previsto cantar durante la visita del Papa.
Las autoridades adoptaron medidas de seguridad excepcionales para la primera visita de Benedicto XVI a Estados Unidos.
Se trata de la primera vez que un Papa viaja a Estados Unidos después de los atentados de septiembre del 2001, por lo que los dispositivos de seguridad fueron reforzados. El mes pasado, el líder de la red Al Qaeda, Osama Bin Laden, organización que se atribuyó los atentados del 11 de septiembre del 2001, acusó al Papa de protagonizar “una nueva cruzada” contra el Islam. Bajo la divisa “Cristo nuestra espe-ranza”, la visita papal se produce en medio de una reñida campaña electoral en Estados Unidos y un gran descontento de los estado-unidenses con la guerra en Iraq, en momentos en que las bajas estadounidenses en Iraq superaron los 4 mil soldados en cinco años.
Los hispanos, que se convirtie-ron en uno de los principales pilares de la Iglesia Católica en Estados Unidos, se dirigirán al Papa para que se pronuncie contra las medidas impuestas a los inmigrantes indocumentados.
“Me gustaría que el Papa nos hable sobre cómo, en nuestra calidad de católicos, debemos acoger al pobre y al extranjero en este país”, afirmó Enid Roman de Jesús, presidente de una asociación de directores de las diócesis católicas.
“Quiero que diga lo terrible que es que haya un muro para separar a los pobres de los que tienen una esperanza de futuro”, dijo Roman, en referencia a la frontera entre México y Estados Unidos.
El Papa Benedicto XVI y el Pre-sidente de Estados Unidos, George W.Bush abogaron por “una política de inmigración coordinada” con América Latina, en una declaración conjunta tras reunirse en la Casa Blanca.
“El Santo Padre y el Presidente también hablaron de la situación en América Latina, en alusión a los inmigrantes, entre otros temas, y de la necesidad de una política coordinada sobre inmigración, especialmente su trato humano y el bienestar de sus familiares”, señaló la declaración.
El Pontífice había anunciado antes de iniciar su primera visita a Estados Unidos su intención de hablar con el Presidente de Bush de inmigración, una cuestión que levantó fuerte polémica en los últimos años en Estados Unidos y se convirtió en un tema espinoso de la actual campaña electoral.
Benedicto XVI, celebró hoy en Washington una misa a la que concurrieron numerosas familias de inmigrantes latinos residentes en Estados Unidos, dijo asimismo que es necesario “hacer todo lo posible contra la precariedad y todas las violencias para que los inmigrantes puedan tener acceso a una vida digna”.
Según el Papa, la primera economía del mundo debe “ayudar a los países de los cuales las personas emigran a desarrollarse”. La gran mayoría de los inmigrantes en Estados Unidos son de origen latinoamericano y católicos.
De hecho, la Iglesia apoyó fuertemente a los inmigrantes clandestinos en Estados Unidos, principalmente durante las multitudinarias marchas de hace dos años a favor de la regularización de los indocumentados, que solían iniciarse con una ceremonia en la que participaban representantes de diferentes iglesias y religiones.
Conforme a la evolución demográfica, la población católica en Estados Unidos, actualmente un 24 por ciento, crece fundamentalmente gracias a la progresión de la minoría hispana, que abraza mayoritariamente ese credo.
Estimado en unos 42 millones de personas actualmente, es decir un 14 por ciento de la población, el número de hispanos se triplicará en 2050 para alcanzar 130 millones, es decir 29 por ciento de la población norteamericana.
Ante esa realidad, los hispanos son una comunidad clave. “Los obispos están haciendo todo lo posible para tratar de llegar a este grupo de inmigrantes”, indicó José Espósito, un diácono latino que ayudará a oficiar misa a Benedicto XVI.
Por su parte, Bush abogó por una reforma migratoria, pero el sector más radical de su propio Partido Republicano bloqueó los dos proyectos de los dos últimos años que habrían abierto la vía a la regularización de los estimados cerca de 12 millones de indocumentados.