La pubertad ahora llega antes …Contaminación química, la responsable

Mónaco- La contaminación química y, sobre todo, los pesticidas y hormonas artificiales están adelantando la pubertad femenina, lo que puede provocar un aumento en la frecuencia de cánceres en la edad adulta de las mujeres. Así lo advirtieron el 23 de febrero médicos especialistas en la conferencia “Cambio Climático y Patologías Femeninas”, asociada a la reunión que ministerial que mantuvo hasta el día anterior en Mónaco el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente.

El profesor Charles Sultan, de la Unidad de Endocrinología y Ginecología Pediátrica de la Universidad de Montpellier (sur de Francia), citó estudios estadounidenses en los que el 15 por ciento de las niñas blancas y el 48 por ciento de las negras habían adelantado su primer signo de pubertad, el desarrollo de mamas, a los ocho años. Los expositores subrayaron que siempre existen diferencias de origen étnico, pero que las alteraciones son transversales en los estudios de varias poblaciones.

“En sólo 30 años, la edad de pubertad femenina ha descendido un año. La primera regla, desde una media de 10,9 años en 1970, ha pasado a los 9,7 en 1998”.

El profesor Sultán afirmó que “aún no tenemos pruebas de si esto supone un nuevo riesgo, es un testigo de otros cambios o un simple suceso, pero lo cierto es que el adelanto púber puede tener consecuencias en la frecuencia de enfermedades en el adulto”.

La precocidad púber, según el especialista, “desde luego puede traer hiper estrogenización, la feminización precoz puede llevar a la joven a asumir roles de adulto estando emocionalmente inmadura y puede traer disfunciones endocrinas en toda la edad adulta”. El pediatra, ginecólogo y toxicólogo afirmó que la contaminación química, en lo que afecta a la mujer, empieza ya en el útero y continúa en la vida adulta.

“Hemos encontrado más de 250 contaminantes químicos en la sangre del cordón umbilical”, dijo, y reveló que muchos ríos de todo el mundo tienen en sus aguas los restos de los estrógenos artificiales derivados de las píldoras anticonceptivas y de los tratamientos de los efectos de la menopausia.

“El organismo de un adulto sabe cómo tratar las hormonas naturales, pero no las artificiales y un feto ninguna de las dos”, dijo el científico francés.

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