<!--:es-->Maíz transgénico contra el sida.
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Maíz transgénico contra el sida. . . . Podría prevenir el contagio sexual

El maíz podría convertirse en la materia prima del primer fármaco eficaz contra el contagio sexual del sida. Un consorcio internacional, liderado en España por el investigador estadounidense de la Universidad de Lleida (España) Paul Christou, ha desarrollado, mediante ingeniería genética, anticuerpos contra el virus del sida en la semilla del maíz. El producto, de elaboración mucho más económica que los fármacos existentes, gozaría de un gran potencial entre los países en vías de desarrollo

Maíz modificado

La modificación genética de plantas es un recurso cada vez más utilizado por centros de investigación y laboratorios para obtener compuestos beneficiosos para la salud y el bienestar del hombre.

Desde la producción de vacunas hasta anticuerpos, los productos obtenidos a partir de la denominada “agricultura molecular” presentan ventajas como una gran estabilidad genética, un bajo coste de desarrollo y, por ello, una excelente facilidad de difusión comercial.

El maíz modificado que prevendrá del contagio sexual del sida es el resultado de una iniciativa internacional en la que participan 39 equipos europeos y sudafricanos liderados en España por el investigador estadounidense Paul Christou, quien cuenta con una trayectoria de dos décadas en el campo de la biotecnología aplicada a las plantas.

Anticuerpos prometedor

El grueso de la investigación se ha desarrollado en el departamento de Producción Vegetal y Ciencia Forestal de la Universidad de Lleida (España), donde Christou ha dirigido la fase de ingeniería molecular.

El proyecto constata que es posible desarrollar uno de los anticuerpos más prometedores, el 2G12, a partir de proteínas obtenidas de maíz transgénico. Según relató Christou a Efe-Reportajes, la molécula ha demostrado “una gran capacidad de neutralización del VIH equiparable a la del microbicida”, una sustancia que, al aplicarse de forma tópica, reduce las posibilidades de infección de las enfermedades de transmisión sexual.

Las propiedades que muestra esta molécula podrían emplearse para diseñar un gel de aplicación tópica con la que combatir el virus del sida de forma “barata y efectiva”, añade el investigador.

El proyecto cuenta con una financiación de 12 millones de euros (18,9 millones de dólares) durante cinco años por parte de la Unión Europea y prevé un período ventana de tres a cinco años para finalizar los ensayos clínicos antes de comercializar el producto, que todavía no se ha probado en personas.

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