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McCain quiere resucitar la reforma en Enero

MIAMI – El senador republicano John McCain (Arizona) dijo querer resucitar el fracasado proyecto de reforma migratoria integral a nivel federal en enero de 2009, y añadió que la falta de actuación en ese frente ha creado “miles” de problemas, según un reporte de la agencia española de noticias, Efe.

Larga lista de problemas

“Nuestro fracaso a la hora de actuar a nivel federal sobre la reforma migratoria está creando miles de problemas”, dijo el candidato a un grupo de periodistas que lo acompañó a bordo de su autobús electoral durante una visita al Parque Nacional Everglades, en el sur de Florida.

Entre los problemas existentes, McCain mencionó que el fracaso de la citada reforma se traduce en salas de emergencia abarrotadas -a donde acuden en última instancia los inmigrantes indocumentados sin seguro médico-, mayores gastos policiales y abusos sobre los que carecen de papeles y derechos.

Explicó que otra de las consecuencias es la existencia, por un lado, de “ciudades santuario”, y por otro de estados que quieren expulsar a todos los indocumentados e iniciar procesos judiciales contra los empresarios que los contratan.

La reforma de McCain

El senador de Arizona hizo hincapié en solucionar la actual situación con una reforma que implique:

Seguridad en las fronteras.

Puesta en marcha de un programa de trabajadores temporales.Búsqueda de una solución para los 12 millones de indocumentados.

A principios de 2006 McCain respaldó un programa bipartidista de reforma migratoria que detallaba un completo plan de regularización para inmigrantes indocumentados que carecieran de antecedentes criminales y pagaran impuestos, a la par de un plan de seguridad en las fronteras pata detener el tráfico de indocumentados.

Junto a Kennedy

Entre 2003 y 2006 McCain respaldó varias iniciativas de reforma migratoria en el Congreso junto al senador demócrata Edward Kennedy (Massachussets), planes que a diferencia de su actual postura priorizaba en una vía de legalización para los indocumentados.

El 25 de mayo de 2006 el Senado aprobó, por 62 votos a favor y 32 en contra, un proyecto de ley que incluyó un plan de legalización y segmentaba a los 12 millones de indocumentados en tres grupos, y cada uno de ellos lo trató de manera diferente.

El primer grupo lo integraron indocumentados que llevaban cinco años o más en el país. Ellos accederían a una residencia temporal de seis años y luego a la residencia permanente. Once años más tarde podrían solicitar la ciudadanía.

El segundo grupo lo integraban indocumentados que llevaban más de dos años y menos de cinco en el país. Ellos deberían registrarse en un puesto fronterizo y calificarían para un permiso temporal de trabajo hasta que cumplieran cinco años de estadía.

El tercer grupo lo integraban indocumentados que llevaban menos de dos años en Estados Unidos, quienes no calificaban para ningún tipo de beneficio y debían irse del país.

“¿Por qué no podemos decir a los trabajadores indocumentados que están haciendo el trabajo que no queremos ‘Salgan de la penumbra…’?”, se preguntó McCain el día que aprobaron el proyecto.

El plan, sin embargo, fue cancelado en junio por el entonces liderazgo republicano, quien adujo razones de seguridad nacional.

La inacción del Congreso dio motivos a los congresos estatales y los concejos municipales para aprobar leyes antiinmigrantes por su cuenta, a efecto de controlar la inmigración indocumentada.

El último debate

Nueve meses más tarde, en marzo de 2007, un grupo tripartita de negociadores demócratas, republicanos y de la Casa Blanca redactó en secreto un nuevo proyecto de reforma migratoria en el que participó McCain, pero el Senador -según dijeron fuentes del senado consultadas en esa fecha por Univision.com- se desprendió del grupo a causa de sus aspiraciones por alcanzar la nominación presidencial republicana.

El proyecto no pasó del escritorio del Comité Judicial del Senado. En junio fue desestimado por falta de apoyo bipartidista.

El plan, que incluía severas medidas de seguridad en la frontera y ordenaba la eliminación del tráfico de indocumentados, agregaba una legalización a cambio de multas por hasta $13,500 por indocumentado y la exigencia de salir del territorio de Estados Unidos para luego registrar una entrada legal.

Demócratas incrédulos

Los adversarios del candidato republicano no esperan que éste se incline nuevamente a favor de un proyecto de reforma migratoria como el de 2006.

“McCain ha dicho claramente que votaría en contra del proyecto de ley que había patrocinado con Ted Kennedy si éste (el proyecto) llegara al pleno del Senado”, dijo el lunes Luis Miranda, uno de los voceros del Partido Demócrata.

Agregó que el candidato republicano “se ha aferrado al ala derecha (de su partido) prometiendo no considerar ninguna reforma migratoria hasta que los gobernadores de los estados en la frontera certifiquen que las fronteras han sido aseguradas”.

“McCain ha hecho claro que va a seguir un camino de seguridad fronteriza y aplicación de la ley únicamente”, puntualizó.

La promesa de Obama

El candidato demócrata, por su parte, también habló de reforma migratoria pero en términos opuestos a McCain.

Durante una entrevista con el periodista Jorge Ramos, presentador del Noticiero Univision, el senador de Illinois, quien ganó la nominación a la senadora Hillary Clinton y se convirtió en el primer afroamericano en aspirar a la Casa Blanca, prometió que, de llegar a convertirse en el sucesor del presidente George W. Bush, la reforma será debatida en el primer año de su mandato.

Ramos cuestionó a Obama por haber votado en octubre de 2006 a favor de las ley del muro -al igual que Clinton-, pero el candidato explicó que “yo voté para iniciar la construcción del muro en ciertas áreas de la frontera. Creo que hay algunas zonas en las que sí tiene sentido y puede salvar vidas, si prevenimos que la gente cruce áreas desérticas que son muy peligrosas”.

Sobre el tema de las redadas, Obama dijo que revisaría la actual política federal y que “no creo que sea la manera norteamericana de hacer las cosas el arrestar a una madre, separarla de su hijo y deportarla, sin medir las consecuencias”.

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