No Todo lo que reluce es (miel) Oro
- La miel pura no contiene ingredientes elaborados por el hombre -
LONGMONT, Co. — Comprar alimentos buenos y ajustarse al presupuesto es un modo de vida de muchos latinos. Elba Serrano sabe que es más fácil decirlo que hacerlo. Esta mujer de 38 años, madre de tres hijos, se sorprendió poco tiempo atrás después de inspeccionar una compra de alimentos de rutina. “Como mi familia depende de mí para obtener lo mejor, es fundamental que reciba la información adecuada y lea las etiquetas de los productos que compro para ellos”, explica Elba. “Ya sea un jugo de naranjas o miel para el desayuno de mi hija, busco la mejor calidad al mejor precio. Imagine cómo me sentí cuando descubrí que el frasco que compré no era de miel pura, sino que contenía edulcorantes procesados.”
Seguramente, Elba no es la única. Ella representa a uno de los millones de consumidores que cada año compra sin saberlo, productos alimenticios adulterados o rebajados que sus fabricantes hacen pasar como productos verdaderos. Barreras idiomáticas, etiquetas engañosas y envases que se ven como el producto verdadero son las causas por las que muchos latinos sean fácilmente inducidos a comprar productos fraudulentos que, en el caso de los alimentos, podrían llegar a constituir un riesgo para la salud. Investigaciones de la Administración de drogas y alimentos (FDA por sus siglas en inglés) muestran que millones de consumidores han sido engañados al tiempo que las compañías sacan provecho de productos fraudulentos. En un caso, las ganancias de un fabricante de jugos aumentaron de cero en el segundo año de operaciones a $57 millones en su quinto año antes de ser condenado y sentenciado por adulterar un concentrado de jugo de naranja. Una empresa elaboradora de jarabe y miel embolsó casi $500.000 de sus productos falsos entre 1993 y 1995[1].
Si bien resulta difícil localizar exactamente la cantidad de toneladas de miel adulterada que se vende en más de 30.000 tiendas con grandes descuentos frecuentadas por latinos en Estados Unidos, un estudio reciente en mas de 130 de esas tiendas en de Los Angeles, Miami, Houston, Chicago and New York, reveló que el 86 % de las tiendas encuestadas tenían un total de 16 marcas diferentes de imitaciones de miel.
El principal ingrediente en esas imitaciones era algo que no se trataba de miel. Esencialmente, esos productos parecían miel pero después de inspeccionarlos con atención, se descubrió que se trataba de mezclas que contenían ingredientes elaboraos por el hombre y edulcorantes altamente procesados.
Según la Junta Nacional de la miel (NHB por sus siglas en inglés), es sencillo ver por qué tantos consumidores creen que están comprando miel verdadera cuando en realidad no es así.
Bruce Wolk, director de marketing de la Junta Nacional de miel, nos garantiza que existen maneras sencillas de verificar la pureza y la calidad de la miel antes de comprarla. “La gente desea que le den el producto que paga. Afortunadamente, los latinos pueden aprender a distinguir la miel 100% pura que desean llevar a sus familias.”
Existen tres maneras posibles de verificar la miel pura de la imitación:
(1) Lugar de compra. En este país, la miel pura se encuentra en tiendas de comestibles, almacenes, mercados o puestos locales de productos de granja y directamente de los mismos apicultores.
(2) Ingredientes. Lea la etiqueta con atención. La miel pura que hay en Estados Unidos no tiene ningún otro ingrediente. La miel tiene que ser el único ingrediente que se presenta en la etiqueta.
(3) Valor. No confíe en los productos que se ofrezcan a precios inferiores al del valor justo del mercado. Si paga alrededor de un dólar, es poco probable que compre miel pura.
Estas sugerencias sirven para todas las clases de miel, ya sean claras u oscuras, con o sin trozos de panal. “Cómo me hubiera gustado saber esto antes”, expresa Elba. “Ahora es fácil. Sé que resulta imperativo leer la etiqueta. “Honey-blend” (mezcla con miel) o “Honey syrup” (jarabe de miel) es muy diferente de la miel verdadera. Ahora compro la miel pura de abeja en el supermercado de la esquina.”
¿Sabía usted?
La miel es el único ingrediente de la miel pura. La miel pura no contiene ningún otro ingrediente.
La miel pura es elaborada por las abejas. Las personas no la elaboran, sólo la envasan.
National Honey Board está explorando nuevas pruebas para determinar la pureza de la miel.
Acerca de la organización National Honey Board (NHB)
La organización National Honey Board, dirigida bajo la supervisión del USDA es un programa sin fines lucrativos fundada por la industria de la miel.
** DULCIFICANTES ENGAÑA A LOS LATINOS**
Miel pura vs. imitaciones adulteradas
Muchas de las mieles adulteradas o “falsas” que se venden en el mercado son en realidad mezclas de miel con otros ingredientes, como el jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS por sus siglas en inglés). Un estudio ha señalado que el HFCS se comporta en el cuerpo de manera muy diferente que la miel 100% pura.
Ø La miel es diferente al azúcar. Los azúcares complejos de la miel son absorbidos en forma diferente que el azúcar (sacarosa) y el jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS), uno de los ingredientes clave de las mieles adulteradas o falsas. Esto genera una gran diferencia para todos, especialmente para los diabéticos.
Ø La sacarosa se absorbe por ósmosis. Esto significa que cuando se digiere ingresa directamente al torrente sanguíneo. En consecuencia, grandes cantidades de azúcares inundan el sistema. Esto provoca una reacción del páncreas que produce insulina en exceso. Generalmente, después se produce una caída estrepitosa a niveles inferiores de azúcar (provocada por la estimulación excesiva de la producción de azúcar/digestión rápida del azúcar).
Ø La miel se absorbe más lentamente que el azúcar. Los azúcares complejos y los rastros de minerales y vitaminas encontrados en la miel son absorbidos por un proceso denominado “transporte activo”, que involucra un agente de transporte real (un químico que envuelve el azúcar). La velocidad en la que la miel se absorbe está regulada por la disponibilidad del agente de transporte. Por lo tanto, los azúcares complejos ingresan al torrente sanguíneo más lentamente y es menos probable que provoquen lo que se denomina “sugar high” (aumento repentino del azúcar) o estimulación excesiva de la producción de insulina.
Ø La miel está menos procesada que otros edulcorantes. La miel es elaborada por las abejas y las personas sólo la envasan. Esto la transforma en uno de los edulcorantes disponibles más puros y menos procesados. La miel pura no contiene agregados.
Ø La miel es un alimento real. En la miel, se encuentran presentes pequeñas cantidades de vitaminas esenciales, como la vitamina B6, la tiamina, la riboflavina y el ácido pantoténico, al igual que minerales esenciales, como el calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, sodio y zinc. También transporta diversos aminoácidos, los componentes básicos con los que se elaboran las proteínas.
Ø El jarabe de maíz y otros carbohidratos refinados pueden aumentar el riesgo de diabetes y contribuir a elevar la obesidad epidémica. En 2004, investigadores en medicina de Louisiana State University publicaron un informe en el que se señala que el aumento en el uso del jarabe de maíz con alta fructosa está vinculado con el aumento de la epidemia de obesidad. El artículo del Dr. George Bray publicado en The American Journal of Clinical Nutrition señala lo siguiente:
– Entre 1970 y 1999, el consumo de jarabe de maíz con alta fructosa se multiplicó más de diez veces, superando el cambio en el consumo de otros alimentos.
– Un estadounidense medio consume como mínimo 132 calorías de jarabe de maíz de alta fructosa al día. Muchos consumen más de 300.
– Como el jarabe de maíz refinado es muy económico está en casi todos los productos alimenticios. Endulza cereales, barras masticables de granola, hamburguesas, galletas dulces, salsas para pastas y condimentos habituales, como ketchup, mostaza y hasta en la salsa Worcestershire.
En un estudio anterior, publicado en noviembre de 2002 en The American Journal of Clinical Nutrition se concluye que grandes cantidades de fructosa de diversas fuentes, como el azúcar de mesa y el jarabe de maíz de alta fructosa, inducen la resistencia a la insulina, alteran la tolerancia a la glucosa, producen altos niveles de insulina, estimulan un tipo de grasa peligroso en la sangre y provocan alta presión en animales.