POLITICA GLOBAL: Internacionales

Obiang en España

Mucho revuelo ha causado en España la visita oficial del presidente Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial. El rey, el presidente Zapatero y el jefe de la oposición Rajoy se reunieron con él mientras la cámara de los diputados le vetó.

Algunos analistas sostienen que ello ha dañado la imagen que tenía Zapatero de querer proyectar una política exterior ética pues el tirano centro-africano tiene el peor récord dentro de la hispanidad en violaciones de derechos humanos, corrupción y extrema desigual distribución de la riqueza petrolera.

Madrid, sin embargo, cree positivo haber hecho que Guinea Ecuatorial se les re-acerque tras haber estado tan pro-Francia, y haber logrado la promesa de Obiang que liberará a todos sus presos. Sin embargo, el propio Obiang acusó a toda la prensa hispana de ‘ser irracional’.

Guinea Ecuatorial se independizó en 1968 pero siempre ha estado regida por la misma familia y es el único país de habla ibérica que nunca ha conocido alguna forma de democracia multipartidaria.

Trillonarios

China acaba de llegar a ser el único país en tener reservas de $US 1,000,000,000,000. Si hace 40 años ésta fomentaba la ‘gran revolución cultural proletaria’ hoy impulsa la gran transformación comercial capitalista.

Si la ‘vieja’ China formaba cuadros maoístas, la ‘nueva’ alienta empresarios. Su principal producto de exportación ya no es su ideología sino sus manufacturas y divisas ávidas de materias primas y de plantas de procesamiento de éstas.

Si en 1966 China quería ser el paraíso del igualitarismo, hoy está por superar al Brasil como el país más desigual del mundo. Si antes inundaba algunas calles de otros países con libros rojos y otras obras de Mao, ahora riega mercados con baratijas.

El mismo Partido Comunista de China que antes exportaba revoluciones contra el capital hoy exporta capitales contra cualquier revolución (incluso alguna que pudiese democratizar algún despotismo africano, pues todos ellos son hoy buenos socios de Beijing).

Osetia

LONDRES. Los osetios son un pueblo enclavado en las dos márgenes centrales de la cordillera del Cáucaso. Tienen una lengua similar a la kurda o la persa, y son ortodoxos e históricamente pro rusos. Su patria está partida en dos. Osetia del Norte es una república de la federación rusa y Osetia del Sur es una república de Georgia.

Hasta 1991 los osetios estaban unidos dentro de la Unión Soviética. Cuando hace15 años Georgia se independiza, en el suelo de ésta quedan tres minirrepúblicas (Sud-Osetia, Abajazia y Ajaria), quienes se mantienen pro rusas.

Osetia del Sur acaba de votar masivamente por su independencia para luego poder reunificarse con el norte, pero dentro de la federación rusa. Occidente no quiere reconocer ese derecho, pues busca mantener su excelente relación con Georgia. Sin embargo, EEUU y la UE sí han tenido posiciones distintas cuando se trata de debilitar a un contrincante, como ha sido el caso de Serbia. La OTAN ha visto con buenos ojos la separación de Montenegro y pronto podría saludar la independencia de facto de Kosovo.

El dragón a la caza

del león

La ofensiva general china sobre África es parte de una más extensa, que incluye a América Latina.

El dragón chino ha puesto sus baterías sobre la tierra de los leones y las jirafas. Casi todos los mandatarios africanos acudieron del 3 al 5 de noviembre a Beijing, que apunta a desplazar a Londres y a París como el mayor socio comercial del continente negro.

China, con este evento, ha demostrado ser “un poder mundial emergente capaz de movilizar a 48 de los 53 jefes de Estado de África. No veo ningún paralelo en la historia. No lo han hecho antes ni Rusia ni EE.UU.”, comenta Wenran Jiang, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Alberta, en Canadá.

China viene logrando un significativo reposicionamiento en África. Su economía, que es la que más crece en el mundo (a un ritmo de 9 por ciento anual), requiere vorazmente de petróleo, metales y materias primas. África y América Latina se los proveen y es por eso que el comercio entre China y estas dos regiones se ha duplicado desde 1995.

En el caso africano se nota un gran descenso del comercio entre el continente negro y su tradicional socio comercial (Europa). Incluso, más del 10 por ciento del comercio exterior africano se hace con China. Se espera que para este año dicho comercio chino-africano supere los 50.000 millones de dólares, cinco veces más que en el 2000, y que en el 2010 supere los 100.000 millones de dólares, lo que hará que China devenga en la principal potencia inversionista y comercial de África.

China promete destinar a África hasta esa fecha unos 5.000 millones de dólares en préstamos blandos y créditos que se pagarían con exportaciones. En Beijing se firmaron una docena de acuerdos comerciales por casi 2.000 millones de dólares, mientras una empresa china anunciaba un contrato para construir un ferrocarril en Nigeria por un valor de 8.300 millones de dólares.

Más fuerza en

Latinoamérica

Lo que China invierte en África es apenas la sexta parte de lo que lo hace en América Latina. Lo que hoy hace en el continente negro, según un editorial de El País de España, es una continuación “de la gran ofensiva lanzada el pasado año por el presidente Hu Jintao en Latinoamérica”.

Muchos sectores conciben que China sea una buena contraparte frente a Occidente, que siempre busca promover privatizaciones y liberalizar el mercado. Para el candidato ecuatoriano Rafael Correa, China muestra que es posible desarrollarse manteniendo una alta intervención estatal. El país asiático, a diferencia de Europa, nunca ha colonizado a África ni América Latina ni tampoco envía sus tropas. Como comenta a Tiempos del Mundo Chun Lin, la experta en China de la London School of Economics, Beijing no busca imponer precios por debajo del mercado mundial.

Tampoco busca desarrollar la industria manufacturera local. El país está interesado en materias primas y, más bien, inunda a toda África con manufacturas baratas, hechas con una mano de obra de salarios y condiciones laborales incluso hasta peores que varias naciones africanas.

Si hace 40 años China exportaba su ideología que promovía revoluciones contra el capital, ahora el país quiere exportar capitales y está en contra de cualquier revolución (incluso de una que democratice a una tiranía africana).

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