El Lider USA

Por Qué la Electricidad se Ha Vuelto Más Cara en Texas

Por Qué la Electricidad se Ha Vuelto Más Cara en Texas

Texas registra un encarecimiento sostenido de la electricidad que ya se refleja de forma directa en recibos mensuales más altos y en una presión creciente sobre los presupuestos familiares. Estudios recientes estiman que, frente a 2020, las tarifas residenciales han aumentado alrededor de 30% hasta 2025 y podrían subir casi otro 30% hacia 2030, una trayectoria que obliga a muchos hogares a tomar decisiones difíciles sobre en qué gastar cada dólar.

Lejos de tratarse de un fenómeno puntual, el aumento responde a cambios estructurales en el mercado energético del estado, a una demanda que crece más rápido que la infraestructura y a decisiones regulatorias que están redefiniendo quién asume los costos del sistema.

Un Invierno Más Caro en el Hogar Tejano

En 2025, el precio promedio de la electricidad residencial en Texas ronda los 15 a 16 centavos por kilovatio hora, lo que sitúa una factura mensual típica entre 170 y 180 dólares, según portales de comparación de tarifas y datos federales de energía. Aunque el monto varía según la ciudad, el proveedor y el tipo de contrato, la tendencia es clara: la luz en Texas se ha encarecido más rápido que el promedio nacional, rompiendo con la idea de energía barata que caracterizó al estado durante años.

Para una familia trabajadora, 30 o 40 dólares adicionales al mes respecto a lo que pagaba hace apenas unos años representan menos margen para alimentos, transporte o medicinas. El impacto es más severo entre los 4.1 millones de hogares de ingresos bajos y moderados dentro del mercado de ERCOT, donde la factura eléctrica ya se considera una carga “alta” o “severa” en numerosos condados.

La Historia de una Madre en Fort Worth

En Fort Worth, una madre soltera —llamémosla Elena— enfrenta cada mes un dilema que pone rostro humano a las estadísticas. Con dos hijos en edad escolar y un empleo por horas en el sector servicios, su ingreso apenas cubre renta, comida básica y transporte. Cuando llega el recibo de la luz, cualquier aumento desajusta todo el presupuesto.

Este invierno, un contrato eléctrico que prometía ahorros hace un año se traduce hoy en facturas cercanas a los 200 dólares, impulsadas por tarifas base más altas y cargos de distribución crecientes. En más de una ocasión, Elena ha tenido que posponer la compra de alimentos frescos o recurrir a bancos de comida locales para poder pagar la electricidad y evitar una desconexión en plena temporada de frío.

Las Razones Detrás del Aumento

El encarecimiento de la electricidad en Texas responde a una combinación de factores:

Crecimiento acelerado de la demanda.
ERCOT proyecta que el consumo eléctrico podría aumentar cerca de 50% hacia el final de la década, impulsado por centros de datos, criptominería e industrias intensivas en energía, especialmente en el área de Dallas–Fort Worth y otros corredores industriales.

Inversión en infraestructura.
Las compañías de transmisión y distribución han elevado cargos para financiar la modernización de redes envejecidas, nuevas líneas y sistemas de respaldo. Estos costos se trasladan directamente al consumidor final.

Clima extremo y riesgo del sistema.
Olas de calor récord, episodios de frío intenso y el recuerdo de la tormenta invernal de 2021 han incrementado el precio de los contratos a futuro y de los servicios de reserva, encareciendo los planes minoristas.

Dependencia del gas natural.
Aunque las energías renovables han crecido, el gas sigue marcando el precio marginal del mercado. Su volatilidad —con escenarios de aumentos superiores al 20%— impacta de forma directa en las tarifas residenciales.

A ello se suman decisiones políticas estatales que priorizan generación fósil y reducen incentivos a renovables de bajo costo. Organizaciones de consumidores estiman que estas políticas podrían añadir entre 480 y 510 dólares anuales al recibo de un hogar típico a partir de 2026.

Cuando la Luz Compite con la Despensa

Para miles de familias, el costo de la electricidad ya compite con necesidades básicas. Monitoreos recientes muestran que un número creciente de hogares destina más del 10% de sus ingresos al pago de la luz, muy por encima del umbral del 6% considerado aceptable para una “carga energética”.

Las estrategias de ajuste se repiten: bajar la calefacción por debajo de niveles cómodos, desconectar electrodomésticos, espaciar lavados o pasar más horas fuera de casa para reducir consumo. Son decisiones que impactan la salud, la vida familiar y la seguridad energética.

Salidas Parciales y Alivio Temporal

Aunque no existe una solución inmediata, algunos factores pueden ofrecer alivio limitado:

Para Elena, el respiro previo a Navidad llegó al renegociar su contrato y acceder a un apoyo temporal gestionado por una organización comunitaria. Fue suficiente para cubrir lo esencial.

Su historia resume una realidad cada vez más extendida en el Texas de 2025: en un estado que presume de potencia energética, pagar la luz se ha convertido en uno de los mayores desafíos del presupuesto familiar.

Exit mobile version