<!--:es-->Revisan impacto y estragos causados por la ley migratoria HB56 de Alabama
…Reiteran que la polémica ley HB56 desató una seria crisis humanitaria y de confianza<!--:-->

Revisan impacto y estragos causados por la ley migratoria HB56 de Alabama …Reiteran que la polémica ley HB56 desató una seria crisis humanitaria y de confianza

Un grupo de congresistas federales celebró el lunes en Birmingham un encuentro con residentes y activistas de Alabama para revisar el impacto que ha causado la polémica ley migratoria HB56, definida por defensores y detractores como la más dura en su tipo en Estados Unidos.

Entre otras medidas, la HB56, que entró en vigor el 29 de septiembre, criminalizó la estadía indocumentada y otorgó poderes extraordinarios a las policías para detener a individuos si tiene duda razonable que se trata de indocumentados.

«Cualquier ley que estigmatice a un grupo, sea por el color de su piel, por su acento, o cualquier otra característica, no debe tener lugar entre las leyes de nuestra nación. La discriminación no es un valor estadounidense», dijo el senador Harry Reid (demócrata de Nevada) en un comunicado.

Partes controversiales de la legislación, entre ellas que las escuelas públicas averigüen el estado migratorio de alumnos nuevos y sus padres, la obligación de portar documentos de identidad, dar ayuda o trasladar en un automóvil a un indocumentado o que los jornaleros pidan trabajo en la vía pública, fueron dejadas en suspendo por una corte mientras siguen en curso demandas interpuestas por el gobierno, religiosos y organizaciones de derechos civiles.

Qué esperan

Los congresistas, encabezados por Luis Gutiérrez (demócrata de Illinois), sostuvieron varios encuentros con líderes comunitarios y residentes del estado, algunos de los cuales no tienen estatus migratorio legal y se han visto afectados por la cuestionada ley HB56.

De estos encuentros «nosotros esperamos tres cosas», dijo a Univision.com el abogado Sigfredo Rubio, de la Unión Americana de libertades Civiles (ACLU). «Que la delegación pueda platicar con el resto del Congreso para influenciar al resto y hacer presión para que debatan y aprueben una reforma migratoria comprensiva. Dos, que envíen un mensaje claro a los otros estados que están pensando el aprobar este tipo de legislación, que pongan un alto y mediten en lo que están haciendo. Y tres, que le pongan presión a la legislatura de Alabama para que quiten, deroguen esta ley».

«Son tres metas que se pueden lograr», agregó.

En cuanto a los efectos causados por la HB56, Rubio dijo que el panel de legisladores escuchó y recabó antecedentes de los estragos causados por la ley. «Los daños por ahora con muy difíciles de cuantificar. Pero estamos recopilando la información para poder conocer una medida y darnos cuenta del daño causado a las personas y al estado».

Los primeros estragos

En cuanto a qué tipo de daños ha causado hasta ahora la ley migratoria de Alabama, Rubio dijo que por ahora existen antecedentes de personas que han sido enjuiciadas bajo cargos de la HB56, otros que han sido procesados por otros delitos más cargos levantados por violaciones a la HB56 y algunos que, después de recibir cargos, llegaron a acuerdos con la fiscalía, les retiraron los cargos de la HB56 y quedaron sólo los delitos por los que fueron arrestados.

«Pero todo eso lo estamos evaluando para conocer la magnitud del impacto que esta ley tiene en los inmigrantes de Alabama», subrayó.

Rubio también dijo que en algunos casos «los daños causados por la ley de Alabama han sido escondidos», y que también hay que «revisar aquellos daños que todavía son más difíciles de cuantificar, como por ejemplo el éxodo de trabajadores inmigrantes, el miedo de la gente, las personas que tenían casos legales y que no demandaron por miedo a ser arrestados y deportados, gente que dejó de ir a trabajar, niños que dejaron de ir a la escuela, la mala impresión que han tenido los extranjeros de Alabama y los negocios y los campos que cerraron porque se quedaron sin trabajadores».

Respecto a soluciones a corto o mediano plazo, Rubio dijo que por ahora no tenía una respuesta. «En marzo vamos a estar argumentando en la Corte del 11 Circuito y un mes antes, en febrero, la Legislatura decidirá si reprueba o no la ley HB56. Debemos esperar que se cumplan esos plazos para saber qué sucederá. Y esperar que la visita de los Congresistas fructifique y de los resultados que todos estamos esperando».

Detalles de la visita

La delegación encabezada por Gutiérrez participó, entre otras actividades, en una audiencia pública con familias, pequeños empresarios y dirigentes de la sociedad civil, entre ellos activistas de la Coalición de Alabama para la Justicia del Inmigrante (ACIJ), organización que busca la revocación de la ley HB56.

Además de Gutiérrez asistieron los representantes Charles González (demócrata de Texas), miembro del Caucus Hispano, Raúl Grijalva (demócrata de Arizona), integrante de la fracción Progresista del Congreso, y los legisladores Silvestre Reyes (demócrata de Texas) e Ivette Clarke (demócrata de Nueva York).

También estuvieron presentes los representantes demócratas de California, Joe Baca, Zoe Lofgren, y Grace Napolitano, y Terri Sewell, de Alabama.

Además del rechazo del grupo demócrata del Congreso, los sectores agrícola, de la construcción y de servicios, así como jefes de policía, los principales diarios de Estados Unidos, entre ellos The Washington Post, The New York Times y The Wall Street Journal, religiosos de distintas denominaciones y la comunidad afroamericana, entre otros, piden la revocatoria de la ley y demandan al Congreso que debata y apruebe una reforma migratoria que incluya una vía de legalización para la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.

«Nos estamos organizando»

Paralelo a la recopilación de datos para cuantificar los daños causados por la HB56 y el esfuerzo que lleva a cabo el grupo de congresistas demócratas, otros activistas se esfuerzan por sacar adelante «un proceso de educación para que los inmigrantes de Alabama conozcan la ley, sepan qué hacer, reclamar y unirse para seguir batallando por la evocatoria de la medida», dijo a Univision.com el activista y periodista César Marfil Rubio.

«La gente está aprendiendo, se está educando», agregó. «En Alabama no hay retenes, no hay redadas. La HB56 Es una ley complicada que nadie la entiende. Hay jefes de policía que están en contra de esta medida. Con algunas leyes de tránsito se han dado tickets, pero no se han deportado a las personas que han cometido las infracciones. La lucha sigue. Se han hecho muchas cosas y las seguiremos haciendo. No podemos quedarnos con los brazos cruzados».

De la reunión convocada por los congresistas federales en Birmingham, Marfil Rubio dijo que se trata de un evento «importante», pero resaltó que más importante es el esfuerzo de unidad de la comunidad inmigrante del estado. «Los negocios están unidos, se están organizando porque se han visto muy afectados por la ley. No hemos bajado la guardia. Y pese a todo, hay optimismo y agradecemos el apoyo que hemos recibido de los medios de comunicación. Eso es muy importante. Y de todo esto saldrá algo positivo, de eso estamos seguros, pero para conseguirlo debemos seguir trabajando con la comunidad», indicó.

Miles de firmas

En los días previos al encuentro en Birmingham, un grupo de activistas comunitarios reunió 50 mil firmas para pedir a la Asamblea de Alabama que revoque la ley HB56.

El sábado, el locutor mexicano José Antonio Castro, y su colega puertorriqueño Orlando Rosa, ambos de la radio La Jefa de Alabama, culminaron una caminata de 14 días por 14 ciudades del estado para recolectar firmas y recopilar testimonios de personas afectadas por la medida antiinmigrante.

La campaña de ambos locutores tiene el respaldo de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), una de las principales organizaciones de defensa de los derechos civiles de Estados Unidos.

Las firmas fueron recopiladas por varios grupos que se sumaron a la campaña, entre ellos Presente.org, el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), Voto Latino, Reforma Migratoria para Estados Unidos, Faith in Public Life, el Fondo de la Educación de America’s Voice y SignOn.org.

Críticas y rezos

Líderes nacionales evangélicos advirtieron la semana pasada que la polémica ley HB56 desató una crisis humanitaria en el estado y denunciaron que la medida dejó «paralizadas» a miles de familias, quienes optaron por encerrarse en sus casas y no enviar a sus niños a las escuelas por miedo a ser arrestados y deportadlos.

Agregaron que se unieron a otras comunidades de fe del estado para tratar las crecientes preocupaciones y poner fin a esta situación de «injusticia».

Los religiosos agregaron que la ley HB56, pese a que algunas de sus partes más polémicas fueron suspendidas temporalmente por una corte, «es la más dura ley» en su tipo y sus efectos se sienten «en todo el estado y en todo el país».

«Familias enteras están paralizadas por el miedo y la incertidumbre, están huyendo del estado en masa y los niños tienen miedo de ir a la escuela o incluso salir de sus casas», se lee en un comunicado.

En Alabama vivían, hasta finales de septiembre, unos 125 mil inmigrantes indocumentados, la mayoría de ellos provenientes de América Latina.

Detalles de la ley

Además de criminalizar la estadía indocumentada y otorgar poderes extraordinarios a las policías para arrestar a individuos si los agentes tienen duda razonable que se trata de indocumentados, la HB56 obliga a los empleadores a inscribirse y utilizar el programa federal E-Verify para verificar el estado migratorio de sus trabajadores nuevos.

También prohíbe a los estudiantes indocumentados asistir a la universidad tras graduarse de la enseñanza secundaria, prohíbe a los propietarios de viviendas o negocios alquilar propiedades a inmigrantes indocumentados y prohíbe la creación de «ciudades santuarios».

Asimismo, la ley convirtió en delito si un indocumentado tramita o gestiona una licencia de conducir o una licencia de negocios.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH, dependiente de la Organización de Estados Americanos –OEA-) exhortó en junio a las autoridades estadounidenses a que modifiquen la ley HB56 para adaptarla a las leyes internacionales de derechos humanos.

«Como cristiano y como estadounidense, me niego a permanecer en silencio ante la injusticia, la apatía y las leyes que van en contra de los valores que conforman nuestra gran nación», dijo el reverendo Samuel Rodríguez, Presidente de la Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano. «Nuestro gobierno federal nos ha fallado en lo que respecta a la inmigración, pero estados como Alabama no deberían resolver el problema a través del conducto de leyes extremas antiestadounidenses y, definitivamente, anticristianas».

«Hago un llamado a la comunidad de creyentes en la Biblia en Alabama para enfrentarse a la injusticia en el nombre de Jesús», exhortó.

Ley «draconiana»

El reverendo Danny De León, pastor de la Iglesia del Calvario de Santa Ana, California, y quien preside el Congreso Nacional Hispano Pentecostal, criticó el papel que han desempeñado los líderes políticos de Alabama y dijo que muchos «cuando piden que laven sus automóviles, cuidan sus casas o arreglan sus jardines no se detienen para ver si tienen una tarjeta verde».

«Ahora están tratando de ejecutar una ley draconiana», añadió. «Pero es un poco tarde. La iglesia en Alabama debe elevarse unida para decir que vamos a arreglar lo que está roto. Pero mientras tanto, vamos a cuidar de los seres humanos que sufren y están siendo devastados por esta ley».

«Lo que realmente me preocupa como pastor es la devastación de muchas familias», apuntó De León. «Si alguien sale a proteger a estas familias, ese alguien deben ser las iglesias».

En los mismos términos se expresó el reverendo Noel Castellanos, presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Comunidad Cristiana. «Estoy casado con una mujer de Alabama que me ha traído al estado en los últimos 27 años. Durante este tiempo he visto que la población hispana en Alabama comenzó sin nada. Y a medida que la población hispana creció, muchos de mis amigos y familiares aquí hablan muy positivamente de sus contribuciones, tanto cultural como económicamente al estado. Por lo tanto, fue una gran sorpresa cuando empecé a oír hablar de la nueva ley de inmigración y su impacto en muchas familias, y en los niños que viven en esta comunidad».

«Como hispano, y más importante aún como cristiano, me siento obligado a hablar en contra de los efectos negativos que esta ley está teniendo en nuestra comunidad», concluyó el religioso.

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