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Texas Demanda a los Fabricantes de Tylenol por Supuestos Riesgos de Autismo Durante el Embarazo

Texas Demanda a los Fabricantes de Tylenol por Supuestos Riesgos de Autismo Durante el Embarazo


El estado de Texas presentó una demanda contra los fabricantes del analgésico Tylenol, acusándolos de haber ocultado presuntos riesgos de autismo asociados a su consumo durante el embarazo. La acción legal, impulsada por el fiscal general Ken Paxton, llega en medio de la polémica generada por declaraciones recientes del presidente Donald Trump, quien vinculó —sin pruebas científicas— el uso del fármaco con el desarrollo de autismo en fetos.

La demanda, presentada ante un tribunal estatal, sostiene que Johnson & Johnson y su filial Kenvue “comercializaron de forma engañosa” el medicamento, promocionándolo como seguro para mujeres embarazadas mientras “ocultaban información relevante sobre posibles efectos neurológicos en el desarrollo fetal”.
Paxton argumenta que las compañías “sabían desde hace décadas de los riesgos” y aun así mantuvieron su comercialización sin advertencias claras, violando la Ley de Protección al Consumidor de Texas. También acusa a Johnson & Johnson de haber transferido responsabilidades legales a Kenvue como parte de una estrategia para blindarse ante futuras demandas.

El caso convierte a Texas en el primer estado del país en iniciar una acción gubernamental sobre este asunto, sumándose a cientos de demandas individuales que se han presentado en tribunales federales y estatales durante los últimos años, aunque la mayoría han sido desestimadas por falta de evidencia científica concluyente.

La controversia se intensificó tras las recientes declaraciones de Trump y del secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., quienes recomendaron evitar el uso de paracetamol —conocido también como acetaminofén— durante el embarazo, alegando una posible relación con el autismo.
La Casa Blanca defendió su postura asegurando que se financiarán nuevos estudios sobre “causas ambientales y no genéticas” del trastorno, mientras el propio presidente instó públicamente a las mujeres embarazadas a “aguantar el dolor” salvo en casos de fiebre alta.

La comunidad médica y científica reaccionó con preocupación.
Sociedades como la American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) y la Asociación Médica Estadounidense (AMA) advirtieron que las afirmaciones del gobierno “no reflejan el consenso científico” y podrían “generar miedo innecesario” entre mujeres embarazadas.
“Hasta la fecha, no existe evidencia que demuestre una relación causal entre el uso de Tylenol y el desarrollo de autismo”, señaló la doctora Elena Martínez, especialista en farmacología materno-fetal.

Por su parte, Kenvue, fabricante del medicamento, respondió que “la evidencia científica disponible demuestra claramente que el uso de acetaminofén no provoca autismo” y reiteró que el producto continúa siendo “el analgésico más recomendado por médicos durante el embarazo cuando se utiliza correctamente”.

En los tribunales, varios jueces federales ya han dictaminado que los estudios presentados por los demandantes carecen de base estadística y de respaldo metodológico suficiente para establecer causalidad. Aun así, la ofensiva legal texana podría abrir una nueva etapa de litigios, especialmente si otros estados deciden sumarse.

Más allá del aspecto jurídico, el caso tiene implicaciones políticas y sociales significativas.
La demanda coincide con la campaña de reelección de Ken Paxton y con el intento del presidente Trump de consolidar su discurso de “protección de la salud prenatal” dentro de su agenda electoral.
Críticos y expertos en políticas públicas advierten que el asunto ejemplifica la creciente politización de la ciencia médica en Estados Unidos.
“El problema no es el debate sobre los medicamentos, sino usar el miedo y la desinformación como herramientas de campaña”, comentó el analista sanitario Paul Gonzales desde la Universidad de Texas.

En las últimas semanas, farmacias y clínicas reportaron un aumento de consultas de mujeres embarazadas preocupadas por el uso de analgésicos, mientras las acciones de Johnson & Johnson registraron una leve caída en Wall Street.
A nivel federal, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha reiterado que Tylenol sigue siendo considerado seguro bajo indicación médica y en dosis apropiadas.

En un país donde la confianza en las instituciones científicas ha sido puesta a prueba repetidamente, la demanda de Texas contra los fabricantes de Tylenol se convierte en un nuevo ejemplo de cómo la frontera entre política, medicina y opinión pública puede desdibujarse con rapidez.
Por ahora, la evidencia sigue siendo la misma: no existe prueba concluyente que vincule el uso de acetaminofén durante el embarazo con el autismo, pero el debate ya se instaló en el centro de la conversación nacional.

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