Trump Impone Pruebas de Género para Los Ángeles 2028: Una Nueva Controversia Olímpica
El presidente Donald Trump ha vuelto a situar el deporte internacional en el centro del debate político al firmar una orden ejecutiva que impone pruebas de género obligatorias para las atletas que participen en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. La medida busca excluir a las mujeres transgénero de las competencias femeninas, desatando una fuerte reacción tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Una Orden Ejecutiva que Cambia las Reglas del Juego
Durante una conferencia de prensa celebrada el 5 de agosto de 2025, Trump declaró que habrá “una forma muy, muy estricta de pruebas, y si la prueba no es positiva como corresponde, no estarán en los Juegos Olímpicos”. Con esta frase, dejó claro el tono de su nueva política.
La orden ejecutiva establece un grupo de trabajo nacional encargado de preparar los Juegos de Los Ángeles y, entre sus funciones, se incluye la aplicación de una política federal que prohíbe la participación de mujeres trans en equipos femeninos. A raíz de este mandato, el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC) modificó sus normativas para alinearse con la directiva, forzando a las federaciones deportivas a adoptar criterios de exclusión fundados en el sexo biológico.
La orden también exige al gobierno ejercer presión diplomática sobre el Comité Olímpico Internacional (COI) para implementar políticas similares a nivel global, e incluso plantea restricciones migratorias a atletas transgénero que aspiren a competir en suelo estadounidense.
¿En Qué Consisten las Pruebas?
Pese a la contundencia del anuncio, la Casa Blanca no ha detallado cómo serán las pruebas. Trump ha mencionado “pruebas genéticas muy estrictas”, lo que ha abierto la puerta a especulaciones sobre el posible uso de estudios de cariotipo (análisis cromosómico), similares a los implementados anteriormente por World Athletics y otras federaciones bajo presión de sectores conservadores.
Este tipo de pruebas han sido fuertemente criticadas por organismos médicos y de derechos humanos, quienes alertan sobre los riesgos éticos, psicológicos y científicos de definir la elegibilidad deportiva únicamente por características genéticas.
Reacciones Divididas a Nivel Nacional e Internacional
La política ha sido celebrada por grupos como Independent Council on Women’s Sports (ICONS), que promueven la exclusión de atletas trans como medida de “protección del deporte femenino”. Por el contrario, organizaciones defensoras de los derechos LGBTQ+, atletas y activistas han calificado la medida como un acto discriminatorio que viola los principios de inclusión y los derechos humanos básicos.
Desde el COI, la presidenta Kirsty Coventry afirmó que se revisarán los protocolos internacionales de elegibilidad para “proteger la categoría femenina y garantizar la equidad”, sin comprometer los principios de inclusión consagrados hasta ahora. El organismo mantiene por el momento su política de dejar en manos de cada federación internacional la decisión sobre participación de atletas trans.
Por su parte, el USOPC defendió la implementación de la medida como una obligación legal de acatar órdenes federales, aunque algunos miembros expresaron reservas sobre la viabilidad operativa y el impacto diplomático que podría tener la exclusión sistemática de atletas extranjeras.
Un Precedente Inédito en la Historia Olímpica
La imposición de pruebas de género como condición para competir en los Juegos Olímpicos en territorio estadounidense no tiene precedentes en la historia moderna del olimpismo. Si la política se mantiene, Los Ángeles 2028 se convertirá en un símbolo del endurecimiento normativo sobre la identidad de género en el deporte.
Más allá del evento deportivo, la decisión representa un nuevo episodio en la larga batalla cultural sobre la participación de personas transgénero en espacios públicos. El debate entre inclusión, equidad competitiva y política seguirá marcando el pulso del deporte mundial durante los próximos años.