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Universidades, cada vez menos accesibles . . . las minorías se quedan afuera

WASHINGTON – Las universidades estatales del país cada vez son menos accesibles para los estudiantes pobres y de grupos minoritarios que aspiran a una educación superior, según un nuevo informe de Education Trust.

Desequilibrio y desigualdad

“Los motores de la desigualdad: desequilibrio en las principales universidades públicas de la nación”, del grupo Education Trust, de Washington, es un reciente estudio sobre las políticas de ayuda financiera en las 50 universidades oficiales de cada Estado de Estados Unidos.

Señala que muchos de estos centros de estudios superiores han destinado sus recursos a favorecer a una población menos necesitada.

La investigación refleja que entre 1995 y el 2003, las universidades estatales mermaron la ayuda financiera en un 13 por ciento a estudiantes de familias cuyos ingresos anuales eran menores de 20.000 dólares.

Sin embargo, incrementaron (146 por ciento) la asistencia económica a jóvenes de familias de ingresos superiores a los 100.000 dólares anuales.

Entre las universidades con el “peor” acceso para las minorías y estudiantes de bajos ingresos económicos el documento menciona a las estatales de Arizona, Virginia, Florida, Pensilvania, Texas y Suny en Buffalo (Nueva York).

Danette Gerald y Kati Haycock, autoras del informe, responsabilizan “al afán de reconocimiento y mayor prestigio académico” del desequilibrio poblacional estudiantil en las universidades estatales.

“Aunque más estudiantes pobres y de minorías están preparados para ingresar, resulta muy preocupante que algunas de nuestras más prestigiosas instituciones de educación superior les están vedando la entrada”, dijo Haycock, directora de Education Trust, una entidad sin fines de lucro en favor de la mejora en las escuelas y universidades del país.

Las estatales, más cerradas

Por su parte, Gerald indicó que las universidades estatales han olvidado que “su obligación es ser accesibles, particularmente a residentes talentosos de todas las razas y grupos económicos”.

Las decisiones de favorecer a un grupo en detrimento de otro, han dado como resultado una población subgraduada que cada vez es menos representativa de la población de sus estados y eventualmente de la configuración del país en su totalidad, señala el informe.

Agrega que la ayuda económica inadecuada también constituye un obstáculo para que los estudiantes pobres y de minorías no finalicen sus estudios universitarios.

Mientras tanto, el porcentaje de beneficiarios de las Becas Pell en universidades estatales bajó de 24 por ciento en 1992, a un 22 por ciento en 2003, pese a que el número de estudiantes pobres en todas las universidades estadounidenses aumentó de 29 a 35 por ciento durante el mismo periodo.

Las becas Pell, de las que se beneficia un alto número de estudiantes hispanos, se conceden a estudiantes de familias cuyos ingresos no superan los 40.000 dólares anuales.

En este caso, la máxima cantidad anual que se puede adjudicar son 4.500 dólares, un monto que los demócratas y activistas por una mejor educación quieren que se aumente, porque los tiempos han cambiado y ya no es suficiente para sufragar los altos costos de los estudios universitarios.

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