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Violador engendró 7 hijos con su propia hija!

AMSTETTEN – Josef Fritzl, el ‘monstruo de Amstetten’ que violó a su hija que le engendró siete hijos, declaró a la policía de Austria que mantuvo a su hija encerrada en el sótano de su casa “para protegerla” de las drogas. Y también abandonó a sus prisioneros para hacer turismo y divertirse en Tailandia.

Reencuentro familiar

Los Fritzl se reencontraron el domingo por la mañana en el hospital psiquiátrico donde están siendo atendidos tras descubrir que el cabeza de familia los había mantenido separados durante años.

Los que vivían abajo, encerrados en el sótano de la casa por Josef Fritzl (su hija Elisabeth y tres de los hijos que había tenido con ella) vieron así, por primera vez en muchos años, las caras de los que vivían arriba (los otros tres hermanos y Rose Mary, la madre de Elisabeth). Hacía 24 años que ambas no se veían.

Berthold Kepplinger, el director del Hospital Psiquiátrico de Amstetten, donde todos están siendo atendidos, relató el martes el sorprendente reencuentro: “Es asombroso lo fácilmente que ocurrió todo. Ver reunidas a la madre y la abuela”.

Comportamiento natural

Kepplinger contó que todos los miembros de la familia actuaron de forma natural, pero añadió que dos de los niños encerrados en el sótano tenían una forma de comunicarse extraña que describió como “cualquier cosa menos normal”.

El director aseguró que todos se encontraban bastante bien y que lo más importante ahora es no excederse con el tratamiento psicológico.

Si el encuentro mantenido por la familia Fritzl es raro, más enigmática resulta la respuesta del hombre a la policía para explicar por qué mantuvo a su hija encerrada durante 24 años en el sótano de su casa y por qué abusó de ella: “Quería protegerla y alejarla de las drogas”.

Fritzl no renunció a ninguna estratagema para ocultar a todos su horrible crimen.

Las pruebas de ADN son concluyentes y confirman las sospechas del terror impuesto por Josef Fritzl, de 73 años, en los 60 metros de sótano en su casa de Amstetten, en la Baja Austria.

Lo cierto es que las primeras pistas las ofreció el propio Fritzl cuando llevó a un hospital de Amstetten a su hija y nieta Kerstin, de 19 años.

Los médicos sospecharon de su extraña dolencia y la atribuyeron a un defecto genético fruto de una relación incestuosa. De ahí que las autoridades solicitaran por televisión la presencia de la madre.

Esto puso nervioso al electricista retirado Fritzl, que dictó la carta para preparar la liberación de sus familiares cautivos.

El probable cómplice

La publicación de unas fotos de Fritzl en bañador, testimonio de un viaje reciente a Tailandia, en varios medios de comunicación, despertó la sospecha de que podría haber contado con la ayuda de un cómplice.

Pero Fritzl también podría haber abandonado su casa durante varias semanas sin ayuda de terceros.

Le habría bastado con aprovisionar a sus prisioneros en un sótano casi inexpugnable que contaba con cocina, nevera y agua corriente.

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