China Endurece Medidas en Respuesta a Aranceles de EE.UU.
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China se reavivó esta semana, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la ya compleja relación económica entre las dos mayores potencias mundiales. Con medidas arancelarias recíprocas y acciones regulatorias agresivas, ambas naciones están redefiniendo sus estrategias para lograr ventaja en un entorno global cada vez más competitivo.
Este panorama no solo rememora la guerra comercial de 2018-2020, sino que muestra una sofisticación estratégica sin precedentes, con el uso combinado de herramientas legales, regulatorias y comerciales.
La chispa inicial: la orden ejecutiva de Washington
El presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva que impone un arancel adicional del 10% sobre todas las importaciones chinas, efectivo desde el 4 de febrero de 2025. Esta decisión, amparada bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), fue justificada por la Casa Blanca como una medida para combatir el flujo de fentanilo proveniente de China.
La acción estadounidense tiene múltiples ramificaciones, ya que afecta productos clave en sectores como tecnología, manufactura y bienes de consumo.
La rápida respuesta de China: medidas arancelarias y restricciones estratégicas
Pekín reaccionó con un paquete de medidas que busca tanto minimizar el impacto en su economía como enviar una señal de firmeza:
Nuevos aranceles:
- 15% sobre el carbón y el gas natural licuado.
- 10% sobre petróleo crudo, maquinaria agrícola, vehículos de gran cilindrada, camionetas, tractores y remolques.
Restricciones a exportaciones críticas:
China anunció controles inmediatos sobre minerales estratégicos como tungsteno, telurio, bismuto, molibdeno e indio. La exportación de estos materiales ahora requiere licencias gubernamentales, una decisión que podría afectar severamente a las industrias de tecnología, energía limpia y defensa de Estados Unidos.
Acciones regulatorias:
- Apertura de una investigación antimonopolio contra Google por prácticas que presuntamente perjudican a empresas chinas.
- Inclusión de Illumina Inc. y PVH Group (propietaria de Calvin Klein) en la lista de entidades no confiables.
Demanda ante la OMC:
Pekín presentó una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio, argumentando que los aranceles estadounidenses violan las normas comerciales internacionales y constituyen una medida discriminatoria y unilateral.
Estrategias cambiantes en la guerra comercial
A diferencia de la confrontación de 2018, China ha diversificado su enfoque. Ahora combina aranceles selectivos con medidas regulatorias, lo que refleja un intento de ejercer presión sin dañar excesivamente su propia economía. Esta estrategia busca mantener cierto equilibrio en sectores clave mientras deja abierta la posibilidad de negociaciones.
Un elemento destacado es el uso de restricciones a minerales críticos, una carta poderosa dado el rol estratégico de estos recursos en las industrias de alta tecnología.
Impacto económico estimado
Se proyecta que las nuevas medidas tendrán un impacto significativo:
- Las exportaciones estadounidenses a China podrían reducirse en un 3.8%, equivalente a $18.4 mil millones.
- El PIB chino podría disminuir un 0.5% y el estadounidense un 0.3% para finales de 2025.
Posturas y críticas mutuas
Desde Pekín, las autoridades han calificado los aranceles estadounidenses como:
- Una violación grave de las normas de la OMC.
- Medidas “unilaterales y discriminatorias” que exacerban las tensiones comerciales globales.
- Una gestión inadecuada del problema interno del fentanilo por parte de EE. UU.
Por su parte, la Casa Blanca declaró que “todas las opciones están sobre la mesa”, incluyendo aumentar los aranceles al 25% si China no toma acciones concretas para reducir el flujo de fentanilo.
Diplomacia congelada y posibles negociaciones
Hasta el momento, no se han confirmado conversaciones directas entre Donald Trump y Xi Jinping. Sin embargo, fuentes cercanas sugieren que un contacto telefónico podría estar en agenda. Los analistas coinciden en que el carácter moderado de las medidas deja espacio para una eventual negociación, aunque el camino sigue siendo incierto.
El peligroso equilibrio del conflicto comercial
El enfrentamiento actual no es solo una batalla por aranceles, sino una disputa multifacética que involucra aspectos comerciales, regulatorios y diplomáticos. Ambos países están ajustando sus estrategias para evitar una escalada masiva, pero el margen de maniobra es cada vez más estrecho.
La comunidad internacional observa con preocupación este nuevo episodio, consciente de que el desenlace podría redefinir el comercio global en los próximos años.