El Papa León XIV Condena el Conflicto Entre Israel e Irán y Reafirma: “La Guerra Es Siempre Una Derrota”
Desde la Plaza de San Pedro, el papa León XIV lanzó este miércoles un mensaje claro y firme: la guerra nunca es una solución. Durante la Audiencia General, el pontífice condenó abiertamente la reciente escalada de violencia entre Israel e Irán y recordó con fuerza las palabras de su predecesor Francisco: “La guerra es siempre una derrota”.
Un grito por la dignidad humana
Con tono grave y cargado de preocupación, León XIV extendió su llamado a todos los escenarios de conflicto activo, mencionando de forma explícita a Ucrania, Gaza, Israel e Irán.
“Desde los lugares donde se eleva un grito de dolor a causa de la guerra… se trata de una barbarie superior a cualquier otra”, afirmó, en referencia a las armas de última generación utilizadas en los enfrentamientos actuales.
Su denuncia fue directa: las guerras modernas, marcadas por tecnologías militares avanzadas, no solo destruyen ciudades, sino que degradan la dignidad humana al reducirla a cifras, estrategias y daño colateral.
¿Qué significa ganar una guerra?
Más allá de las condenas explícitas, el papa hizo un llamado a repensar el concepto mismo de victoria.
“El sufrimiento de los civiles nos obliga a reflexionar sobre lo que realmente significa ganar”, dijo, advirtiendo que el uso de armamento sofisticado puede conducir al mundo a una forma de barbarie aún más devastadora que la de guerras anteriores.
Un eco de la historia
León XIV no solo citó a Francisco; también trajo al presente la voz de Pío XII, quien en vísperas de la Segunda Guerra Mundial dijo: “Nada se pierde con la paz. Todo se pierde con la guerra”.
Estas palabras, casi un siglo después, cobran nueva urgencia en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas crecientes y una renovada carrera armamentista.
El papa insistió en que no podemos normalizar el conflicto ni aceptar la violencia como herramienta de poder: “Nadie debe jamás amenazar la existencia de otro”.
Diplomacia, no destrucción
El mensaje del pontífice incluyó un llamado explícito a la responsabilidad política y militar. Exhortó a los líderes del mundo a optar por el diálogo, evitar decisiones que perpetúen el sufrimiento humano y trabajar activamente por la reconciliación.
León XIV reafirmó el compromiso de la Iglesia con la paz: una paz construida no sobre silencios forzados ni equilibrios inestables, sino sobre justicia, fraternidad y respeto mutuo.
“El compromiso de construir un mundo más seguro, libre de la amenaza nuclear, debe perseguirse mediante encuentros respetuosos y un diálogo sincero”, concluyó, reafirmando que la única victoria verdadera es aquella que restaura la dignidad, protege la vida y honra el bien común.